LA ENIGMÁTICA VIAJERA.-
Sé que es hora punta y que el andén está abarrotado. Absorto, tengo la extraña sensación de que estamos solos ella y yo . A tan sólo tres pasos de mí, está mirándome fijamente, como ha sucedido en las últimas semanas en las que a diario hemos coincidido en el andén del metro. Alta, delgada, vestida con elegante sobriedad. Es una mujer de una extraña belleza. Sus ojos grandes, de un gris acerado, producen en mi ánimo una sensación de desconcierto y desazón. Tiene una piel pálida, tersa, tan fina que deja al descubierto el azul de sus venas confiriéndole un aspecto espiritual, casi alado.
Llega el metro. Como siempre, ella se acerca peligrosamente al borde de las vías. Parece que los railes y el sonido del metro que se acerca, ejercen una poderosa atracción sobre ella. También como siempre, pienso que se repetirá su extraño comportamiento y en el último instante, sus pasos resonarán alejándose hacia la salida sin dejar de observarme en ningún momento.
Pero no sucede así. ¡Hoy se ha arrojado a las vías!. No lo pienso, salto en pos de ella, intento salvarla pero es demasiado tarde. El metro impacta en mi cuerpo. Siento que he llegado al final de mi camino. Ella, incomprensiblemente, ha resultado ilesa. Me abraza con ternura. Su mirada, siempre inquietante, se me antoja en este momento solícita y protectora, diría que amorosa.
Exhalando el último suspiro la veo alejarse majestuosa, serena, sonriente. La muerte, ahora la identifico, se encamina a extinguir el tiempo de otra vida. La mia... ya la tiene.
Más relatos sobre la muerte en el blog de nuestra amiga María José Moreno
Estupendo relato, Pepe, inaugurando tu regreso a nuestros jueves! Se te extrañaba😊 un fuerte abrazo
ResponderEliminarQué bonito relato. Así nos sorprende la muerte, sin esperarlo, con su frio acerado y ese abrazo tierno. Muchísimas gracias por particpar y me encanta verte por aquí. Un beso
ResponderEliminarHacia tiempo que no te leía, y hoy disfruto con tu relato y ese final sobrio como la imagen de ella. Un abrazo
ResponderEliminarMuy bueno, me ha impactado, porque la Parca, aquí, lleva días rondando, y por supuesto, consigue llevarse a quien fue a buscar.
ResponderEliminarUn abrazo
Estupendo relato donde nos describes la figura de esa Dama, alta y con piel pálida que observa y nos ronda hasta que por fin se atreve a dar el paso y llevarnos con ella. Un fuerte abrazo y me ha gustado mucho.
ResponderEliminarHola Pepe, primera vez que vengo a tu blog y que relato más bueno! La muerte llega para llevarse las almas cuando toca, y utiliza sus triquiñuelas para ello... Un saludo!
ResponderEliminarQué manera más sutil y provocadora, de incitar a un alma generosa a arrojarse sin pensarlo a las vías… Muy bueno, Pepe. Me ha encantado esta “tierna” visión de ejecutar sus planes…
ResponderEliminarUn placer leerte.
Abrazos, y feliz finde.
Esa mujer siempre se presenta seductora hasta que nos gana la partida, cuando acaba su trabajo, dejamos de importarla.
ResponderEliminarMe ha encantado volver a leerte amigo
Abrazos para Toñi y para ti.
Me gusta como has imaginado a muerte: mujer, pálida, austera, rápida en la ejecución y hasta con un toque de rutina en la sonrisa que dibuja alejándose de la vía.
ResponderEliminarBss.
Sólo puedo decir que es genial.
ResponderEliminar¡Enhorabuena!
Un abrazo :)
Que buen relato para regresar.
ResponderEliminarQueda la duda de si le tendió una trampa al protagonista o si realmente intentó terminar con su vida, ella que es la muerte.
Saludos.
Magnifico es un excelente escrito que en realidad atrapa de sobre manera y que me deja casi sin aliento, mil felicitaciones
ResponderEliminar¡Qué alegría verte por aquí de nuevo Pepe! Y lo haces como siempre, a lo grande. Un magnífico giro al final. ¿Y si lo que vemos fuera un reflejo de nosotros mismos? Un poco lo que le pasa a tu protagonista, ¿no?
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte. Cuidaros
Muy original tu relato, has retratado a la muerte como todos la vemos, sobre todo pensando que en esta ocasión no nos va a ocurrir nada a nosotros y es justo en el momento cuando nuestra equivocación se hace patente.
ResponderEliminarMe gustó mucho.
Un abrazo y bienvenido.
me encantó el retrato físico de el principio. la mirada, no decir que iba de negro...
ResponderEliminarLos días previos estuvo conociendo a su víctima. primero pensé que había sido sucio aprovecharse de su bondad, pero visto como acaba, quizás lo hizo morir como a un héroe para que lo recordarán asi
Bellísimo. Me ha recorrido un escalofrío...
ResponderEliminarComo siempre, es un placer leerte.
Un fuerte abrazo.
Excelente descripción de esa mujer fatal. En pocas palabras nos has llevado de sentir lástima por ella a hacerlo por la persona que intenta salvar a quien definitivamente ha de llevarlo al más allá.
ResponderEliminarUn abrazo
Vamos un relato que no te deja impasible...es buenisimo, besos.
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