EL IMPOSIBLE OLVIDO
Si
el día se caracteriza por la luz, porque no vemos las estrellas y
la noche por la ausencia de luz, o porque las estrellas son
visibles, veremos que el día sólo tiene sentido frente a la noche
y viceversa.
Puede parecer otro ejemplo LA MEMORIA Y EL OLVIDO. Sin embargo creo que el olvido no existe.
El hecho de que recordemos algo, implica que no lo hemos olvidado. No obstante, el no recordar, no significa que hayamos olvidado.
Yo puedo recordar el día de mi boda, en qué iglesia se celebró, o quienes asistieron porque tuvo y tiene una relevancia excepcional y beneficiosa en mi vida, tanto que lo “situé” en un lugar destacado y de fácil recuperación en mi memoria.
Sin embargo, si alguno de mis invitados tuvo un momento especial, a pesar de que lo hubiera compartido conmigo, posiblemente yo no lo recordaría salvo que él me lo mencionara y después de hurgar en mi memoria. Para mí fue algo intrascendente que en mi memoria ocupó un lugar casi inaccesible.
El olvido no es sino un intento de borrar de la memoria aquello que, queramos o no, siempre recordaremos de una forma insconsciente. Normalmente deseamos olvidar aquello que nos resulta especialmente traumático, desagradable, vergonzante.
Pero si es imposible olvidar, tampoco es fácil el esfuerzo necesario para NO RECORDAR. El no recordar tiene relación directa con la significación que los momentos vividos han tenido para nosotros. Lo que hoy nos parece importante, mañana es relegado a zonas de nuestra memoria más recónditas por la aparición de un suceso más importante que el anterior, o por nuestra necesidad de relegarlos, a pesar de su importancia.
Finalmente, llego a la conclusión de que no tenemos la capacidad de olvidar, y que, determinados acontecimientos vienen una y otra vez al primer plano de nuestra consciencia, a pesar de nuestros esfuerzos por no recordarlos.
Puede parecer otro ejemplo LA MEMORIA Y EL OLVIDO. Sin embargo creo que el olvido no existe.
El hecho de que recordemos algo, implica que no lo hemos olvidado. No obstante, el no recordar, no significa que hayamos olvidado.
Yo puedo recordar el día de mi boda, en qué iglesia se celebró, o quienes asistieron porque tuvo y tiene una relevancia excepcional y beneficiosa en mi vida, tanto que lo “situé” en un lugar destacado y de fácil recuperación en mi memoria.
Sin embargo, si alguno de mis invitados tuvo un momento especial, a pesar de que lo hubiera compartido conmigo, posiblemente yo no lo recordaría salvo que él me lo mencionara y después de hurgar en mi memoria. Para mí fue algo intrascendente que en mi memoria ocupó un lugar casi inaccesible.
El olvido no es sino un intento de borrar de la memoria aquello que, queramos o no, siempre recordaremos de una forma insconsciente. Normalmente deseamos olvidar aquello que nos resulta especialmente traumático, desagradable, vergonzante.
Pero si es imposible olvidar, tampoco es fácil el esfuerzo necesario para NO RECORDAR. El no recordar tiene relación directa con la significación que los momentos vividos han tenido para nosotros. Lo que hoy nos parece importante, mañana es relegado a zonas de nuestra memoria más recónditas por la aparición de un suceso más importante que el anterior, o por nuestra necesidad de relegarlos, a pesar de su importancia.
Finalmente, llego a la conclusión de que no tenemos la capacidad de olvidar, y que, determinados acontecimientos vienen una y otra vez al primer plano de nuestra consciencia, a pesar de nuestros esfuerzos por no recordarlos.
Encontrareis más duetos inspiradores en el blog de nuestra buena amiga Mónica
Estoy completamente de acuerdo contigo Pepe . De hecho yo también habia elegido este dueto para mi aporptación juevera. Ahora lo voy a cambiar, porque lo iba a defender con tus mismos argumentos.
ResponderEliminarUn recuerdo cariñoso
Nos has dado toda una lección de filosofía.
