El sistemático incumplimiento
de las normas, lleva irremediablemente al caos. Las normas deben existir y a
ellas debemos acoplar nuestro proceder, ellas han de regir nuestro
comportamiento. Las normas facilitan la convivencia y nuestro desarrollo
armónico. Sin embargo, para que los componentes de una sociedad cualquiera
aprecien la conveniencia de las normas, estas han de ser las adecuadas para
cumplir con esa función vertebradora que se les supone.
Cuando las normas o su
malintencionada interpretación y cumplimiento no son adecuadas porque favorecen tremendos desequilibrios
y desajustes, cuando el edificio que sobre ellas construimos como sociedad carece
de la necesaria solidez y acaba desmoronándose sepultando bajo sus escombros a
los más débiles y desamparados, cuando no obligan a todos por igual, cuando
parecen estar encaminadas a primar los intereses particulares de unos pocos en
detrimento de los colectivos, se hace necesario como primera medida, saltarse
las normas, incumplirlas, desobedecerlas en todo aquello que las hace perversas,
plantar cara a la debacle que el sometimiento a las mismas origina y al mismo
tiempo presionar para que sean sustituidas, reinventarlas por otras que estén en
comunión y consonancia con lo que la sociedad en su conjunto espera de ellas y
de aquellos que han recibido el encargo de elaborarlas lo más justas posible primero y de velar por su
cumplimiento después.
Hay más que abogan por saltarse las normas en la casa de nuestro amigo Gus
Así es tocayo, así es. Bss.
ResponderEliminarPreciso y racional, como siempre.
ResponderEliminarUn abrazo, Manuel.
Joderrrrrrrrrrrrrrr, ¿en qué estaría yo pensando? En vez de las normas te he cambiado el nombre: mil disculpas y un abrazo Pepe.
ResponderEliminarLas normas se deben romper y cambiar siempre que no defiendan las necesidades de las personas más débiles de la sociedad. Nada es intocable. Un saludo.
ResponderEliminarInjusta es la norma que inclina la balanza en favor de quien más influencia tiene.
ResponderEliminarMuy actual y comprometido tu texto.
Un abrazo
Nada más que añadir, estoy totalmente de acuerdo.
ResponderEliminarHas sido claro y conciso.
Un beso.
Bien cierto Pepe, las normas se las saltan todas los de arriba, así que ahora juguemos con nuestras propias normas y que se enteren.
ResponderEliminarBesito.
Las normas nos las saltamos todos, cada uno las suyas, sólo que las que se saltan desde el poder, son trascendentales, vitales y lo peor de todo, casi siempre impunes.
ResponderEliminarMuy bueno tu texto, estimulante y esperanzador, lástima que sea en el desierto virtual.
Abrazos
Creo que la rigurosidad con el cumplimiento de las normas no es equitativa de ningún modo. Hay normas, que vienen siendo desobedecidas, ignoradas, e incluso, manipuladas desde lugares del poder, que hasta da náuseas. El grito de muchos, ni siquiera moviliza la sordera de pocos. Es lamentable, pero así de injustas son algunas cosas.
ResponderEliminarBien lo has dicho Pepe!
Besos!
Gaby*
simplemente creo que hay reglas que son impuestas sin saber por que y que no favorecen para nada ni en lo más mínimo al colectivo que realmente las lleva a cabo y son su real condena, reglas impuestas sin ver ni ofrecen realmente veneficio a la gente para su circunstancias o convivencia y es por ello es que a veces es necesario imperante e irremediablemente saltarse las reglas
ResponderEliminarHola, ola de mar...
ResponderEliminarPor desgracia , algunas personas no lo ven así, y se empeñan en mantener las mismas normas año tras año, década tras década, obligándonos entorpeciendo nuestra evolución en todos los ámbitos.
Un beso, del
Aire
Mi querido Pepe, has cogido el toro por los cuernos y no te has zafado del tema con un relato literario sino con una seria disertación sobre lo que son o deberían ser las normas y que decirte, totalmente de acuerdo, las normas son necesarias para la sociedad, pero cuando estas vienen impuestas por un sector mínimo de la sociedad y va en contra de una mayoría hay que romperlas y hacer otras nuevas, ¡chapeau!, miles de besossssssssssssssssss
ResponderEliminarNada que añadir, nada que tachar, todo lo que dices lo debería sentir cualquiera en ese espacio interior que podemos llamar corazón o conciencia, ética o moralidad. Un texto para leerlo una y otra vez cuando nos sintamos solos ante la desazón. Un abrazo.
ResponderEliminarTu reflexión me pilla planteándome escribir un artículo de blog jurídico-economico. En general, las normas están bien hechas, lo que ocurre es que no se aplican.
ResponderEliminarUltimamente hacen leyes que ya existían, pero si las viejas viejas eran claras e inteligibles, las nuevas son bodrios mal redactados e inaplicables.
Últimamente creo que como las leyes ya se las han cargado, van a intentar destruir la inteligencia, si no, ojo a lo que dicen en relación a Bárcenas.
Vale, dejo de indignaarme, un abrazo y hasta pronto.
Buena reflexión sobre las normas. Te esperamos en el Encuentro Juevero. Un abrazo.
