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23 de febrero de 2017

Este jueves un relato: HISTORIAS DE UNA ESCALERA

Con la autoestima rota y el alma amoratada, camino apesadumbrado, lentamente, como si me produjera un insano placer ese cansino caminar, extrema laxitud, pasos del que nada espera porque absolutamente todo le ha sido ya negado.

Todo empezó con una carta de despido impersonal y fría. Ese fue el primer escalón, descenso a los infiernos, de una escalera cuyos peldaños me han ido desposeyendo de todo lo que era.

Después descendí por otros no menos crueles y empinados. El primero lo constituyó una peregrinación, curriculum en ristre, a lomos de mis 55 años, en un voluntarioso afán por conseguir otro trabajo, que tras meses de infructuosa búsqueda, se me mostró imposible.

Una vez consumidos los escasos ahorros que tenía, otro peldaño más, asistí impotente al desahucio de mi hogar. ¿Donde quedaban ahora mis amigos?. Seguía descendiendo.

En los que intuyo tramos finales de mi aniquilación, una maleta vieja conteniendo mis escasas pertenencias, unos cuantos cartones , una esterilla, y un carrito robado en un supermercado, me avergüenza confesarlo, acaban siendo todo el bagaje que me queda para afrontar la vida.

Ahora, mientras desciendo las escaleras del Banco de Alimentos, aguardando mi turno en la cola del hambre y la miseria, apenas soy algo más que un puñado de andrajos, un ruido de tripas y un .fétido y etílico aliento.

Ya he llegado al punto de distribución. Estoy de suerte. Es el último paquete de comida. Tras de mí, una chica joven con una criatura de pocos años, asiste desolada a su tragedia. Para ella ya no hay. 

Un golpe en mi conciencia, reminiscencia de la humanidad que algún día tuve, me hace apartarme y cederle mi lugar, sabiendo que la cornada del hambre hasta mañana, no me dolerá tanto como dejar a esa criatura sin comida. Tal vez, ese vertiginoso descenso no me haya hecho perder del todo aún lo que un día fui, tal vez dentro de mi, anide todavía, incomprensiblemente, un ser humano.

Si os apetece aventuraros en otras historias de escaleras, podeis hacerlo en casa de nuestra amiga Charo

26 comentarios:

  1. Excelente punto de mira... Es que nunca se deja ser quien es, a pesar de los andrajos y los descensos (quiero creer... y sobre todo, lo creo de tí).
    Besos querido amigo, y gracias por la reflexión en que me deja tu relato (lo haría yo???... hay muchos momentos en que se nos pone a prueba, ya te diré.)

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  2. A esta la llamaria una escalaesra para bajar infierno del hambre del desemparo y de soledad. Un sitio oscuro, del que sin duda saldra porqué tanta bondad ha de verse fozosamente recompensada.Un abrazo Pepe.

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  3. Buf qué dramático, como la misma vida ¿cuántas personas se han visto así desde que comenzó la crisis? en paro y sin nada.

    Me ha encantado tu planteamiento sobre la escalera.

    Un beso.

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  4. Siempre es posible, cambiar la inercia de la escalera y aprender a subir algún escalón, cuando se esta ya en el precipicio.
    Saludos.

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  5. Del que todo lo tiene a vivir en la nada, duro descenso este. Muy bueno Pepe, (a lo mejor a más de uno y una le vendría bien, hacer este recorrido, un poquito solo tan poco hay que cebarse, para que vivan en sus carnes lo que tantos padecen)
    Besos.

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  6. descenso a la nada, el aniquilamiento de la persona, no queda nada, bueno si la bondad, no se ha perdido ni aun en el fondo del pozo. Un abrazo

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  7. Se me ha encogido el alma al ir leyendo esa caída a lo más profundo del abismo social, pero para mí queda redimido con el gesto de generosidad que tiene al final.

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  8. Qué relato, Pepe! Una escalera a lo más hondo de las pérdidas, pero aun así la esencia de lo bueno, de lo que uno fue, gana sobre cualquier dolor que se haya pasado. Un gusto leerte! Un abrazo.

