18 de abril de 2012

Una convocatoria literaria. Este jueves un relato. "Una de espias".


El ambiente  estaba enrarecido desde hacía meses. Infinidad de pequeños detalles mostraban claramente el altísimo nivel de información que la empresa tenía en todo lo concerniente a los trabajadores.

Alguien tenía que estar pasando información a los directivos aunque nadie se atrevía a señalar a ningún compañero. Eran demasiados años juntos. El que menos llevaba más de diez años en el mismo departamento, más de una década de convivencia no sólo laboral. Juntos habían asistido a sus enlaces matrimoniales, al nacimiento de hijos, cualquier excusa era buena para organizar una fiesta, una barbacoa, una excursión. 

Juan estaba de baja laboral por enfermedad, pero eso no le impedía realizar pequeñas chapuzas para ganarse un sobresueldo. ¿Cómo supo la Empresa que se dedicaba a esa segunda actividad?. 

Carmen, divorciada, tenía necesidad alguna mañana de dejar a los niños en el colegio antes de entrar a trabajar. Esos días llegaba quince minutos tarde y un compañero le fichaba como si hubiera llegado a su hora. ¿Quién informó a la dirección de esta circunstancia que le costó una severa amonestación a ambos?. 

Las conversaciones sindicales, incluso las medidas de presión o los planteamientos a defender en los convenios, eran conocidos por la empresa con antelación. 

Siempre había existido confianza plena. Todas estas cosas habían sido motivo de normal conversación entre los empleados que, por otro lado, al margen de estas circunstancias, cumplían perfectamente los objetivos que de ellos se esperaban. ¿Quién estaría traicionando esta confianza?.

Una mañana, una gran humareda ascendíó desde el sótano del edificio. La atmósfera se hacía por momentos irrespirable. Incomprensiblemente, los aspersores que debían saltar ante la presencia del humo, no lo hicieron. El intento de arreglar el mecanismo de aspersión, dejó al descubierto al traidor, al espía. No existían tales aspersores. En su interior, micrófonos de ambiente que,  como se pudo comprobar después de la pertinente denuncia, recogían cualquier conversación con una más que aceptable nitidez derivándola a un centro de información que, ¡oh casualidad!, se hallaba en el despacho del Jefe de Seguridad, anexo a la Dirección General.

Más espionaje y contraespionaje, en el blog del amigo Juan Carlos


25 comentarios:

  1. Bendita la hora de ese conato de incendio, gracias a el mismo se pudo descubrir al "espia" traidor, y es que algunos por subir peldaños son capaces de todo.
    Lo que veo es que a ti no hay jueves que se te resista, trate de lo que trate, por fortuna la primavera no te ha quitado las ganas de escribir.
    Besitos dobles.

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  2. Lo que se dice un Judas entre compañeros, un espía del peor pelaje, un espionaje indecente y la empresa, los directivos, peor, gusanos sin honestidad ninguna.
    !Pepe!, diste con un espía de la peor catadura, pero, ayyyy, me dejas con la incognita de sabes quien es. Tanto da, el mal ya está hecho, se mirarán entre sí los compañeros, como lobos desconfiados, mala peste entre ellos.
    Genial y triste historia la de este espía mezquino.

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  3. Yo andaba parrafo a parrafo debatiendome donde estaria el traidor y al final me has sorprendido con los aspersores y los micros. de todas maneras lo habitual es que sea algun soplon el que te ponga en el disparadero ante tus jefes. Hay genta para todo.
    Un besito

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  4. ¡El jefe de seguridad! ¿cómo no habíamos caido antes? Me voy ipso facto, a controlar que está haciendo ese canalla, en estos momentos, en mi empresa.
    Gracias por la información, Pepe-Bond.
    Abrazo.

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  5. Ser el alcahuete de la empresa me parece el peor de los trabajos; mal el que lo acepta (aunque tendría la última y pobre excusa de que lo hace por necesidad), peor el que lo propicia. Es una práctica asquerosa.
    He de decir sin embargo que la idea de los micrófonos en los aspersores es ingeniosa ... claro, mientras no se te incendie nada.
    Buena historia
    un abrazo

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  6. ¡Vaya tela! Afortunadamente el comienzo de lo que podía llegar a ser un incendio destapó al traidor de la empresa. Normal que todos se sintieran vigilados como si de un Gran Hermano se tratara, ¡el tío lo sabía todo! Un beso.

