31 de diciembre de 2011

Entre dos tramos de tiempo

Un latido más en el cansado corazón del tiempo. Un cortísimo ciclo de sístole diástole o viceversa, un tic tac más, como tantos otros, marcará el tránsito de un año al siguiente. Un hito imaginario en una métrica temporal establecida por los hombres en un intento de situar el paso cíclico de las estaciones y los acontecimientos que en ellas se suceden.

Entre dos hitos anuales, para cualquier persona, ¡cuanta vida!. Unos momentos felices y otros no tanto, de actividad frenética o de reposada calma, de ilusión o desencanto. Cada sentimiento, cada emoción, encuentra a lo largo de ese segmento de tiempo de un año de duración, su momento para hacerse presente en nuestras vidas.

A lo largo de ese espacio de tiempo entre dos hitos, un grupo de personas, cada jueves, acudimos fieles a la convocatoria de Gustavo, soberbio maestro de ceremonias, para poner lo mejor de nosotros mismos  en la tarea de exponer nuestra particular visión sobre  un tema determinado.

De una forma consciente o inconsciente,  nuestras emociones discurren por los renglones escritos facilitando la comunicación y el acercamiento hasta tal punto, que el deseo  de conocernos personalmente, surge de una forma natural.

Ese encuentro personal  para algunos de nosotros ha sido una hermosa realidad gracias a los buenos oficios de Alfredo y Vivian en el Reino de Valencia, en el ya famoso encuentro de La Malvarrosa. Si tuviera que resumir en un solo hecho la experiencia juevera de este año que termina, sin ningún género de dudas sería este el más importante.

En mi caso además, otro momento igualmente importante. Ese encuentro me dio la oportunidad de conocer en persona a una gran  amiga no juevera. Una criatura cálida, inteligente, tierna, sensible, imaginativa y dotada de una gran capacidad creativa a pesar de su juventud o tal vez gracias a ella. Se trata de mi amiga Susana (Aire) en cuya compañía disfrutamos Toñi y yo de unos momentos inolvidables.

La actividad bloguera me ha seguido acercando a muchos amigos que sería prolijo enumerar y hacia los que siento una enorme gratitud porque con sus escritos y sus comentarios, me han ayudado a crecer como persona.

A punto de comenzar a consumir otro año, de encaminar mis pasos hacia un nuevo hito, formulo para todos vosotros además de los deseos de siempre, el de seguir encontrándonos y reconociéndonos en esa cita semanal que a todos nos convoca y el de que se produzca de nuevo un encuentro personal, no importa el sitio.

21 de diciembre de 2011

Este jueves un relato: Cuento de Navidad



 Están sentados a la mesa, juntos. Es 24 de Diciembre, Nochebuena. Sin embargo, salvo por la evidencia de esa fecha reflejada en una hoja de calendario en la pared, nadie lo diría. Las paredes están despojadas de ornamentos navideños. Desde un rincón del salón, les llega el recuerdo del Belén allí montado que ambientara otras Navidades. Aún retienen en su memoria el eco de los villancicos  que delante del portal cantaban con más ilusión que acierto. Siguen intercambiándose regalos como cada año pero ya no los buscan donde siempre, depositados a los pies del árbol iluminado.

Están sentados a la mesa, juntos, pero hay momentos en que una silenciosa atmósfera pesada como el plomo los envuelve. En esos momentos, aunque están juntos, el pensamiento de cada uno de ellos está lejos en el tiempo y el espacio.

Están sentados a la mesa, juntos, pero falta alguien  y su ausencia es determinante para que el pensamiento de cada uno de ellos se encamine hacia otras mesas, en otros hogares donde la Navidad, gracias al ausente, es un poco más feliz, más cálida, más esperanzada. Dentro de pocos días se cumplirán cinco años desde que también juntos, prestaron conformidad a la decisión de sus padres de que así fuera.

Están sentados a la mesa, juntos.  Sus padres, en silencio también,  doloridos también, con las manos enlazadas buscando un apoyo mutuo, más necesario aún en estas fechas, los contemplan simulando aparentar una normalidad que están lejos de sentir. Ellos no lo saben, no son conscientes de ello, pero a pesar de los prolongados silencios, de la falta de adornos navideños, de la ausencia del emblemático Belén,  los senderos por donde su pensamiento se escapa buscando sentir en otras vidas los latidos de aquella que se fue, dibujan en sus corazones un auténtico paisaje navideño.



Segunda aportación: Haiku Navideño (re-edición)

Si fuera un cuento, sería una manifestación de la desesperanza.




