LA MUJER, LOS FUEGOS DE ARTIFICIO Y LAS HOGUERAS
Ayer se celebró en todo el mundo el
Día Internacional de la Mujer. Todas las ciudades de nuestro país
se colapsaron por una incontenible marea humana, abrumadoramente
femenina, todo un tsunami, un inmenso clamor por la igualdad entre
hombres y mujeres.
Se demostró así, la gran capacidad de convocatoria de un movimiento feminista que persigue, siempre ha perseguido, una igualdad social que lamentablemente sigue teniendo un horizonte lejano.
Eso fué ayer, día 8 de Marzo. Hoy es
el día después y la brecha salarial sigue existiendo, el maltrato
hacia la mujer sigue existiendo, el desequilibrio en el desempeño de
las tareas hogareñas, sigue existiendo, el techo de cristal, ese que
hace que habiendo más mujeres licenciadas y con mejores notas, los
puestos directivos en las empresas, en la política, en la sanidad,
en la administración, en la judicatura, en los medios de
comunicación, sigan siendo abrumadoramente ocupados por hombres, ese
techo de cristal, sigue existiendo.
Lo de ayer fué sin duda alguna
impresionante. Pero si queda en fuego de artificio, no habrá servido
de mucho. Es necesario que se convierta en hoguera capaz de quemar y
reducir a cenizas tantos siglos de incomprensión, de discriminación,
de dominancia masculina.
Debe de prender en todos los ámbitos,
desde el hogar hasta las más altas instancias del Estado.
Es el hogar el primer ámbito de
actuación. La educación de nuestros hijos ha de incidir en el
respeto mutuo y en la igualdad de derechos y deberes
sin distinción de sexo.
Esta ha de continuar en el colegio,
institutos y universidades con una educación no sexista.
Es evidente que las leyes que
favorezcan la igualdad no son suficientes, pero si imprescindibles.
La Ley Orgánica 3/2007 para la igualdad efectiva entre hombres y
mujeres, apenas si se ha desarrollado, alrededor de 20 leyes que la
amplían y complementan, duermen el sueño de los justos esperando su
entrada a debate y aprobación en el parlamento. Los fondos ya
destinados para luchar contra la violencia de género en 2018, unos
200 millones de euros, están congelados. Algunas actuaciones
judiciales ante casos de maltrato, así como algunas opiniones de los
más altos representantes de la Iglesia en España son como para
juzgar a los juzgadores. Todos estos ejemplos son indicadores
meridianamente claros de una falta de voluntad política.
La presión a ejercer en todos estos
ámbitos para que la extraordinaria fuerza demostrada en el día de
ayer por nuestras compañeras de camino no quede sólo en un
espectáculo pirotécnico, deberá ser el fuego que arrase y reduzca
a cenizas cualquier atisbo de desigualdad. Esa es la enorme tarea pendiente y en ella hemos ir cogidos de la mano mujeres y hombres.
Más y mejores historias de mujeres en
el blog de nuestra amiga Inma Blanco