Me piden una historia en torno al mundo
sanitario, hospitales, médicos, enfermeras, etc. y hurgo en en los
recuerdos que nunca faltan, para extraer de ellos algún episodio que
resalte entre todos, que pueda despertar la atención del hipotético
lector que tenga la gentileza de acercarse a lo que escribo.
Los acontecimientos hospitalarios más
significativos, los que más huella han dejado en mí, son además
los más traumáticos, así que quedan en mi interior, decido no
escribir sobre ellos y por tanto, escarbo un poco más a la búsqueda
de recuerdos más amables, que me hagan decantarme por la positividad
y el sincero reconocimiento a una labor, la de aquellos que ejercen
la medicina, que tanto bien aportan a la humanidad.
No necesito mucho esfuerzo, pues
algunos de esos recuerdos están siempre presentes, son, en su
origen, motivo de orgullo y satisfacción. Me refiero a esos momentos
en que mis hijos vieron por vez primera el mundo fuera del vientre
materno. Allí estuvieron los médicos, personal de enfermería,
auxiliares, instalaciones hospitalarias, sanidad pública en su
conjunto, al servicio de una nueva vida. Sanidad pública, la joya de
la corona que políticas desaprensivas al servicio de los poderosos,
pretenden arrebatarnos en aras satisfacer los bastardos intereses de
los de siempre.
Son legión los profesionales de la
Sanidad que participan en organizaciones no gubernamentales como
médicos sin fronteras y otras, sacrificando vacaciones, poniendo sus
conocimientos, tiempo, esfuerzo y vocación de una forma solidaria,
desinteresada y altruista al servicio de aquellos que difícilmente
llegarían a tener la necesaria asistencia sanitaria.
Sé que no lo leerá, pero me gustaría
declarar mi admiración y respeto por todos ellos, rindiendo un más
que merecido homenaje a Asun, enfermera vocacional y entrañable
amiga, madrina de mi hija, que estuvo siempre presente en los partos
de Toñi, doblando en ocasiones turnos para no faltar en ese momento
tan especial. Jamás ví mayor entrega apasionada a una profesión
que para ella era y es una forma de vida, la manera de aportar a la
sociedad lo mejor de sí misma, que es mucho.
Podeis leer más historias de médicos
y hospitales en el blog de nuestro amigo Juan
Carlos
Pues no se si Asun, como le llamas, leera esto, pero se que dentro de si siente el cariño que tu familia le profesa asi como hacia todos esos medicos y profesionales que atienden a los enfermos en ese paso tan doloroso como el de ser paciente...
ResponderEliminarUn relato muy encantador y lleno de agradecimientos el que has dejado..besosss.
Yo también tengo una Asun, que en este caso se llama Rosario que cuando nació mi nieto mayor no se despegó de mi hija ni un momento sirviendo de puente entre ella y yo. Tampoco lo leerá pero aquí está mi homenaje.
ResponderEliminarLo lastimoso es , que tanta bella vocación, tanto altruismo y tanto amor al prójimo, sea despreciado por aquellos que debían mimarlos y no cesan de expulsarlos lo mas lejos de sus congéneres.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tienes razón, lo más bonito de los hospitales son los nacimientos de los hijos, y si toca una enfermera como Asun mucho mejor, pues te hace sentir muy bien en ese momento tan importante en la vida de una persona.
ResponderEliminarEl homenaje que sea extensivo a todos los profesionales que tanto hacen por los nuestros, todos tenemos un nombre propio que pronunciamos con cariño. Abrazos
ResponderEliminarUn muy buen aporte para este jueves tan especial. Los recuerdos relacionados con médicos y hospitales suelen estar relacionados con momentos más trágicos que felices y quizás sea el nacimiento de nuestros hijos la más destacada y memorable de esas excepciones. Un abrazo
ResponderEliminarPor este Madrid parece que ya es pasado ese terrible periodo en que pretendían vender hospitales y centros de salud con todo lo que había dentro (incluídos profesionales) al mejor postor.
ResponderEliminarQuiero creer que fue la reacción popular la que frenó esos procesos aunque a lo mejor fue el juez Velasco procesando a varios consejeros de aquellos gobiernos autonómicos.
Sea como sea, gente como Asún ha pasado unos años muy malos por una política pérfida.
Abrazos, amigo.
Me uno a este aplauso a los profesionales que velan por nuestra salud física y mental. Hoy mismo he comprobado lo desinteresada que es su labor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un hermoso homenaje! Así como ella hay muchos otros que entregan su vida a tan noble profesión. Esos que no se corrompen, que operan sin medios, que visitan a los pobres, que curan porque para ello han nacido.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
¿Y qué mejor homenaje que el que tú has hecho en tu relato juevero, amigo Pepe, dedicándoselo a la enferma Asun, amiga y madrina de tu hija?
ResponderEliminarUn beso muy grande.
Les has hecho un bonito homenaje a los,profesionales de la medicina pero sobre todo a Asun, a mi me pasa como a ti me cuesta encontrar anecdotas buenas de los hospitales. Besos.
ResponderEliminarEs un homenaje hermoso y muy merecido a todos los obstetras y en especial a Asum, Pepe. Dichoso haber tenido una enfermera tan especial, y que pasara a ser la madrina de tu hija.
ResponderEliminarSaludos
Hay profesionales que con como alas de ángel que te acarician y están a tu lado en otro momento... Otros, de esos no hablaremos, pues hay que quedarse con lo bueno y positivo como has hecho en esta ocasión y merecido homenaje a los profesionales que dedican su vida en pos de los demás.
ResponderEliminarBesos :-)
Me uno a tí en aquellos momentos en los que el recuerdo de estos profesonales se quedan para uno mismo.
ResponderEliminarHay ,como en todos los sectores ,grandes personas detrás de una bata blanca ,otros,no tanto.
Y de médicos sin fronteras quéecir!!Gracas a Dios,llevo tiempo ayudando a que lleguen más ayudas y no me gusta" gritar "lo que debería ser una condición humana.
Besucos Pepe y otro para mi Platero
Gó
Perdona por los errores en la escritura
ResponderEliminarGó
Suele ser el momento del nacimiento de los hijos el más recordado con felicidad por los padres...pero tu relato me ha hecho recordar el de mi hijo y la verdad, no fue nada agradable ni para mí ni para él. No quiero ni recordarlo, así que me quedo con tu experiencia y tu agradecimiento a esa amiga enfermera y a todos los profesionales que verdaderamente lo son.
ResponderEliminarUn beso
Lea o no, estoy segura sabe de tu afecto y reconocimiento, y eso es lo realmente importante.
ResponderEliminarUn beso.