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  9. Precioso y triste relato. Verdadero como la vida misma. Cualquiera nos podemos encontrar en esta situación.
    Un abrazo

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  10. Tremendo relato en el que el protagonista no para de caer y caer por esa escalera. Una vida dura y difícil la que nos planteas, pero, efectivamente, tal y como muchas veces podemos comprobar en esta sociedad, que menos tienen suelen ser quien más dan, quienes más generosos se vuelven, curioso. Para pensar. Besos

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  11. Un relato cruel y realista describiendo que pese al infortunio que nós toque, siempre seremos dueños de nuestra propia calidad humana, dejar de descender por esa escalera no es fácil, pero tampoco imposible. Un abrazo

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  12. Porque hay escaleras que a veces se bajan, tal vez su impulso esté dentro de él y su corazón. La vida, a veces, que injusta es...
    Besos!!

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  13. Qué historia tan triste que por desgracia es tan habitual de ver últimamente. Y nadie está a salvo de caer por estas escaleras. Se me ha encogido el corazón.

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  14. Un relato intenso y con mucha profundidad donde nos va enseñando paso a peldaño que dura es en muchas ocasiones .
    Un fuerte abrazo.

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  15. Tengo un pellizco aqui.... por real e inhumana historia de la escalera de la injusticia.
    Un abrazo, amigo.

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  16. Nunca se deja de ser, así el descenso sea duro, es un precioso relato, PEPE.
    Un beso

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  17. Dios mío Pepe, me has dejado el ánimo a ras de suelo...espero que ese hombre vuelva a subir de nuevo los peldaños que bajó, se lo merece por no haber perdido, a pesar de todo, su capacidad de conmoverse con los demás.
    Genial, como siempre!
    Muchas gracias por participar!
    un beso

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  18. Qué belleza ,amiguco Pepe.Cuánta humanidad destilas con las palabras.
    Sé que auqnue no seas tú elpersonaje ,siempre lo muestra a través de tus relatos ,porque el arte siempre tiene la huella de su autor.
    Precioso y muy bien escrito.
    Besucos y gracias por tu comentario.
    EL haiku es muy profundo.

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  19. Opino como Juan...se puede descender una escalera..ir cada vez cuesta abajo, pero si aún conservamos lo que fuimos, si no perdemos la esencia de humanidad en nuestras venas, evitamos caer en el precipicio..bellisimaaaaaa historia...besos

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  20. Menudo relato con el que te has despachado...y por desgracia tan real en esta España nuestra...y pienso en la pérdida de valor del ser humano como capital para esta sociedad...y digo Real, con la pérdida de significado que tiene esa palabra esta semana

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  21. Ahora debería aparecer un hada y encumbrarlo en lo más alto de la escalera por su forma de actuar, pero eso ya no sería real.

    Magnífico relato.

    Un abrazo y besos a Toñi.

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  22. Hola; el texto me encantó. Tiene mucho de ese viaje dantesco por los infiernos, solo que el personaje es el que lo sufre. Espero que no llegue al octavo círculo...

    Un abrazo.
    Pablo.

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  23. tal vez ese sea el primer peldaño de subida a su vida.
    excelente!

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  24. Hola, ola de mar...
    En la esquina al lado de mi trabajo transcurre la vida de un hombre así. No sé como llegó a ese punto. Se que duerme a hí, q los vecinos le dan lo que les sobra y dinero, que tiene una pequeña paga insuficiente para un techo pero suficiente para la comida. Siempre nos regala cosas que se encuentra: que si un libro, un paquete de tabaco olvidado ( el solo fu ma puros), que si la cadena de una bici...Aún en su probreza es generoso. A mi me va a com prar un piso cu ando le toque la lotería para que no tenga que ir más a la "cárcel" ( así llamamos a mi oficina).
    Un beso
    o dos
    de lo que queda del Aire

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    Respuestas
    1. Pues debe ser un beso enorme, porque el Aire te sobra, Susana, aunque a veces no seas consciente de eso. Gracias.

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