No siempre podemos superar nuestras debilidades. Nuestra condición animal nos hace frágiles y vulnerables. La sed, el hambre, la enfermedad, el cansancio extremo, son sólo algunas de las necesidades ante las que nuestra pretendida fortaleza y voluntad se estrella estrepitosamente.
De nada nos sirve
pensar ante la carencia de agua o de alimento o de salud o de fuerza,
“No quiero necesitarte porque no puedo tenerte”.
La necesidad está ahí, provocando estragos en nuestro organismo,
dejando patente la inutilidad de querer ignorar su existencia
simplemente porque no tengamos el remedio adecuado.
Lo anterior, que se
nos muestra elemental y evidente en un plano puramente físico,
ocurre igualmente en el universo de las emociones que como seres
humanos somos capaces de sentir. A veces resulta inútil luchar
contra las emociones pretendiendo ignorar aquellas que ponen cerco a
nuestra maltrecha fortaleza cuando somos incapaces de evitarlas.
Nos enamoramos y si
tenemos la desgracia de no ser correspondidos, desearemos en algún
momento no tener la necesidad de amar ante la imposibilidad de lograr
el amor del otro, complemento necesario para que amar nos proporcione
la felicidad soñada. Si es auténtico y profundo en nosotros ese
sentimiento, será en vano luchar contra él, aprenderemos a vivir
esa carencia, pero siempre su necesidad nos andará rondando.
La ausencia de un
ser querido, por ejemplo, sería un magnífico exponente de esa
necesidad que nos sobrepasa y ante la que poco o nada podemos oponer.
De nada nos servirá interiorizar en nosotros esa frase: “no quiero
necesitarte porque no puedo tenerte”, porque esa necesidad estará
siempre acompañándonos mientras nos deja patente que nuestra pobre
condición animal y humana es incapaz de soslayar las necesidades que
se nos presentan, tengamos o no la capacidad de resolverlas.
Podeis encontrar más frases de cine en el blog de nuestra amiga CHARO CORTES.
Tú lo has dicho más bonito, pero es lo mismo que le acabo de comentar a Tracy en su relato que has escogido la misma frase...podrás acostumbrarte a no tener a alguien y podrás vivir sin ese alguien pero nunca dejarás de necesitarlo si realmente lo quieres. gracias por participar Pepe. Cambia el tamaño de letra porque se ve muy mal, te ha quedado muy pequeñita.
ResponderEliminarUn beso
Muy cierto, por más que se desee no necesitar, hay veces en que es inevitable.
ResponderEliminarSaludos.
Muy lúcidas tus reflexiones. Muy sentidas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Dicen que nadie es imprescindible más todos necesarios y que no echas de menos aquello que no tienes.
ResponderEliminarNo sé quién diría aquello pero debía tenerlo todo.
Pero tu recorrido en letras soslaya esa necesidad.
Por cierto, opino como Charo. La letra es muy chiquitina. Me he quedado sumiciega:-)
Un beso enorme. Nos vemos el jueves.
Lo mismo que he dicho en otro relato, no lo he escrito tan bonito como vos, pero la idea es ésta. Nadie puede sustraerse a la necesidad de quien se quiere, si el sentimiento es verdadero esa necesidad es natural.
ResponderEliminarMe encantó tu reflexión y me encuentro totalmente de acuerdo.
Un beso.
Llevas razón los dos hemos coincidido en la frase, pero ka hemos planteado de formas distintas y sinceramente te digo que la tuya es la más correcta y la que debíamos elegir todos, pero es realmente difícil llevarla a cabo.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
Tú mismo pones tu reflexión en condicional: "No siempre podemos superar nuestras debilidades (...) A veces resulta inútil luchar contra las emociones". Por lo tanto, conciente o inconcientemente, dejas la puerta abierta a que sí podamos o sí resulte útil luchar.
ResponderEliminarBuena reflexión.
Un abrazo.
Hola Pepe, de dónde sale esa frase? Somos frágiles y vulnerables, sí, pero necesitar, necesitar a alguien para ser feliz... no sé Pepe, últimamente abrazo la idea de que no necesitamos a nadie para ser felices. Y, desde luego, nunca tendremosa a nadie, porque nadie nos pertenece. Ni los hijos. Con humildad te lo digo. Aunque nuestro pensamiento en ocasiones nos digalocontrorario. Cada ser es libre. Un fuerte abrazo Pepe!
ResponderEliminarCoincido en tu visión. Esa frase me resultaba muy artificial, falsa, porque no podemos controlar nuestras necesidades, ni nuestras emociones. Como dices, aunque quereamos repetirnos el karma de no lo necesito, nuestro interior sabe qué necesitamos y qué no.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, amigo.
Defines y "desgranas" muy bien esas necesidades que superan nuestra fortaleza y cuya negación nos debilita: físicamente si son de tipo fisiológico y emocionalmente si se trata de sentimientos. Un texto muy interesante que bien merece una lectura repetida. Un abrazo.
ResponderEliminarLeyendote, me he salido del celuloide para entrar en tus sentires. Reflexiones para pensar. Todo un lujo.
ResponderEliminarUn abrazo