Recupero, ligeramente modificado, un
texto que publiqué allá por el año 2010 pues no me queda tiempo
para construir un texto acorde con mi propia convocatoria a la que,
lógicamente, ni quiero ni debo faltar.
¿Maldición bíblica?. No puedo evitar
sentirme molesto cada vez que oigo esa expresión aplicada al
trabajo. Para mí el trabajo ha constituido siempre una causa
de desarrollo personal y lo que es más importante aún, el medio
para procurar el bienestar de toda mi familia. En los tiempos
actuales además, en los que tener trabajo constituye casi una
excepción y un verdadero privilegio, hablar del trabajo como una
maldición raya en la obscenidad.
Tan sólo he desempeñado dos trabajos
remunerados en mi vida. Los dos, por diferentes motivos, me han
reportado satisfacciones, y el segundo de ellos, además, muchos
quebraderos de cabeza y algunos malos ratos.
Para hablar del primer trabajo que
tuve, tengo que remontarme en el tiempo hasta mis 18 años. Preparaba
oposiciones a la Banca y me inscribí en un curso de formación
administrativa en un centro de formación gratuita para adultos,
regido por una orden de religiosas seglares, carentes de hábito. Al
término del mismo, me propusieron impartir clases de cálculo
mercantil y acepté. Ese fue el comienzo de ocho años de entrega a
la labor de enseñar a personas adultas, la mayoría mayores que yo.
Se fueron incrementando las horas de dedicación y las materias a
impartir, pero no me importaba a pesar de la escasa remuneración, al
principio gratuita y altruista, porque me sentía totalmente
realizado, los ideales estaban en plena ebullición juvenil y además
en ese Centro y en ese período, conocí a mi mujer, me casé y
nacieron mis dos primeros hijos.
También en ese período aprobé las
oposiciones a una Entidad financiera, simultaneando los dos trabajos
al menos durante tres o cuatro años. Con gran pesadumbre tuve que
dejar la tarea de enseñar pues apenas veía a mis hijos y estos iban
creciendo. Salía de casa antes de que despertaran y volvía cuando
ya estaban dormidos.
Con posterioridad, en mi segundo
trabajo, aprobé oposiciones internas para el departamento de
informática, y en esa labor transcurrió mi vida laboral hasta mi
prejubilación. Hoy ya estoy totalmente jubilado desde hace cuatro
años. Puedo aseguraros que ha sido ilusionante analizar y
desarrollar aplicaciones informáticas para gestionar el activo de mi
empresa. Mi trabajo me ha permitido aportar un granito de arena para
que la labor de mis compañeros en cientos de oficinas, haya
resultado un poco más cómodo, más fácil, menos tedioso.
También puedo deciros que fué
estresante. La velocidad con la que en el mundo bancario
nacen nuevos
productos es impresionante y todos ellos son de urgente implantación
y todos necesitan la cobertura de una aplicación informática que
los dote de operatividad. Todos los proyectos han de estar terminados
ayer, cuando están naciendo hoy. De ese estrés, de ese vivir
continuamente en el filo de la navaja, me queda el recuerdo de una
úlcera de estómago ya superada, el reconocimiento a la tarea
desarrollada y la estimulante sensación de haber aprovechado el
tiempo. El trabajo, para mí, ha sido un agente de crecimiento y
desarrollo personal.
Desde que salí de mi empresa, lejos ya
las preocupaciones laborales, me sigue quedando el trabajo de
compartir con mi esposa, con mayor intensidad que antes, las tareas
domésticas, encantado de haber reducido el escenario laboral al
ámbito doméstico bajo la supervisión de Toñi, mucho menos
exigente, más amable y que además me dispensa, como os podeis
imaginar, un trato de favor.
Más relatos sobre el trabajo en este mismo blog. Relación de participantes
Más relatos sobre el trabajo en este mismo blog. Relación de participantes
Gracias por compartir este texto con tu experiencia personal que publicaste hace unos años, y en verdad es así, como dices, quién tiene un trabajo es un privilegiado hoy en día en el que tanto escasea. Me ha encantado conocer tu experiencia profesional.
ResponderEliminarTe diré que en mi caso, he tenido varios empleos, uno de ellos con contrato indefinido, pero a causa de la crisis actualmente me encuentro en paro, una situación por la que millones de personas y por la edad, pasados los cuarenta, es más dificil de encontrar un empleo estable, los que hay son temporales por pocos días y horas, esto es lo que hay.
Un placer haber participado en tu convocatoria, ya te dejé mi enlace en tu entrada anterior.
Un beso enorme.
