Felicitación navideña 2020

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Creación de Mónica (Neogéminis)

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30 de septiembre de 2010

Una convocatoria literaria. Este jueves un relato: "MENTIRAS"


Vivimos inmersos en la mentira. Hemos convertido a la mentira en el caldo de cultivo donde toda la actividad humana encuentra su acomodo. Dignos herederos de Rinconete y Cortadillo, trileros de la verdad, estafadores, embaucadores, arribistas, los pícaros modernos no llevan agujereados los zapatos ni visten harapos ni conocen penurias, necesidades, hambre. Tampoco son incultos iletrados. Tienen sólida formación  política, religiosa, empresarial. Pero esa formación no les impide utilizar la mentira de forma habitual para medrar, para conseguir sus objetivos,

Hablan de austeridad, de sacrificio y no les tiembla el pulso para bajar el sueldo a miles de trabajadores, intentando convencernos de la necesidad de esas medidas mientras ellos siguen con salarios altísimos, incrementando exponencialmente las huestes de asesores de todo tipo, de altos cargos, de coches oficiales, de dietas astronómicas, cargando al erario público, incluso sus visitas a burdeles de lujo.

Hablan de santidad, hacen votos de castidad y de pobreza, demonizan el aborto, las relaciones libres, la homosexualidad, el uso de preservativos. Sin embargo históricamente se han revestido de lujo y ostentación, han nadado en la abundancia y la riqueza, han gozado del sexo, han abusado de su posición dominante para cometer las más abyectas aberraciones con menores.

Hablan y dicen que son creadores de riqueza, "su" riqueza. Pero en la trastienda, esta riqueza se cimenta en salarios bajos, empleo precario, componendas con el poder, obtención de subvenciones, sobornos. Aprovechando la crisis, muchos de estos tiburones de traje impoluto y aviesas intenciones han saneado sus empresas despidiendo personal “para poder sobrevivir”, y repartiendo el exceso de carga de trabajo entre los trabajadores que han tenido la “bondad” de no despedir.

Trabajadores que consideran que merecen todos los derechos pero no creen ser deudores de ninguna obligación, que se inventan bajas por enfermedad mientras prestan sus servicios en otros menesteres, que tienen dobles trabajos pero cotizan sólo en uno de ellos, que procuran ser puntuales al salir del trabajo, ya que no lo fueron al entrar, son también mentirosos pues esas prácticas van en contra del resto de trabajadores.

Ayer el pais vivió una huelga general. ¿Necesaria? Estoy seguro de que sí, pero era necesaria mucho antes, cuando la crisis comenzaba y el Gobierno se preparaba para adoptar medidas a todas luces impopulares.

Pudimos vivir en todas su plenitud ese caldo de cultivo mentiroso que al principio mencionaba.

Trabajadores que querían ejercer su derecho a trabajar pero que tenían que desistir ante la capacidad de “persuasión” de piquetes que se declaraban “informativos”. La cifra de huelguistas, se convierte así en una gran mentira.

Trabajadores que querían ejercer su derecho a la huelga, pero eran “amablemente” invitados a que desistieran de su empeño, con la amenaza de despido. La cifra de trabajadores que no secundaron la huelga, se convierte así en otra gran mentira.

Un Gobierno que contempla como organizaciones sindicales, en su órbita ideológica, se ven obligadas para no perder aún más una credibilidad más que perdida, a echarle un simulacro de pulso, un pulso de guante blanco cuando todas las medidas están ya tomadas. No sé si es una gran mentira, pero es una gran parodia.

Una oposición que tiene la desfachatez y el descaro de simular su desacuerdo con la huelga, en consonancia con su tendencia política,  pero que en esta ocasión, por lo que tiene de desgaste del Gobierno, desearon ansiosamente, aunque nunca lo reconocerían,  que tuviera lugar con un masivo seguimiento.

Y adornando la tarta, la guinda de organizaciones juveniles de las llamadas anti-sistema, con estética marginal, que sin embargo se han aprovechado del sistema, para alimentarse, para tener una formación (o deformación), y que cargan vandálicamente contra las fuerzas de orden público, incendiando mobiliario urbano, sembrando el caos, sin aportar ideas para superar este modelo de sociedad, a no ser, claro, que su idea de sociedad sea precisamente una sociedad sumergida en un continuo caos.