Brillos y luces.
La cuna arrinconada.
Se perdió el Niño.


18 de diciembre de 2011

FELIZ NAVIDAD



Desde el fondo de mi corazón, os deseo a todos una muy Feliz Navidad. 

Es lo que suele hacerse en estos días. Desear a los amigos, conocidos, a todo el mundo, una muy feliz Navidad.

Permitidme que os exprese lo que para mí encierra ese deseo para todos vosotros, porque no quiero que sea sólo una frase hecha.

Cuando deseamos Feliz Navidad a una persona, estamos deseando para ella paz, amor, amistad, felicidad…….. ¡Qué hermosos deseos!

En realidad, pienso que al expresar tan bellos deseos hacia una persona, lo que estamos es pidiéndole un alto nivel de compromiso personal hacia todos los que le rodean.

Estamos deseando que el amor inunde su vida y es muy difícil recibir amor si no damos amor en la misma medida y amar  implica un altísimo compromiso de renuncia, de entrega, de atención continua para procurar el bienestar de la persona amada.

Deseamos paz, pero no nos vale aquello de si quieres la paz prepárate para la guerra,  porque es bien conocido que quien siembra vientos, recoge tempestades. Para vivir en paz hay que navegar hacia el interior de cada uno, hasta encontrar el equilibrio interior y tan importante o más, el equilibrio con el entorno que nos rodea y eso cuesta un enorme esfuerzo y toda una vida.

De este modo podríamos extendernos en el resto de buenos deseos hacia la persona a la que deseamos Feliz Navidad, para darnos cuenta de que realmente, en aras del cariño que le tenemos, inconscientemente, le estamos exigiendo que aporte su granito de arena para hacer este mundo nuestro, más solidario, más humano.

Seguramente mis planteamientos  sean utópicos y por tanto irrealizables, porque la imperfección es inherente a la condición humana. Pero por esta vez, permitidme que de todo corazón, porque sois importantes para mí, os desee FELIZ NAVIDAD, consciente de que al hacerlo me pongo y os pongo a vosotros, en un serio aprieto.

14 de diciembre de 2011

Este jueves un relato: Una foto y su porqué


Nuestra amiga Mónica nos invita a participar en la felicitación que prepara para estas Navidades aportándole una foto más o menos actual. Entre nuestro amigo Gustavo y ella, proponen además, como tema para este jueves, que expliquemos las circunstancias en que esa foto fue tomada y porqué ha sido esa foto precisamente la elegida y no cualquier otra.

He de confesar que la elección de esta foto y no otra, no obedeció a ningún proceso de selección premeditado. Busqué una foto más o menos actual y entre las escasas opciones existentes, puesto que no soy muy dado a aparecer en fotos, me pareció que la que ilustra esta entrada no estaba demasiado mal.

Es ahora, cuando el amigo Gustavo me induce a pensar el porqué de ésta y no otra, mientras pienso en las circunstancias en que fue tomada, cuando llego a la conclusión de que la elección no fue tan fortuita y casual como creí en su momento.

Esta foto está tomada el día 13 de Octubre de 2009, serían sobre las diez de la mañana y, si la memoria no me falla, nos enfrentábamos a una jornada de  32 km  de duro caminar desde A Laxe hasta Outeiro, recorriendo parte del camino Sanabrés que desde Orense nos llevaría hasta la catedral de Santiago de Compostela.

Estoy en actitud meditativa, apoyado en el pretil de un precioso puente sobre el río Deza, tal vez considerando el camino que aún nos quedaba por recorrer y las escasas fuerzas que nos acompañaban, hasta llegar a la catedral compostelana.

Enamorado del camino, de todos los caminos que a Santiago conducen, pienso que no fue fortuita la elección de esta foto, que mi inclinación por ella ha sido lógica y natural, ya que veo reflejada en la misma mi pasión por la naturaleza, la añoranza de unas preciosas jornadas de convivencia con dos parejas de grandes amigos que nos acompañaban, el recuerdo de Galicia, de nogales, castaños, manzanos, de montes siempre verdes, de pastizales, de sus gentes que tan hondo han calado dentro de mí,  también me evoca la desilusión por no haber podido realizar de nuevo, en Octubre de este año, el camino primitivo desde la Catedral de Oviedo, un proyecto de camino largamente acariciado.

Esas son las evocaciones que esta fotografía despiertan en mi y que a pesar de la simpleza de la misma, son más que suficientes para haberla elegido de una forma que se me antojó casual, pero que ahora creo resultado de emociones fuertemente sentidas.