Miles de refugiados en la
frontera turca. La presión migratoria cada día es más intensa.
Huyen de la guerra y sus devastadores efectos. Están atrapados entre
dos mundos, una nación en guerra que les hace la vida casi imposible
y unas fronteras a una vida mejor, cerradas a cal y canto,
negándoles la acogida a la que tienen derecho, sencillamente por su
condición de seres humanos.
Unos cientos de ellos,
consiguen salvar la vigilancia policial y son perseguidos. Osama
lleva en brazos a su hijo pequeño. La desesperación y la esperanza,
dota de alas a sus pies. Corre como el v iento, pero también al
viento se le ponen zancadillas.
Petra, una periodista que
cubre la situación de los refugiados, en un acto canalla, carente de
escrúpulos y humanidad, corta su sueño de huir poniéndole la
zancadilla que provoca su caida. Hasta su hijo sufre la agresión de
este indigno personaje.
Las crudas imágenes
corren como la pólvora y son noticia prioritaria en todas las
televisiones del mundo. Afortunadamente para Osama, esa zancadilla
que quiso impedir su huida hacia adelante, propició un giro
inesperado en su situación de refugiado. Facilitó su llegada a
Madrid junto con su hijo y además con un ofrecimiento de trabajo
como entrenador de fútbol.
Cientos de miles,
millones de desplazados en todo el mundo, claman por un milagro que
les permita vivir con dignidad. No deberían de ser necesarios los
milagros. Sólamente deberían ser necesarios valores humanos como
solidaridad, humanidad, sentido de la justicia social y un mundo sin
fronteras en el cual, habiendo recursos suficientes para todos los
que en él estamos, están en muy pocas manos.
Más giros inesperados los podeis encontrar aquí mismo, un poco más abajo
Recuerdo perfectamente esta historia Pepe, es verdad que en el caso de Osama ese acto vil y rastrero por parte de la periodista cambió su destino, pero la mayoría, por desgracia, siguió el triste destino que tenía previsto.
ResponderEliminarSiento no haber participado en tu convocatoria, pero como te dije no consigo escribir ningún relato últimamente.
Un beso
Yo también apuesto por un mundo en el que no hubiera ni frontera ni banderas, aunque creo que solo es una utopía puesto que somos demasiados.
ResponderEliminarUn rayo de esperanza sería que desaparecieran de la faz de la tierra los fabricantes de armas.
Tal vez con el correr de los siglos cambiemos nuestra mentalidad. Aunque no lo creo.
Hermosa reflexión Tracy.
Hola Tecla: Creo que me has confundido con una compañera. Yo soy Pepe. El blog de mi paisana y compañera de letras Tracy es el siguiente, por si quieres visitarlo: http://tracycorrecaminos.blogspot.com.es/2016/11/jueveando-con-un-giro-inesperado.html
EliminarUn abrazo y gracias por visitarme.
La historia que has contado es una dura realidad en el mundo que vivimos hoy , la devastación del ser humano ha llegado a un punto de crueldad que no miramos sin son niños o ancianos , ojala el giro fuera a la inversa y construyéramos un mundo donde no hubiera distinción de raza, sexo y religión ,
ResponderEliminarUn saludo y buen resto de semana.
Tú lo has dicho menos milagros y más acciones por parte de los gobiernos y de las personas en general, todos somos responsables de la deshumanización que estamos viviendo.
ResponderEliminarUn beso Pepe.
Todos recordamos la noticia. No nos damos cuenta pero les estamos volviendo malos, serán revanchistas y nos odiaran, yo lo haría. Un abrazo
ResponderEliminarNo recuerdo la noticia, a veces creo vivir en las nubes... igual estoy totalmente de acuerdo con tus palabras.
ResponderEliminarUn beso.
¡Hola! Triste que hoy en día se vean esas cosas todavía, gente huyendo de sus hogares buscando una vida pacífica y digna. Y es que la humanidad parece que fuera perdiendo sensibilidad con el pasar del tiempo es vez de ganar empatía y tolerancia.
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Gracias por traer de nuevo a la visibilidad la noticia de los refugiados entre dos mundos, que no tienen ninguna salida digna.
ResponderEliminarParece que como ya no salen en las noticias, es un problema solucionado.
Y los que parecían que estaban asignados a España, siguen pasando hambre y frío en las fronteras de países insolidarios.
Un abrazo.
Recuerdo esa noticia por estos lados. Que injusticia mas grande. Pero como dices, esa zancadilla le dio un giro a su vida y familia que terminó muy bien. Pero aún quedan miles de ellos buscando la tan ansiada libertad y el bienestar familiar. Muy buen relato que nos pone a reflexionar una vez más.
ResponderEliminarSaludo
Desde luego, esa jugarreta acabó siendo para bien, porque millones de personas se fijaron en él; pero otros muchos como tú dices siguen malviviendo sufriendo grandes penurias, no eso nunca debía pasar, pero los gobiernos europeos siguen cerrándoles el paso, es una verdadera verguenza.
ResponderEliminarUn abrazo
La historia de cada refugiado es un trozo de verguenza para el resto de la humanidad. Me duele pensar que este ir y venir de historias e imagenes hagan como un efecto de vacuna, vamos que nos hacemos autoinmunes al dolor y la crueldad. Recuerdo la historia de Osama a quien un acto deleznable le abrio las puertas que a otros se les cerraban. Realmente es curiosa la vida y cruel sumamente cruel. Muy buen escrito, besos.
ResponderEliminarEsta es una noticia de hoy mismo: Erdogan usa a los refugiados como arma para presionar a la UE.
ResponderEliminarLa vergüenza ya no es suficiente para describir esta maldad.
Creo que avanzamos en cosas pero en las más importantes, vamos hacía atrás, y no como los cangrejos que ello saben dónde van. Nosotros vamos perdiendo valores a cada día que pasa.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Recuerdo muy bien esas imágenes!!, es lamentable que tanta gente quede a merced de altas voluntades. Desde algunos municipios del interior de mi pais se presentaron algunos proyectos para recibir familias, eso fue hace bastante, ingenuamente quizas, pero ves, esas iniciativas pequeñas no parecen tener rapida respuesta
ResponderEliminarAbrazo fuerte Pepe