22 de febrero de 2012

Este jueves un relato: "Experiencia inolvidable"


Al fín nos habíamos decidido. Después de más de un año insistiéndonos en que pasáramos un fin de semana con ella en Madrid, allí estábamos en la estación de Atocha abrazando a Yolanda, nuestra hija.

Hacía más de un año que estaba trabajando en una multinacional americana dedicada a prestar servicios de consultoría, auditoría y desarrollo de software. Ella se dedicaba al desarrollo de aplicaciones de gestión para grandes empresas, fundamentalmente. Compartía piso con dos chicos, uno de ellos italiano.

Venía a casa prácticamente todos los fines de semana, pero le hacía ilusión que, aunque fuera por una sola vez, fuésemos nosotros los que nos desplazáramos y así conocer el piso que habitaba, los chicos con los que compartía vivienda y hacer de cicerone para enseñarnos algunos rincones de Madrid.

El piso era amplio y estaba bien situado, en una zona céntrica y tranquila. Tras soltar las maletas y conocer a uno solo de sus compañeros ya que el otro se había marchado por unos días a Italia, nos fuimos a patear Madrid. Yolanda recibió la llamada de David, intimo amigo desde la infancia, casi un hermano. Quedamos con él y se unió a nosotros. Después de un día ajetreado, de comer y cenar fuera, reventados de andar, David, espíritu aventurero y alegre donde los haya, aún tenía ganas de divertirse, por lo que nos propuso ir a tomar unas copas al barrio de Chueca, uno de los más populares y festivos de la capital de España.

Toñi y yo decidimos que por ese día ya era suficiente. Nos acompañaron a casa, nos dejaron en la puerta del piso y se marcharon.

Agotados, tardamos muy poco en quedarnos profundamente dormidos. Del sueño nos despertaron serían las tres de la mañana, unos enormes gritos.  ¡Policía! ¿Quiénes son ustedes? ¿qué hacen aquí?. Una potente linterna nos alumbraba directamente a la cara mientras dos personas uniformadas, hombre y mujer, nos encañonaban con sendas pistolas. 

Como pudimos,  medio dormidos, casi desnudos, balbuceantes, muertos de miedo, acertamos a decir que en el piso vivía mi hija, que pasábamos el fin de semana con ella, que se encontraba tomando unas copas con unos amigos y que, seguramente, no tardaría en volver.

No sé si fue por nuestras entrecortadas palabras o por nuestro jocoso aspecto que inspiraría de todo menos miedo, que los agentes cambiaron su tensa expresión por una amable sonrisa. Y vinieron las explicaciones. Mi hija y su amigo, por descuido, dejaron la puerta abierta y una vecina, alertada por esta circunstancia, avisó a la policía. 

Después de solicitar nuestra documentación y tomar nota de nuestros datos personales, se despidieron con una disculpa y pudimos al fin volver a la cama, aunque el sueño ya no retornó a nosotros en toda la noche. Además, tuvimos que soportar las risas y bromas de Yolanda, de su amigo David y de su compañero de piso, durante todo el fin de semana.  Por todo ello, nuestra estancia en Madrid, para visitar a Yolanda, fué una auténtica experiencia inolvidable.

Más inolvidables vivencias en el blog de nuestra amiga MARU

23 comentarios:

  1. jajajajaaaaa Pepe, vaya aventura!!!!! Menos mal que estábais en España y claro, hablábais español... Imagínate eso en otro país que no dominas el idioma.
    Pero de esto sacamos la conclusión de que las cosas funcionaron bien. La vecina estuvo atenta y diligente... y la policía también. Me ha encantado. Gracias por tu participación, querido amigo.

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  2. Menudo susto, menos mal que no fue en Atenas, hubiera venido todo el barrio a troncharse de la risa, como me pasó a mí! Me quedé encerrada en un quinto piso porque mi amiga se dejó la puerta cerrada por fuera, yo con las maletas hechas dispuesta a volver a casa, el taxi en la calle pitando, las 5´30 de la mañana, le digo al taxista que no puedo salir y llama a la patrulla, la patrulla a la policía local, la local a una ambulancia... ni te cuento.

    Todavía me río con tu historia, pobres.

    Beso, compañero.

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  3. Ahora ya parece algo mejor pero imagino que entonces os llevaríais un susto de muerte. Eso de despertados iluminados por una linterna y con la policía delante no se lo deseo a nadie...
    Y como dice Maru, menos mal que era en España.
    Besitos

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  4. Si que fue inolvidable, menudo susto, vamos para que os diera un jamacuco. Bueno, ahoras da risa, pero en ese momento, vaya papelón.
    Así como lo cuentas tú tiene su gracia.
    Un abrazo

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  5. Pues menudo susto que les dieron esos policias, imagino las bromas de tu hija y sus amigos, jaja, vaya aventura

    Un fuerte abrazo extensivo a Toñi.

    Anny

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  6. jajajaa....me imagino las caras de susto!, pobres!...y en paños menores! ajjaa...como para no reírse a tope después! jejeje
    Una experiencia digna de ser contada!...por suerte, con una amplia sonrisa!

    un abrazo.

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  7. Jopela,Pepe,me imagino el susto!
    Y ahora sí,se ríe uno(jajajaja) pero
    vaya momento más delicado!!Pobre Toñy.Ayyy ,esa hija vuestra qué risas ha debido de echar!!
    Ahora ya lo recordaréis siempre.
    Sabes?no me hubiera gustado estar allí.Fuerte,fuerte!!
    Besucos para aliviar el susto.

