Felicitación navideña 2020

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Creación de Mónica (Neogéminis)

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20 de octubre de 2018

Cierre de la convocatoria literaria correspondiente al día 18 de Octubre de 2018

Llegado el sábado, me toca cerrar este jueves literario sobre las catástrofes naturales que ha sido, a mi entender, prolífico y variado. Hemos abordado el tema desde muy distintas perspectivas lo cual es enriquecedor y de eso se trata precisamente, de compartir emociones, de aprender de los demás, de nutrirnos, como esponjas, de las experiencias de otros. Quiero dar las gracias, como siempre, a todos. Especialmente a los participantes, pero también a los pacientes lectores de nuestras entradas ya que sin alguien que nos lea nuestro esfuerzo y gusto por la escritura estaría limitado al ámbito estrictamente personal.
La semana próxima contaremos con la dirección y coordinación de nuestra amiga Mónica (Neogéminis). Nos vemos en su casa.

18 de octubre de 2018

Este jueves un relato: CATASTROFES NATURALES (Relación de participantes)


Van llegando las aportaciones a esta convocatoria literaria. Las iré comunicando en el mismo orden en que me sean remitidas hasta el viernes a las doce de la noche. Como en otras ocasiones, os ruego que si observáis que algún compañero ha publicado y no aparece en la relación porque no me haya sido comunicada dicha aportación, os ruego me lo hagáis saber al objeto de que nadie quede excluido por omisión. Desde aquí os animo a participar.

01.- Montserrat Sala
02.- Campirela
03.- Inma Blanco
04.- Sakkarah
05.- Fabian Madrid
06.- Mag
07.- Pepe (Yo mismo)
08.- San
09.- Ginebra Blonde
10,. Tracy
11.- Mamaceci
12.- Mónica
13.- El Demiurgo
14.- Maite Sánchez







Este jueves un relato: CATASTROFES NATURALES (Mi aportación)

 
Desde los albores de la humanidad, desde los primeros pasos del hombre sobre el Planeta Tierra, este  ha luchado por dominar y domesticar a la Naturaleza, por hacerla suya, por ponerla al servicio de sus intereses

En la legítima aspiración humana al confort y la comodidad, hemos utilizado los recursos naturales, esos que la Naturaleza nos ofrece generosa, de una forma bastarda y desleal, la hemos maltratado, ignorado, hemos equivocado el camino de la convivencia, el de la coexistencia enriquecedora y continuamente estamos creando las condiciones hacia su agotamiento y aniquilación total. Le damos el trato que se le dispensa a una mala madrastra, a la que siempre ha sido una generosa madre.

Los cuatro elementos fundamentales de los que ya nos hablaban los clásicos, tierra, aire, fuego y agua están sufriendo la permanente agresión humana, galopante miopía, casi ceguera, que distorsiona gravemente su necesario equilibrio, su deseable armonía.

Las grandes masas forestales desaparecen, erosionando y desertizando la tierra, el aire se contamina, la atmósfera se enrarece y calienta, los hielos perpetuos dejan de serlo con el consiguiente aumento del nivel de las aguas, el fuego, provocado la mayoría de las veces, en su avidez, arrasa con toda forma de vida, vegetal o animal que se encuentre al paso.

Los rios, mares y oceános son colonizados por una nueva fauna fruto de la acción humana, una marea química y plástica, inmune al paso del tiempo que se incorpora a la cadena alimentaria de sus legítimos moradores.
 
La acción de la lluvia, que debería ser siempre beneficiosa, cada vez con mayor frecuencia es dañina y perjudicial. El agua, sobre la tierra esquilmada, erosionada, busca, como lo ha hecho siempre, su camino, ese camino de siglos, de milenios, trazado con infinita paciencia y que ahora se encuentra a menudo salpicado de construcciones humanas, fruto de la inconsciencia cuando no de la codicia sin escrúpulos. De esta forma, lo que debería ser fuente de fertilidad y vida, lo es de destrucción y muerte.
 
Esa, y no otra, es la verdadera catástrofe natural, la catástrofe de dimensiones planetarias que el hombre, con su soberbia, con su ambición desmedida, con su ceguera suicida, está provocando como un mal hijo y peor inquilino, en la casa común que nos da cobijo pero que es patrimonio de todos los seres vivos.

15 de octubre de 2018

catástrofes naturales


Hola a todos.

Un poco obligado por las circunstancias, asumo la responsabilidad de coordinar esta semana literaria, cosa que hago con sumo agrado, aunque un poco desentrenado en este menester, ya que hace tiempo que no lo hago.

Esta pasada semana, han tenido lugar fuertes inundaciones en las Baleares ocasionando pérdidas humanas y cuantiosos daños materiales.

En estas ocasiones se pone de manifiesto la enorme solidaridad y empatía del ser humano, afloran a la superficie la bondad, la entrega, el sacrificio, la superación de dificultades, la fortaleza del ser humano, el sentido de grupo, etc etc. etc.

También queda patente lo que se podría haber evitado y por negligencia, intereses ocultos, mala gestión y un sin fin de circunstancias no se evita. Como una mala planificación urbanística, licencias de construcción inconcebibles, inexistente limpieza de cauces y canalizaciones.

Creo sinceramente que el tema se presta a múltiples matices, vertientes e interpretaciones. Espero vuestras aportaciones.