9 de marzo de 2017

Este jueves un relato: BON APPETIT


Mis musas andan algo oxidadas por desuso, razón por la cual, no queriendo faltar a la cita literaria y gastronómica con nuestra anfitriona y amiga Nieves, que tan amablemente nos ha invitado a su mesa, vuelvo la vista atrás y me incorporo a la fiesta aportando dos platos de la cocina cordobesa con los que ya os obsequié en otra ocasión. Confío en que su sencillez y sabor os cautiven como lo hacen conmigo.



SONETO AL SALMOREJO CORDOBÉS

Mojo primero el pan con diligencia,
para después prensarlo con esmero.
Agrego un diente de ajo lo primero,
de momento, ya veis, no tiene ciencia.

Aplico ahora, algo de la sapiencia
que debe distinguir a un cocinero,
con toque de vinagre, algo ligero,
tomate, sal y aceite, con paciencia.

Bato después la mezcla con firmeza
y tamizo orgulloso el resultado
de esta mezcla sublime en su simpleza.

Por remate, decora su pureza,
aceite, jamón y huevo troceado.
Cordobés salmorejo, ¡qué belleza!
Pepe





SONETO AL FLAMENQUIN CORDOBES

A un filete de cerdo bien jugoso,
golpéalo con saña contundente,
tápalo con jamón alegremente
y enróllalo en canuto delicioso.

Báñalo luego en huevo generoso,
rebózalo  después rapidamente,
y al freirlo con aceite muy caliente,
surgirá el flamenquín, plato sabroso.

Sobre patatas fritas acostado
y algo de mahonesa, si apetece,
ya puede el flamenquín ser devorado.

Si probais y os complace, estoy salvado.
Juro que la receta lo merece.
En Córdoba nació y está probado.
Pepe 


Si  os habeis quedado con hambre, podeis saciarla más y mejor en los blogs del resto de compañeros cuyos vínculos podreis encontrar en el comedor de nuestra amiga y compañera de letras, Nieves