Su llegada al barrio fué
considerada como una bendición. En un barrio obrero, azotado por la
crisis, su aspecto bonachón y su abnegada labor social,
especialmente con la chiquillería, pronto lo hicieron acreedor del
afecto y cariño de todo el vecindario. Para el no había horas, se
entregaba en cuerpo y alma a a sus feligreses. Tal vez fué ese
exceso de celo, ese cariño que traspasaba límites, el que acabó
dando con sus huesos en la cárcel. La pederastia es el más
execrable, el más abyecto de los crímenes incluso para sus actuales
compañeros de cárcel. Decididamente, no, no es oro todo lo que
reluce.
Más falsas apariencias auríferas en el blog de nuestra amiga Teresa Oteo
No lo es, pero hay extremos execrables.
ResponderEliminarY lamentablemente ha pasado.
Esos van disfrazados de buena gente, de lo contrario les veríamos venir.El pederasta y el violador merecen cárcel de por vida. Abrazos
ResponderEliminarHola Pepe:
ResponderEliminarGenial el micro y mejor adaptado al tema imposible, desgraciadamente está ocurriendo con demasiada frecuencia y es tremendo, para mí, como tú dices, el peor y el más abyecto de los crímenes.
Muchas gracias por participar y acompañarme.
Un beso enorme.
Execrable en todo término Pepe. Mancillar a los niños, marcarles de por vida sin ningún escrúpulo es aborrecible y criminal.
ResponderEliminarBuen micro que duele leer.
Un abrazo
Tremendo!!!!
ResponderEliminarTrampa mortal para los inocentes que caen tras una sonrisa...bonachona...
ResponderEliminarHorrible!!!
Cordial abrazo
Desgraciadamente estos casos se dan demasiado frecuentemente.
ResponderEliminarUn abrazo
Se borró? Ayyyyyyyyyyyy Te decía que bravo!!!!! que en muy pocas líneas, lograste sorprenderme, que entre la imagen y el comienzo me habías despistado total. Para nada imaginaba el final. Un abrAZO MAESTRO!
ResponderEliminarMe gusta mucho tu relato, además es muy cierto que la pederastia se esconde bajo una capa de perfecta apariencia...
ResponderEliminarMuchos besos
Ufff, se me ha erizado la piel... tristemente casos como el que nos narras en este jueves pasan más a menudo de lo que deberían... y yo es que no lo entiendo, se escapa a mi lógica y mi razón... no puedo...
ResponderEliminarEn pocas líneas has concentrado mucho Pepe, enhorabuena...
Besines y feliz finde!!
Una falsa apariencia que no debería de existir.
ResponderEliminarUn saludo
... y de esa calaña hay tantos!!!
ResponderEliminar=(
un abrazo
Tu relato pone los pelos de punta de pensar en cuántos, desgraciadamente, hay de esta calaña!
ResponderEliminarMuy bueno Pepe!
Un beso
Si hay algo que no puedo soportar es a un pederasta. Y menos cuando se esconden tras el disfraz de la bondad y la religión para ejecutar sus actos imperdonables.
ResponderEliminarUn relato corto que dice demasiado. Aquí hubo varios casos de esos, algunos andan libres y otros como tienen poder están en prisión pero con sus beneficios.
Un asco realmente.
Te mando un fuerte abrazo.
Buenos días, Pepe:
ResponderEliminarUn tema de muy dolorosa actualidad. Coincido en tu condena sin abusos a esta aberración. Pero… ¿qué ocurre cuando una persona es acusada sin pruebas de este delito? Un sacerdote al que conozco y aprecio ha sido acusado de este delito. En una primera instancia, la juez ha desechado el caso por pruebas inconsistentes, sin embargo, la voz demandante sigue teniendo eco en unos medios de (in)comunicación que buscan que el ruido del escándalo se traduzca en ventas.
Un abrazo, Pepe.
Terrible! Una realidad que deja un gran grado de desconfianza en una. Nunca se sabe a ciencia cierta tras qué careta se esconde un excecrabe de esos. Tu relato Pepe, pone los pelos de punta, y nos acerca a una inevitable y dolorosa realidad.
ResponderEliminarBesos!
Gaby*