No sé si alguna vez os
he hablado de mi afición por la fotografía. Sobrado de voluntad
pero escaso en acierto, me defino como un voluntarioso mal fotógrafo.
Llevado por esta afición, ayer fuí a ver la obra de Gervasio
Sánchez, un periodista gráfico, reportero de guerra que ha estado
en los principales conflictos bélicos de las últimas décadas.
Pretendía encontrar algo
de luz para mi miopía fotográfica en cuanto a composición,
encuadre, iluminación, tratamiento de imágenes, planos, etc. y lo
hallé en abundancia, pero no me fué posible centrarme en esos
aspectos técnicos. Me encontré con un fotógrafo del sufrimiento y
la desolación, con la sensibilidad de quien con su cámara nos
muestra, sin trampa ni cartón, las consecuencias de la sinrazón
humana.
Ante mí, el tremendo
espectáculo de una humanidad que se desangra. Víctimas del hambre y
de la guerra con sus mutilados miembros, con su inmensa pobreza, con
su desarraigo, expuestos a la frívola mirada de los que vivimos a
espaldas de una realidad que está afectando a millones de seres en
muchos lugares del mundo.
Abismos de tristeza y una
infinita dignidad en la mirada de esos rostros desamparados e
indefensos. incapaces siquiera de acusarnos, pero que exigen un
porqué que nadie sabe o quiere darles.
Comparto con vosotros las
silenciosas lágrimas que derramé ante tanta desolación. Dí una
segunda vuelta a la exposición de forma más pausada pero no más
serena, y me fuí despidiendo uno por uno, de una forma casi
ceremoniosa, de esas personas, unas anónimas, otras con nombre y
apellidos que reclamaban mi atención, interiorizando y haciendo un
poco mío, su sufrimiento y su agonía. Salí de allí con el corazón
encogido, con la amarga certeza de que la vida a pesar de todo, sigue, un poco más fotógrafo y mucho más humano.
El resto de aportaciones a esta convocatoria podeis leerlo aqui, en este mismo blog
Yo también habría llorado, lo hago sin ver las imágenes, solamente porque se lo que ocurre. Un abrazo
ResponderEliminarMe has emocionado con esas despedidas de esas personas anónimas.
ResponderEliminarMuy bueno tu relato...
ResponderEliminarDemasiado triste ese testimonio fotográfico, pero es parta de una realidad a la que, a veces, cerramos los ojos...
Muchos besos
Mudas fotografias de las víctimas, de los cuerpos flagelados por guerras sin sentido.
ResponderEliminarUna despedida con mucha sensibilidad.
Un beso
Tremendo testimonio que hemos podido escudriñar gracias a tu sensibilidad. La guerra y la estupidez humana se retro alimentan sin llegar nunca al límite y lastimosamente, vemos que nunca aprendemos de los errores que una y otra vez seguimos cometiendo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Helada, así me quedo al terminar de leerte. Tu texto es duro, como la realidad de esas personas que no conocemos ni vemos en nuestra realidad. A veces me pregunto de qué nos quejamos, por qué no se puede hacer algo para frenar tanta violencia, y tanta soledad.
ResponderEliminarLa fotografía me impactó, a pesar de haber visto otras, esta se hace más dura acompañada de tus letras.
Un abrazo enorme.
Te aseguro amigo Pepe que lograste tocarme el corazón
ResponderEliminarDigo absolutamente lo mismo que Lao. No se puede definir major esta situación de los llamados "sin techo". Perfecta discripción amigo Pepe .Un saludo entrañable.
ResponderEliminarSi saliste más humano de esa exposición, diste un gran paso en tu vida...y es que el mundo gira por todos lados, en todos los sentidos, aunque nosotros estemos parados.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Impresionante la fotografía realista y humana que nos dejas de la exposición, Pepe...Mi felicitación por tu sensibilidad, tu solidaridad y tu grandeza interior, que nos emociona a todos. Mi abrazo y mi cariño, amigo.
ResponderEliminarM.Jesús
curiosa forma de llegar a una despedida, no de conocidos sino de anónimos que representan distintas formas de vida. Curiosa fotografía la que asocias, con una victima inocente y otra victima por convicción.
ResponderEliminarUn abrazo
Se me ha erizado la piel al leerte Pepe... He podido sentir esa desolación a través de tus letras... una realidad que está ahí fuera... la fotografía que acompaña a tus letras encoge el alma... tremendo texto....
ResponderEliminarMuchos besinos....
Como siempre que te puedo leer, traspasas todas las sensaciones que guardan tus palabras de una forma tan directa y real que duele en el alma. La fotografía es tremenda.
ResponderEliminarMe alegro que después de esa exposición te sientas más humano...ojala a quienes le corresponde solucionar estos temas les pasara lo mismo.
Abrazos querido amigo, perdona mis ausencias son obligadas. Abrazos para toda la familia..
Por desgracia, la vida es así, y como dice el refrán: Ojos que no ven, corazón que no siente. Hay tanta gente
ResponderEliminaren en el mundo que sufre, y a veces solo podemos mirar su sufrimiento, y como máximo sentir empatía por aquella persona desconocia. Es triste pero es así.
Me gustó mucho tu relato amigo.
Un abrazo
En mi antiguo blog tenía una sección llamada mis héroes, pocas persoans pero estaba Gervasio, un hombre coherente que expresa su sentimiento con la cámara y sus opiniones si casarse con nadie y acusando a quienes realmente se benefician de ese sufrimiento que relata, como expresas, con inmenso respeto por las personas que nos hace visibles, para que sepamos que cada muerto, cada mutilado o cada exiliado son un ser humano con todos los derechos inherentes a esa condición.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte, me ha gustado mucho tu relato.
Imposible no sentir ante imagenes tan impactantes y dolorosas, más aún siendo tan reales.
ResponderEliminarGracias Pepe por acercarlas tambien a nosotros.
Besos.
Muy fuerte lo que nos has compartido Pepe. Las imágenes emocionan, dan tristeza. Y nos lleva a interiorizar o razonar esa parte tan cruel de la humanidad. La guerra y la pobreza no debería ser tan ajena, sino sentirla propia.
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