Forzado, encorsetado por las dichosas 150 palabras, agradecido porque esa limitación activa mi pobre capacidad de síntesis, aquí os dejo mi relato.
En la retina, evocadoras imágenes de los caminos recorridos. Naturaleza agreste o placentera, bosques infinitos, tierras de labor o ganaderas. Románicas iglesias, puentes de piedra, minúsculas aldeas donde el tiempo se ha detenido preservando inalterables sus ancestrales formas de vida, sus casas de piedra, sus ermitas, sus hórreos, sus pequeños cementerios.
En los oídos, la música del viento, del arroyo, del canto de los pájaros, de las gotas de lluvia.
En el cuerpo, el cansancio de un duro caminar.
En el alma, la conciencia de mi pequeñez, la serenidad gozosa que proporciona el sentirme parte de esa Naturaleza, el inmenso agradecimiento a las personas que hicieron más enriquecedora la andadura.
Delante, en el horizonte, minúscula mancha grisácea sobre fondo verde, un pueblo. Paréntesis en el camino a Santiago, descanso para mis doloridos pies, oportunidad de mitigar con sus gentes, por unas horas, la necesaria soledad del peregrino.
Más interpretaciones distintas sobre la misma foto en el blog de GUS
De tu mano, de la mano de tus letras, andamos este bello paisaje con exquisita compañía. Tus palabras lo hacen mucho más bonito aun.
ResponderEliminarUn beso, y buen jueves.
Qué madrugador!!! ajajaja
Variados paisajes que están a disposición de quien quiera descubrirlos, como bien dices, sintiéndose pequeño, parte de esa naturaleza.
ResponderEliminarTal vez no hay nada mejor que descubrir un paisaje (algo así escuché decir al naturalista Joaquín Araujo).
Buen jueves, un abrazo amigo
Hola, ola de mar...
ResponderEliminarDiría que te fundiste con el entorno, que lo hiciste parte de tu mundo, que en él descansaste y el descansó contigo.
Precioso texto Pepe.
Un beso, te deja, el Aire
Así debe vivirse y sentirse ese camino del peregrino. Preciosas palabras Pepe.
ResponderEliminarUn abrazo.
Para nada encorcetado!...150 palabras estupendamente enlazadas en una postal bellísima!
ResponderEliminarAbrazos bien verdes!jejejeje
Se hace camino al andar, y los ojos hacen camino, y pos pies, y el corazón. Pepe, para hacer camino el de Santiago es inolvidable paso a paso. Besitos.
ResponderEliminarOhhh el camino de Santiago! Algún día tendré que hacerlo, tengo amigos que han estado alli y me han hablado maravillas.
ResponderEliminarAfortunado Pepe que has transitado esa experiencia, con los pies doloridos pero con el alma contenta.
Un abrazo
Hubieron sido previamente dados pasos previos... pasos de una índole moral. Haber recorrido ese Camino fue un opción en mí. Elegí no iniciarlo. yo me encontraba en la ciudad de Burgos, la pasada primavera.
ResponderEliminarTésalo
Que mas pedirle a la vida que salud para sostener esta osamenta y lograr encaminarla por esos senderos de misterios insospechados.
ResponderEliminarA seguir haciendo camino al andar entonces
saludos
Cuando uno camina por el campo y te vas adentrando en la naturaleza, sentimientos de diferente índole se meten en tu cabeza pugnando por salir y quedar libre de los acortesamientos de la vida.
ResponderEliminarBonito relato
Hola Pepe, llego a tu blog de casualidad, a través de un seguidor común y me alegro de haberte encontrado.
ResponderEliminarSi te digo la verdad, me ha traído hasta aquí el hecho de que seamos paisanos, y he encontrado un blog muy interesante que participa en los relatos de los jueves, que ya sigo en otros blogs.
Te seguiré, si te parece bien.
Un saludo.
Que bonito camino, el del peregrino, el que muestra imágenes que luego siempre quedan, pienso que la interiorización de lo vivido les da otra imagen de la naturaleza, supongo que se alían con ella en esos días...
ResponderEliminarBesos
me voy a quedar con esta lectura, pepe: naturaleza-humano-lo divino...con esta tríada creo que puedo entender tu...creo que puedo comprender tu jueves...el humano hecho naturaleza por que anda por ella en siendo él mismo naturaleza misma...el humano impreganado de lo divino en siendo él mismo parte de la divinidad...la naturaleza es divina y la divinidad es naturaleza...considero que es la experiencia de la que hablas un fusión entre lo divino y lo humano y lo natural...
ResponderEliminarun medio beso, pepe.
He oído decir a las gentes que el que hace el CAMINO ,ya nunca se olvidará de la experiencia.
ResponderEliminarY, mirando esos valles verdes(color del norte,por excelencia )me siento como si hubiera pasado por ahí en alguna ocasión(sonrisa).
Besucos
Gó
NOs has traido mas qwue un relato, un lindo poema. Disfruto envuelta en tus sonantes palabras..me encanta.
ResponderEliminarNo creo que las 150 palabras te encorseten, al reves, te hacen más creativo.
Besos
Algun dia tengo que hacerlo dicen que es una maravillosa experiencia hacerlo...
ResponderEliminarMe gusto hacer el viaje contigo.
Feliz fin de semana
Un sueño, todavía realizable por lugares que resultan entrañables e irrepetibles.
ResponderEliminarEl cuento del caminante, por caminos secretos, recogiendo colores, olores, imágenes, cubriendo etapas, la mayoría de las veces consigo mismo.
Relato limpio y estimulante.
Un abrazo