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  8. Hola Pepe:
    Madrid tambien es la protagonista de mi relato, aunque, digamos, a mi no me entró la policía...digamos que lo inolvidable está tanto en lo bueno como en lo malo o en lo que, tras un tiempo, te hace echar unas risas...
    Besos
    Wendy

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  9. buenos días...
    voy a dejar de lado la historia...me centro en la forma...¿por qué? por que mientras te leía, pepe, me estaba dando cuenta de que la forma de expresar este acontecimiento es sencilla, está más que bien construida, por que de la sencillez...no, esto no es,me refieroa lo que iba a escribir...por que desde la sencillez has podido transmitir jocosidad y tensión, sin grandes o ninguno, si tú qieres, adornos lingüísticos...
    la claridad y el buen uso del lenguaje predominan en este tu escrito,pepe...
    medio beso.

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  10. ¡Jo Pepe, vaya despertar!. Esta es la típica historia que cuando te esta sucediendo estas tan "cagao" que te tiemblan hasta las canillas, pero cuando ya ha pasado y la cuentas, no tienes más remedio que reirte a carcajadas.

    Muy buena y amena la anécdota.

    Un abrazo

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  11. las noches en casas ajenas deberían de tener manual de instrucciones, yo no era la policía y la habitación donde entré a oscuras para no armar jaleo tampoco era el baño.... sí puedes reirte XD. Un abrazote por dos

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  12. Aigggggg, que susto, que susto, que sustoooooo, vamos, a mi me despiertan dos polis a grito en limpio y encañonándome con sendas pistolas y detrás de ellos tiene que venir la ambulancia del chungo que me ha dado, jajajaja, eso si, luego estas historias son las que se cuentan en las sobremesa y uno se muere... pero de la risa!!!, miles de besossssssssssssssssssss

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  13. Uyy, menudo susto. Imagino que cuando os enfocaban con la luz pensariáis que estabáis soñando, o en otra dimensión como mínimo. La verdad es que en estos casos reirse es bueno para liberar tensiones.

    Buena anecdota.
    Estoy de acuerdo con Gus.

    Un beso.

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  14. Me ocurre a mí y me muero del susto allí mismo, con lo miedosa que soy...

    Extraordinaria anécdota, desde entonces revisarás bien que la puerta de la calle esté cerrada ¿no?jajaja,¡qué bueno!

    Un abrazo Pepe.

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  15. Bueno, eso pasó, pero podéis volver, que no somos tan malos, jeje. Si no Madrid, venid a Aranjuez, que se respira más paz y nos encantaría teneros por aquí.
    Por otra parte, es que la gente se está haciendo desconfiada hasta límites .... uhmmmm ... intolerables.
    Un abrazo, amigo.

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  16. Conmigo no hubieran tenido suerte, ninguna información, ninguna respuesta ... me hubiera desmayado alli mismo del susto. A una tía le pasó algo parecido, pero en su caso no eran policías: ERAN LADRONES!!! tres tipos al lado de su cama exigiéndole que les entregara el dinero (que no tenía por supuesto, se habían equivocado de persona).
    Una experiencia inolvidable sin dudas, imagino como se habrán reído mas tarde!
    un abrazo

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  17. de verdad que fue inolvidable, habrán partido certeros de en cuan buenas manos estaba Yolanda. No siempre los vecinos son tan comedidos.
    He leído hacia atrás y te felicito también por tu haiku, y por las ganas como anfitrión de sueños.

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  18. Je,Je , a quien se le ocurriria dejar la puerta abierta? menos mal que fue la vecina, y no los amigos de lo ajeno quien entrara a fastidiaros de verdad la noche, siempre hay que mirar el lado positivo de como acabar un historia que puedo haber acabado de muchas maneras, para acabar recordándolo como algo gracioso.

    saludos

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  19. Jajajajaja Hay Pepe que os he visto a Toñi y a ti, alli arrebujaditos, con los ojos como platos, pálidos y desgreñadillos, jajaja mire usted señor agente que somos gente de bien jajaja, !Dios que situación!, vecina cotilla jajajaja.
    Desde luego una situación para no olvidarla jamás.
    Besos a los dos asaltante de la casa de su hija.

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  20. Que buena historia Pepe, que viaje tan ajetreado, pero lo bueno de estas cosas es que después uno puede reirse al recordarlas.
    Un abrazo.

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  21. Me imagino la situación, y el susto.
    Es extraordinario, cuando no se espera y el sobresalto, hasta que se aclara todo es mayúsculo.
    Recuerdo otras noches en un tema de Raimon ("la nit") en la que cualquier ruido en el rellano o en la escalera, presuponía una visita similar, pero con diferentes intenciones.

    Como siempre ameno y cercano.
    Abrazos

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  22. Muy entretenido relato, a partir de una experiencia de verdadero susto. Ese final felíz, nos permite hoy reirnos y tomar a broma el suceso, imaginando la cara de Uds. y la absurda situación que sin lugar a dudas sería para que me desmayara por lo menos si me pasara...(claro sobretodo en Madrid!!!! jajaj)

    besos y abrazos

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  23. Pepe jajajaja,valla historia, me has alegrado la tarde del sabado,claro que eso lo digo, porque no me ha pasado a mi jajajja, ya se que ando tarde en las visitas,pero no he encontrado otro momento, por cierto, creo que he acertado, porque estoy pasando una deliciosa tarde paseando entre vuestras acogedoras casas amigo...Besos Lucia.

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