Septiembre, el mes
séptimo romano marginado a la novena posición por el capricho de
los hombres. Mes de llantos infantiles, de incertidumbres y miedos
ante las primeras incursiones en el mundo escolar. Junto con Enero,
Septiembre es el mes de proyectos y cambios por antonomasia. En los
estertores del verano, cuando las vacaciones estivales comienzan a
ser tan sólo un plácido recuerdo, a finales de Septiembre, una
oronda prominencia abdominal sanchopancesca, me recuerda los excesos
gastronómicos y cerveceros a los que he sometido a mi organismo.
Asoman tímidamente, con
menos fuerza de la que tan dramática situación requiere, propósitos
de enmienda con aroma de verduras y sudores de gimnasio, que duran lo
que mi frágil voluntad les deja, apenas un plato de espinacas y dos
o tres ejercicios abdominales.
Para mí, Septiembre se
caracteriza también por el ilusorio renacimiento de nuevas
inquietudes culturales. Cursos de muy diferentes disciplinas se me
ofrecen por medio de múltiples canales. Con aquellos que me resultan
atractivos me autoengaño con el pensamiento puesto en una constancia
en el interés y el esfuerzo que casi nunca llega a culminar,
abandonando esas inquietudes ante las primeras ocasiones festivas
que se me presenten.
El marketing publicitario
conoce profundamente esa ebullición de inquietudes que nos sacude en
Septiembre. No es casualidad que aparezcan como hongos, anuncios
publicitando nuevas y variopintas colecciones por entregas. Desde
colecciones literarias a colecciones de coches en miniatura o plumas
estilográficas. Alguna vez me he dejado seducir por alguna de ellas
y tras cuatro o cinco ejemplares, o bien me he cansado de
seguirlas o bien han desaparecido misteriosamente del mercado. ¿No
os ha pasado nunca?.
La efervescencia que
Septiembre me ofrece, rápidamente languidece provocando el que al
final Septiembre, en su justa medida contemplado, no sea sino un
simple sucesor de Agosto y un precursor de Octubre, un mes más, ni
mejor ni peor que el resto de sus hermanos.
Seguramente encontrareis más y mejores consideraciones y escritos sobre el mes de Septiembre en el blog de nuestra amiga Encarni
Llevas toda la razón: septiembre es un mes como otro cualquiera, que está sobre valorado por eso del otoño y su belleza triste y por ese afán de unirlo a lo poético, como si los demás meses no fuesen merecedores de poesía.
ResponderEliminarSiempre que uno se despide de la felicidad y los días alegres, nos queda un rastro de tristeza.
Un abrazo.
Has hecho una buena investigación sobre septiembre,con sus más y sus menos, como todos los meses, y como bien has dicho se parece a Enero pero con otras connotaciones, por se un mes de transiciones. A ver si este mes o el que viene te animas, o tu voluntad se hace más perseverante con tus metas, que seguro que sí.
ResponderEliminarUn beso
Es notable cómo la distinta ubicación hemisférica nos da una tan distinta apreciación de lo que resulta ser igual mes del calendario! jeje por aquí septiembre es sinónimo de renacimiento, luego del letargo invernal. Sobre las colecciones por fascículos, alguna vez me sumé y alguna completé no sin problemas, ya que tuve que pedir me enviaran los últimos números de la colección que ya no se encontraban en los quioscos.
ResponderEliminarUn abrazo
jajaajaja, poco romántico lo de la barriga cervecera, pero tannnn cierto como ese tropel de proyectos que siempre se quedan a medias. Ay, septiembre de mis amores.
ResponderEliminarBesossss
Eso de los coleccionables me ha pasado muchas veces, yo soy muy amante de muchas colecciones. Y es verdad, proposito de enmienda por los excesos del verano, que pocas veces se cumple.
ResponderEliminarUn abrazo
Una cuota de realidad! la esfervecencia de septiembre (marzo para nosotros) se consume ni bien nos habituamos a la cotidianeidad. La aceptación de los kilos demás es una de ellas
ResponderEliminarAbrazo Pepe, buen comienzo de otoño!
Una cuota de realidad! la esfervecencia de septiembre (marzo para nosotros) se consume ni bien nos habituamos a la cotidianeidad. La aceptación de los kilos demás es una de ellas
ResponderEliminarAbrazo Pepe, buen comienzo de otoño!
Tu ves éste mes de Septiembre como otro cualquiera, en cambio, mis ojos no lo ven así, porque es mes de la despedida del verano, del cambio de clima para entrar al otoño-invierno, el mes que empiezan a ser más cortas las tardes, que las hojas se secan y caen, un mes otoñal, con menos sol, y más nubes y lluvia.
ResponderEliminarFeliz Septiembre, Pepe.
Un beso.
Sí, es un mes más, como los otros, todo depende de con qué ojos lo miremos.
ResponderEliminarEs verdad, septiembre como enero es el mes de los buenos propósitos que al final muchas veces se quedan solo en eso...ja,ja,ja, lo has contado con mucha gracia.
ResponderEliminarEn cuanto a las colecciones...!ay! creo que todavía no te has pasado por mi blog.
Un beso
me gusta septiembre a pesar de que junto a enero son los dos famosos por sus cuestas, pero tiene septiembre un color inimitable, he llegado a casa y por la carretera el cielo era un espectáculo, me ha parecido que desde las nubes algún ángel hacia fotos
ResponderEliminarQue grandes verdades dices en tu texto Pepe. Los de las coleciones de todo tipo por entregas, que empiezan en Septiembre y no acabamos nunca. Los michelines femeninos, y las barrigas cerveceras masculinas, otro problemita, que nos llega en este més de las promesas de hacer cursos de todo, y los propósitos de cumplirlo. Pero no es un mes ni intracendente ni aburrido. Pienso que són 30 dias, de una intensa actividad.
ResponderEliminarUna segunda puesta en marcha del año. Un fuerte abrazo
Y es curioso porque en realidad ,es un mes como otro cualquiera
ResponderEliminarYo no suelo hacer "promesas"de esasque tú bien has recalcado,aunque con un poco de impulso vuelva de nuevo al gimnasio,pero ya lo hacía antes.(Sólo hubo un bendito intervalo de tiempo en que lo dejé)
Así que amiguco,que sea lo que Dios quiera
Besucos
Gó