Un gran texto, con dos oficios más que dignos. Desde la perspectiva de un jubilado, los cambios en docencia y banca han de ser enormes, pero no veo melancolía por esos trabajos. repescaré un texto de barbería, porque creo que es un buen texto.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Pepe: Ahora comprendo que estés mas que cansado de enseñar y dar clases a mayores. Me ha gustado mucho tu texto y tu experieincia vital. Gracias amigo por compartir. Un abrazo grande y cariñoso.
ResponderEliminarUn buen texto donde hay que darte las gracias por compartir con todos tus experiencias laborales . Has tenido una gran suerte de poder trabajar y formarte y como bien dices te has sentido integrado y has ido evolucionando dentro de tu empresa .Ahora bien merecido ese descanso para compartir junto a tu mujer y tus hijos .
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por saber un poquito más de ti .
Una parte de ti, una importante ya que pasamos muchas horas en el trabajo. Un abrazo grande
ResponderEliminarAquí estoy, amigo, no podía faltar. Acabo de colgar mi relato. http://lacaraocultadelalunaesrosa.blogspot.com/
ResponderEliminarQué lindo leerte y conocerte un poco más. Me alegra saber de tus buenas experiencias, pero más me alegra saberte de vacaciones permanente, disfrutando del tiempo sin presiones y con una jefa sustituta, que ya sabemos lo que es: puro amor. Besos
ResponderEliminarComprendo el punto de vista que has desarrollad entu relato pero atrás quedaron aquellos tiempos en los que los que trabajábamos en aquello que nos gustaba y con una vocación que lo hacía ilusionante. Hoy la cosa ha cambiado tiene más de castigo porque la gente tiene que trabajar en lo que encuentra, le guste o no, y el futuro será peor porque los sustituirán por robots.
ResponderEliminarEs horrible pensar en cómo está la cosa.
Un beso fuerte.
Compartir, esa es la palabra correcta.
ResponderEliminarLo malo de hoy es que no hemos aprendido nada. En ve de trabajar para vivir vivimos para trabajar y si queda algo, vivir.
Así que a disfrutar de este "empleo" que, como dices, tienes trato de favor y encima compensa.
Un beso enorme.
Tu vida laboral en unas pocas lineas.
ResponderEliminarAbrazo de compañero.
Cuando uno hace lo que le gusta no lo vive como una maldición, todo lo contrario, por eso suerte que has tenido Pepe de vivir como un regalo tu etapa laboral. Me ha gustado releer tu texto.
ResponderEliminarBesos.
Me ha gustado mucho. Un buen trabajo que te ganaste con tu tesón.
ResponderEliminarEs bueno ayudar a tu mujer, estar siempre activo en algo.
Muchos besos.
Te muestras como alguien que disfruta de las diferentes actividades y desafios, de todas la enseñanza me parece la mas satisfactoria, pero todos esos cambios te han hecho sin duda mas fuerte. Muy interesante Un abrazo
ResponderEliminarSiempre he intentado buscarle el lado bueno a mis trabajos en algunos ha sido dificil en otros no. Es una suerte trabajar en lo que te gusta, ardua tarea en la actualidad. Gracias por compartir tu experiencia, besos.
ResponderEliminarUn bonito resumen de tu vida laboral: generalmente gratificante aunque con algunos dolores de cabeza, o de estómago. Seguro que tu relato habría emocionado a más de un excompañero o jefe. Ahora a disfrutar de tu tercer trabajo como jubilado doméstico, junto a una excelente compañera ;-)
ResponderEliminarUn abrazo
Pepe, muy interesante tus dos trabajos. Lo del estrés poca gente se libra, en el momento que quieres responder como un profesional, las horas de dedicación aumentan, y llega un momento que el cuerpo dice, basta. Ahora, lo importante es que la satisfacción haya ido por delante que el resto, y si eso es así como parece, ha valido la pena.
ResponderEliminarUn abrazo
Una parte importante de tu vida en pocas líneas y la satisfacción que te deja.
ResponderEliminarun beso
Así como dices, el trabajo debiera ser siempre ese crecimiento y desarrollo personal; ardua faena cuando, desgraciadamente, el trabajo en el que estás nada de eso te proporciona, además de sumar otras cuántas cosas negativas que nada tiene que ver con esos valores.
ResponderEliminarQué buen texto y ejemplo nos dejas, de ambas etapas de tu vida... Gracias por compartirlo.
Un placer leerte, Pepe.
Un abrazo, y feliz finde.
Das en positivo una gran lección de vida. Lo mejor de todo es tu "jefa" de ahora, quien paga con creces las horas huecas de la jubiación ¿a que si?
ResponderEliminarUn abrazo a los dos.