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  7. Gusanos como ese pudren las manzanas de cualquier cesto, estoy pensando que segun en que sitios lo mejor es hablar solo del tiempo...por si acaso los aspersores oyen.
    Un besazo

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  8. Ahisss cuantos judas hay asi en las empresas que piensan que a ellos jamas los tocaran sino que subiran escalones...lastima del pobre espia que al final todos seguro le dan de lado..
    Buenanisima historia
    Besitos

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  9. Lastimosas y perversas las maniobras de delación entre compañeros!...más aún dentro del ámbito laboral, desde donde se intentan escalar posiciones "serruchando el piso" del de al lado para ascender con trampas y artimañas!. Ingenioso giro le has dado al tema de este jueves, que no sólo infiere relatos dentro de la ficción!
    Un abrazo

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  10. A veces de un hecho fortuito sale a luz otro que se hallaba muy bien camuflado. Vale, en este caso el: "no hay mal que por bien no venga", pues se desenmascaró al espía de la empresa. Hay roles que no son agradables de cumplir (claro que siempre hay quien disfruta haciéndolo), pero... nunca falta un personaje de estos en alguna parte y generalmente se trata del que menos se sospecha!
    Muy buen relato Pepe!
    Besos al vuelo!
    Gaby*

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  11. demostración de la teoría de las paredes que oyen, y de lo que nadie comenta, su fea costumbre de contar siempre al menos indicado lo que escuchan... 007 besotes ; )

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  12. Hola, ola de mar...
    Lo malo de este relato, es que me imagino que puede ser verdad! Lo has relatado de tal modo que me ha tenido intrigada hasta el final! Cada día escribes mejor Pepe. Cuando te propusiste escribir haikus, cada vez los construías más bellos, ahora relatos, y cada día mejor. Quizá debería probar un d´ia, si
    Un beso
    del Aire

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  13. Me he sonreido por el final del asunto y es que mira quién era el espía!!!LA confianza en el trabajo parece no ser tan "familiar" como se cree.
    Eres tan creativo !!
    Pepe,sigo y sigo diciendo que escribes de lujo y deberías apuntarte a una columna en un diario,pero de tirada nacional.Anda,inténtalo!!
    Besucos

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  14. tengo ganas de volver a trabajar. parece que para el mes de mayo comienzo. pues bien, me has dado una idea: sobornaré a mi jefe...es fácil debido a que siempre andamintiendo. ¿cómo demostrar estas mentiras? con el micro de mi móvil.
    medio beso.

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  15. hay gente que por ascender de categoría es capaz de todo, incluso de traicionar a los demás. Aquí se pasó de la seguridad y se fue directamente a la villanería,
    Un abrazo

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  16. Tengo que espiar un poco en mi trabajo, lo mismo descubro quién le lleva a la dirección todo lo que se habla entre bastidores.
    Un beso.
    Estás entre mis cinco elegidos.

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  17. Me dejas pensando ¿habrá en mi empresa alguien así? pienso y repienso tal vez uno no, pero varios..... Tensión hasta el final.
    Muy bueno
    Un abrazo.

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  18. Diré que me suena, he vivido akguna vez un ambiente semejante. Buen tema, bien tratado, que de algún modo (a lo bestia) me recuerda el Spiritus del albanés Ismail Kadare.
    Un abrazo fuerte, amigo.

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  19. Que rabia dan esos jefes que no tienen respeto por la intimidad de las personas.
    Un buen relato muy bien llevado. Y más de moda de lo que parece, y más en estos tiempos de crisis.

    Un abrazo

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  20. La gente es capaz de cualquier cosa para meterse en la vida de los demás, en este caso en el ambiente laboral, que desagradable trabajar en un lugar así!!! Me alegra que por fin se haya destapado la olla gracias al incendio.
    Un beso.

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  21. De este tipo de personajes hay siempre, aún así los de Recursos Humanos son el "coco", no se nos olvide que tienen la parte fea, la de despedir... Pepe lo curioso es que ahora no se puede hacer esto, me refiero a micrófonos y cámaras, atenta contra la intimidad del trabajador... la evolución y ahora en este momento la "involución" ya no harán falta cámaras, ni espías...ahora más que nunca seremos números.
    Me gustó la coincidencia :)

    Besos

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  22. La idea de montar los microfonos en los aspersores es por demás ingeniosa pero vamos!...que debieron dejar al menos unos pocos aspersores de verdad para prevenir estas contigencias verdaderas!
    Ingenioso enfoque de espionaje has dado a tu relato pepe, abrazo

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  23. meimagino que, como decimos en mi pais, le fue feo, y merecido se lo tiene por culebron, asi tambien decimos, :)

    Gracias a Dios, se libraron de las llamas.

    Un abrazo amigo

    Anny

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  24. Vaya relato, sencillamente encantador, que gran gusto leerte.

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