ResponderEliminarQuerido Pepe, una reflexión muy adecuada para el momento que estamos viviendo, saltarse las normas, se ha convertido en el deporte nacional....para los privilegiados más desvergonzados, los demás... saltamos del 1 al 30 de cada mes, sin perder la verguenza.
ResponderEliminarBesos amigo.
Ante las injusticias se justifica el incumplimiento de las normas y la obligación de cambiarlas. Apoyo totalmente tu reflexión. Un besote.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarCuando la norma es solo obligación de los ciudadanos y los que tienen que dar el ejemplo ni siquiera cumple con las reglas básicas, es que estamos en problemas. Y la verdad que lo único que conozco desde siempre, es que estamos en problemas. Cabe decir, hecha la norma, hecha la trampa.
ResponderEliminarComo la ley, porque la justicia es justa, quien no son justos son los que las ejecutan.
Las normas deberían solamente aplicar un buen compromiso para que todos convivamos en ordenada armonía. ¡Que utopía!
Un abrazo Pepe.
Lo injusto hay que renovarlo por años que lleve escrito. No vale lo de "siempre ha sido así". Excelente reflexión Pepe.
ResponderEliminarUn abrazo!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPues tengo poco que añadir, las normas deben tener siempre un carácter general y no parcial, porque eso llama al desequilibrio... así es y así estamos
ResponderEliminarBesos!!
(Ya queda ná...)
Tienes razón, esas normas han de ser justas ysi no lo son, cambiarlas. Tal como estamos ahora, más de una ley ha de cambiarse si queremos hacer un mundo más justo y con menos desigualdades, o sinó tarde o temprano se cambiarán por la fuerza de los acontecimientos.
ResponderEliminarUn abrazo
a ver, pepe, sé lo que es la anarquía. pero lo que no sé es en su vertiente política lo que el anarquismo perseguía. no puedo imaginarme que ese movimiento político-social persiguiera una sociedad sin normas. podría ahora buscar esta tendencia en google, pero no me da la gana.
ResponderEliminary hablo de anarquía tal y como yo la entiendo, sin normas, vamos, por que al leer lo que has escrito,el primer impulso es defender esa idea. de verdad, pepe. uno está hasta los huevos de tanta mierda de como está viendo en estos últimos tiempos. pero, claro, nos tienen en el fondo cogidos por esas mismas normas que la casta política y de la de sus adláteres, llámalos banqueros y ricos y similares, poderes fácticos, vamos, dice que existe y defienden a capa y espada, pues en el fondo es su escudo, es su arma.
en fin, que me cagüenrusiaaaaa¡¡
medio beso, pepe.
A ver, Juliano. También yo sé lo que es la anarquía, pero no la defiendo. De hecho, el primer párrafo va destinado integramente a glosar la importancia capital de las normas. Pero eso sí, abogo por la presión social para que las normas que descaradamente favorecen a un determinado estrato social, sean cambiadas y para que la sociedad sea un poco más justa y si es posible, con una discriminación positiva hacia los más desfavorecidos.
EliminarUn beso entero.
Yo pienso que quien pone las normas debe ser el primero en respetarlas, pero no es así, generalmente pasa todo lo contrario. Así que no estoy de acuerdo con ser tan estructurado sobre normas que imponen los demás, insisto en que todo se puede mediar para manejarnos con cierta libertad sin perjudicar a los otros.
ResponderEliminarUn beso.
Normas para todos por igual; pero vemos día sí y día tambien, que hay "algun@s" que parecen, que con ell@s, no van.
ResponderEliminarBss.
Ciertamente, las normas deben estar inspirada en valores que lleven a una convivencia justa y solidaria. Las reglas del juego nos aseguran como vivir y nos dotan de cierta certeza, como en el tránsito.
ResponderEliminarTu escrito es suscribible de "pe a pa".
Besos y buen domingo
Las normas parecen estar hechas para unos pocos, los que ponen las normas en esta sociedad son los primeros en incumplirlas. Soy partidaria de saltarme algunas, siempre que no perjudique al de al lado, hay normas con las que no estoy de acuerdo amigo Pepe, sobre todo con las que coartan una libertad civilizada de cada uno.
ResponderEliminarRealmente tiene que haber normas, estoy de acuerdo, también educación y otras muchas cosas.
Un beso grande, grande, también para tu dulce Toñi
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarComprometido este texto Pepe, estoy de acuerdo con lo que expones.
ResponderEliminarNormas sí, pero para todos.
Un abrazo.
Saltarse las normas impuestas de forma que favorecen exclusivamente los intereses de unos pocos, siempre está relacionado proporcionalmente con el volumen de una cuenta corriente.
ResponderEliminarHoy día es necesaria una especie de re-evolución, de toma de conciencia del poder que tenemos como pueblo, hay que tener agallas y abandonar la poltrona de ver el partido, dejar la cobardía, la comodidad, la hipocresía. Si nos vamos a la Francia de los palacios aristócratas, de la corte derrochona, ciega y sorda que no escucha los gritos de hambre de fuera del palacio, ni el olor a podrido de los cadáveres que fallecen por la hambruna, veremos que fue necesaria una limpieza a fondo de varias capas socialmente poderosas y desvergonzadas ¿No estamos hoy día en la misma situación?
Un beso a los dos.