Mis sueños son
diminutos y domésticos. Se concretan en pequeños objetivos
realizables a corto plazo. Me afano en conseguirlos y cuando alguno
se hace gozosa realidad, inmediatamente surge otro ocupando su lugar. Mentiría si
dijera que no los tengo más ambiciosos. Claro que los tengo y los englobaría en uno solo: "El sueño de un mundo mejor", pero tiene unas
dimensiones tan enormes, afecta al bienestar de tanta gente, se
encuentra a tantos años luz de mis posibilidades personales que no
le quiero llamar sueño, sino utopía irrealizable. Para
conseguirlo sería necesario que todos los desheredados de la
Tierra, que son millones, se pusieran a caminar en la misma dirección
y eso, lamentablemente, nunca sucederá. Hay demasiados palos en las ruedas de ese carro trabando sus ruedas, impidiendo su avance.
Nuestra amiga Sindel nos invita a compartir con ella nuestros sueños. En su caso podeis encontrar todo un muestrario.
Cuando los sueños son tan generosos como los tuyos se deberían realizar. Un abrazo
ResponderEliminarMe sumo a tu bendita utopía. Cuando los pequeños sueños de un hombre de ley se cumplen, los desheredados de la tierra dan un pequeño paso hacia adelante.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y es una utopía un poco de todos, de los que formamos parte de ese gran sueño tan lejano que no creo que veamos realizarse. Pero mientras este el sueño titilando en nuestro corazón, habrá una esperanza.
ResponderEliminarMagnífico y reflexivo texto Pepe.
Un abrazo enorme.
Los sueños no tienen por que ser grandes, los pequeños son más hermosos y a veces se hacen realidad.
ResponderEliminarBesos
Pepe, si todos nos uniéramos en el deseo de que el mundo mejore y cumpla sus sueños...Dejaría de ser "utopía irrealizable" Ojalá los gobiernos atendieran a los desheredados a los más necesitados y se olvidaran de las guerras e injusticias...Nada es imposible.
ResponderEliminarTe dejo mi gratitud y mi abrazo por compartir.
M.Jesús
Muy bellos tus sueños diminutos y muy generoso tu gran sueño de un mundo justo.
ResponderEliminarAunque nos entretenemos en los personales sueños domésticos , no dejamos de perseguir el gran sueño de la fraternidad humana.
Un abrazo.
Lástima que no se hagan realidad tus sueños.
ResponderEliminarUn abrazo
Que bien descrito Pepe. Si cada uno nos molestáramos solo en cambiar nuestro entorno inmediato, en hacerlo un poco mejor , esa tendencia se extendería en poco tiempo y el número de personas felices se multiplicaría. Pero hay algo en nosotros que no funciona, en nosotros, en el ser humano en general como especie :-(
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