ResponderEliminarMuy buenas reflexiones, Pepe. El olvido es nuestra capacidad de "velar" intencionalmente o no, los hechos dolorosos o intrascendentes que sucedieron a lo largo de nuestra vida. Los más terribles, los más trágicos, quisiéramos que efectivamente nunca nos hubiesen sucedido.
ResponderEliminarMuchas gracias por sumarte a mi propuesta.
Un fuerte abrazo
Reflexivo texto!!!
ResponderEliminarDecía Dyango en una canción (puede no ser una cita destacable) "olvidar, olvidar quien pudiera..."Es que es cierto, vamos olvidando porque de otro modo sería imposible hacer lugar a los nuevos recuerdos, pero siempre queda algo en el casillero (y no siempre lo que queremos retener) hasta que queda completito. Quizás algo suceda después, que ayude a aliviar la pesada carga que a veces constituye tener memoria.
Un fuerte abrazo Pepe.
Está muy bien tu reflexión, hay cosas que queremos olvidar y nos es imposible y a la inversa. Como dices tú seguramente se encuentra en el subsconsciente.
ResponderEliminarU abrazo
Me ha encantado, y me gusta mucho la manera de explicarlo. Pienso que tienes razón, pero me pregunto, si no descargamos nada de la memoria, tiene tantísima capacidad para seguir acumulando sucesos?
ResponderEliminarMuchos besos
Muy filosófico Pepe! Estoy de acuerdo contigo sobre todo en el final y es que a veces, aunque queramos olvidar, el recuerdo nos vuelve una y otra vez, sin embargo, yo si me he dado cuenta de que el tiempo es un gran aliado para suavizar esos recuerdos que quisiéramos olvidar.
ResponderEliminarPor otra parte, ya reflexionando conmigo misma, si que hay cosas que no recordamos exactamente como fueron, sobre todo en tiempos pasados....pero bueno eso ya lo dejamos para otro día, que veo que me extiendo demasiado.
Un placer leerte, y ahora que sé cómo es tu voz, me viene a la memoria según leo tu relato...
Un beso
Hola Pepe, fue una buena ocasión el conocernos en el marco incomparable de Aranjuez. He leído con detenimiento tu enfoque y no puedo si no decir que lo has planteado perfecto.
ResponderEliminarUn abrazo
La memoria tiene mecanismos curiosos, que hacen tan interesantes a las nuerociencias, como que no se recuerda lo que pasó, sino la reconstrucción de lo que pasó.
ResponderEliminarBien planteado.
Un texto reflexivo impecable y con el que estoy totalmente de acuerdo. No creo que exista el olvido, aunque muchas veces me contradiga en mis poemas, o escritos, pero son ficción. Supongo que uno adormece los traumas, los dolores intensos que nos han marcado para poder ser más felices. Pero todo ello queda en el inconsciente, y tiene que ser trabajado para que no salga de allí y nos siga lastimando.
ResponderEliminarHa sido un placer inmenso leerte! Un abrazo inmenso.
Los vericuetos de nuestra memoria... llena de remembranzas, llena de olvidos. Pienso que la memoria sabe ser selectiva, aunque muchas veces nos tienda a recordar cosas que nos duelen, o a dejar atrás, pequeños detalles que merecerían ser recordados. Me gustó tu texto, lleva a la reflexión, y eso, siempre es positivo.
ResponderEliminarBesos!
Gaby*
Tienes razón, de una u otra forma siempre recordamos, y recordamos cosas que nos fueron relevantes, lo demás está 'dormido' más no olvidado.
ResponderEliminarTiene mucha miga esta reflexión, y si ahora, después de leerla, la recordase en su totalidad, seguramente compartiría contigo coincidencias y alguna que otra divergencia. pero como tú dices, me he quedado con lo que más brilla, (que es mucho) el resto ya me vendrá en cualquier otro momento.
ResponderEliminarAbrazos
Hola, Pepe.
ResponderEliminarEl factor general que condiciona el olvido es el tiempo. Y como Mario Benedetti dijo
“ese olvido esta lleno de memoria” Muy buena tu introspeccion. Un beso
(disculpa la falta de tildes y acentos mi teclado no los tiene)