No son los únicos frentes donde la falsedad y la mentira se manifiesta diariamente en nuestra sociedad, es sólo un pequeño botón de muestra, tratado a vuelapluma.

Caería en la misma mentira que estoy intentando criticar si no dijera que existen políticos, religiosos, empresarios, trabajadores honestos. Claro que sí. Seguramente constituyen mayoría, pero es esa mayoría silenciosa la que sufre los devastadores efectos de estos y otros comportamientos.
Más mentirosos compulsivos en el blog de GUS

23 de septiembre de 2010

Una convocatoria literaria. Este jueves un relato: "¿En qué trabajas...o te gustaría trabajar?"

¿Maldición bíblica?. No puedo evitar sentirme molesto cada vez que oigo esa expresión aplicada al trabajo. Para  mí el trabajo ha constituido siempre una causa de desarrollo personal y lo que es más importante aún, el medio para procurar el bienestar de toda mi familia. En los tiempos actuales además, en los que tener trabajo constituye casi una excepción y un verdadero privilegio, hablar del trabajo como una maldición raya en la obscenidad.

Tan sólo he desempeñado dos trabajos en mi vida. Los dos, por diferentes motivos, me han reportado satisfacciones, y el segundo de ellos, además, muchos quebraderos de cabeza y algunos malos ratos.

Para hablar del primer trabajo que tuve, tengo que remontarme en el tiempo hasta mis 18 años. Preparaba oposiciones a la Banca y  me inscribí en un curso de formación administrativa en un centro de formación gratuita para adultos, regido por una orden de religiosas seglares, carentes de hábito. Al término del mismo, me propusieron impartir clases de cálculo mercantil y acepté. Ese fue el comienzo de ocho años de entrega a la labor de enseñar a personas adultas, la mayoría mayores que yo. Se fueron incrementando las horas de dedicación y las materias a impartir, pero no me importaba a pesar de la escasa remuneración, al principio gratuita y altruista, porque me sentía totalmente realizado, los ideales estaban en plena ebullición juvenil y además en ese Centro y en ese período, conocí a mi mujer, me casé y nacieron mis dos primeros hijos.

También en ese período aprobé las oposiciones a una Entidad financiera, simultaneando los dos trabajos al menos durante tres o cuatro años. Con gran pesadumbre tuve que dejar la tarea de enseñar pues apenas veía a mis hijos y estos iban creciendo. Salía de casa antes de que despertaran y volvía cuando ya estaban dormidos.

Con posterioridad, en mi segundo trabajo, aprobé oposiciones internas para el departamento de informática, y en esa labor han trascurrido los últimos treinta años, hasta mi prejubilación. Puedo aseguraros que ha sido ilusionante analizar y desarrollar aplicaciones informáticas para gestionar el activo de mi empresa. Mi trabajo me ha permitido aportar un granito de arena para que la labor de mis compañeros en cientos de oficinas, haya sido un poco más cómodo, más fácil, menos tedioso.

También puedo deciros que ha sido estresante. La velocidad con la que en el mundo bancario nacen nuevos productos es impresionante y todos ellos son de urgente implantación y todos tienen la cobertura de una aplicación informática que los dota de operatividad. Todos los proyectos han de estar terminados ayer, cuando están naciendo hoy. De ese estrés, de ese vivir continuamente en el filo de la navaja, me queda el recuerdo de una úlcera de estómago, el reconocimiento a la tarea desarrollada y la estimulante sensación de haber aprovechado el tiempo. 

Ahora, lejos ya las preocupaciones laborales, me sigue quedando el trabajo de compartir con Toñi, ahora con mayor intensidad, las tareas domésticas, encantado de haber podido cambiar la presión de muchos jefes, por la presión de una sola jefa que además me dispensa un trato de favor.

Más inquietudes laborales en el blog de GUS

19 de septiembre de 2010

Patio cordobés

Un remanso de paz, patio sereno,
blancos de luz, tus muros encalados,
de macetas con flores salpicados,
de silencio y de calma tu estás lleno.

