Mis musas andan algo oxidadas por
desuso, razón por la cual, no queriendo faltar a la cita literaria y
gastronómica con nuestra anfitriona y amiga Nieves, que tan
amablemente nos ha invitado a su mesa, vuelvo la vista atrás y me
incorporo a la fiesta aportando dos platos de la cocina cordobesa con
los que ya os obsequié en otra ocasión. Confío en que su sencillez
y sabor os cautiven como lo hacen conmigo.
SONETO AL SALMOREJO CORDOBÉS
Mojo primero el pan con diligencia,
para después prensarlo con esmero.
Agrego un diente de ajo lo primero,
de momento, ya veis, no tiene ciencia.
Aplico ahora, algo de la sapiencia
que debe distinguir a un cocinero,
con toque de vinagre, algo ligero,
tomate, sal y aceite, con paciencia.
con toque de vinagre, algo ligero,
tomate, sal y aceite, con paciencia.
Bato después la mezcla con firmeza
y tamizo orgulloso el resultado
de esta mezcla sublime en su simpleza.
Por remate, decora su pureza,
aceite, jamón y huevo troceado.
Cordobés salmorejo, ¡qué belleza!
Pepe
SONETO AL
FLAMENQUIN CORDOBES
A un filete de
cerdo bien jugoso,
golpéalo con saña
contundente,
tápalo con jamón
alegremente
y enróllalo en
canuto delicioso.
Báñalo luego en
huevo generoso,
rebózalo
después rapidamente,
y al freirlo con
aceite muy caliente,
surgirá el
flamenquín, plato sabroso.
Sobre patatas
fritas acostado
y algo de
mahonesa, si apetece,
ya puede el
flamenquín ser devorado.
Si probais y os
complace, estoy salvado.
Juro que la receta
lo merece.
En Córdoba nació
y está probado.
Pepe
Si os habeis quedado con hambre, podeis saciarla más y mejor en los blogs del resto de compañeros cuyos vínculos podreis encontrar en el comedor de nuestra amiga y compañera de letras, Nieves