Por arcos y columnas circundado,
que ciñen de penumbra tu hermosura,
fuente y agua te aportan la frescura,
de su cristal sonoro derramado.

Te muestras generoso al visitante
que extasiado perturba tu clausura
y el corazón te entrega, como amante.

Patio eterno, por siglos conservado,
patio de mi ciudad, la esencia pura
del alma cordobesa,  patio amado.
Pepe.

16 de septiembre de 2010

Una convocatoria literaria. Este jueves un relato: “¡Hazme reír!”

POR EL IMPORTE DE UNA CERVEZA FRIA...
Utilizas el bar como local de reunión con tus amigos, ocupas una mesa y una silla, manchas un vaso, lees el períódico, me conviertes en tu psicólogo contándome tu vida, usas servilletas, entras al aseo gastando agua y jabón, me pides la guia telefónica, me preguntas por una calle, ves la televisión por cable, disfrutas de aire acondicionado, ….
¡¡¡Y TODAVÍA ME DISCUTES EL PRECIO!!!.


Mi segunda aportación

A DIOS ROGANDO Y CON EL MAZO DANDO
El rey de aquel alejado y próspero lugar, leyó esa frase y en el colmo de la credulidad o de la imbecilidad, que de ambas cosas estaba bien sobrado, le pareció idonea para traer más riqueza, más bienestar, a sus súbditos.

En todas las iglesias de su reino hizo poner un gong al que sus vasallos tenían la obligación de golpear antes, durante o después de sus oraciones.

Creó Universidades que formaran a sus ciudadanos en ambos sentidos. Encargó a las más preclaras mentes de su corte que elaboraran rogativas cada vez más y más especializadas, para la lluvia, para las cosechas, para la salud, para evitar catástrofes naturales, etc. Igualmente, a los mejores músicos de la corte les encargó la creación de partituras para que un instrumento de percusión tan rudimentario como un gong, fuera capaz de interpretar piezas magistrales.

El pueblo, amante de su rey y seguidor incondicional de sus reales designios, se entregó con tal afán a rogar a Dios y a golpear el gong, dedicaba tantas horas del día a tales menesteres, que se olvidaba de sembrar, de regar, de recolectar, de llevar a pacer al ganado, de ordeñar. Tan poca atención prestaba a estos menesteres que los primeros síntomas de ruina económica no tardaron en aparecer. Tierras baldías, ganado famélico,
Arcas y despensas vacías.

¡Es claro que no estamos cumpliendo las reales órdenes como es debido!, se decían y cambiaban la proporción de los rezos y el golpear del gong. Unas veces rezaban más y golpeaban menos y otras al contrario, pero la ruina seguía adueñándose de sus piadosas vidas.

Tan sólo un grupo de herejes impios, declarados en rebeldía, ni rezaban ni tocaban el gong. En su afán discrepante, se afanaban en trabajar más y más cada día y en huir de la iglesia y sus representantes como del diablo. La prosperidad era patente en sus campos y ganados. El rey intentó acabar con ellos pero todos sus esfuerzos fueron inútiles. Con las cuentas mermadas y la población empobrecida, difícilmente podía hacer frente a la fortaleza de sus adversarios.

Cada vez más vasallos fueron abandonando las rogativas. El  sonido metálico del golpear del gong fue debilitándose y las horas ganadas a tan piadosos menesteres, fueron empleadas en lo que hizo próspera a su comunidad antes de esa proclama real.

El rey tuvo que abdicar y sus funciones fueron asumidas por un consejo de notables, volviendo de nuevo la bonanza a aquel lejano lugar.

En la actualidad, tan sólo unos pocos ciudadanos, pobres de solemnidad, que sobreviven gracias a la caridad de sus vecinos que los consideran hombres santos, se afanan en rogar a Dios y en tocar inútilmente, con insistencia machacona, un gong  tan desgastado como sus visionarias vidas. 

Más argumentos para la risa (o la sonrisa) en el blog de GUS

11 de septiembre de 2010

haikus para una flor




Hacen posible,
tus enterradas venas,
que luzcas bella.
 
Efímera flor
¡qué dura fue la lucha
que te dio vida!.
 
Color y aroma,
desde la tierra brotas
buscando el cielo.