Felicitación navideña 2020

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Creación de Mónica (Neogéminis)

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26 de septiembre de 2014

Este jueves un relato: Habla del silencio (re-edición)

Sin tiempo material para reflexionar nuevamente sobre el tema propuesto y con el ánimo de no faltar a la convocatoria de nuestra anfitriona y excelente amiga Nieves, reedito una entrada que realizé con el tema silencio para las palabras de Sindel en Marzo de este año.

SILENCIO


El ruidoso monstruo de acero y hormigón al fin se duerme,
el día se aleja lentamente, se aproxima la noche,
reina una densa calma, no hace viento ni llueve,
se han callado las voces, las risas y los llantos,
nada perturba el inmenso silencio que me envuelve.


Es hora de escuchar nítidamente mis voces interiores,
las clamorosas voces que inaudibles se elevan
desde el rincón oscuro  donde en silencio aguardan
la hora de la calma y el sosiego, para inquietar mi alma
con el punzante eco de historias no resueltas. 
Pepe


Más historias sobre el silencio en el blog de nuestra amiga Matices

22 de septiembre de 2014

52 semanas, 52 palabras. Semana 39: FLOR

HAIKUS PARA UNA FLOR

Flores de loto,
emergente belleza
sobre los lodos.
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Efímera flor
qué dura fué la lucha
que te dió vida.
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Color y aroma,
brotas flor, de la tierra,
buscando el cielo.
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Estrella blanca,
olorosa fragancia,
flor del naranjo.

 Más historias sobre flores en el blog de nuestra amiga Sindel

19 de septiembre de 2014

52 semanas, 52 palabras. Semanas 33 a 38 ambas inclusive


Monotonía de lluvia tras los cristales, decía Don Antonio Machado. Para una clase de párvulos repitiendo la lección, la lluvia forma parte de la escenografía monótona y rutinaria de su universo diario. Para mí, en este instante de mi vida, no. Cada gota de lluvia golpeando el cristal de la ventana, es como un martillazo que me destroza el alma. El espejo me devuelve la imagen de un hombre hundido animicamente. Tengo la convicción de que el perfume que desprende la mujer que ahora se aleja de mi para siempre, caminando bajo la lluvia, no se disipará nunca para mí. No sé en qué momento se le acabó el amor ni soy consciente de en qué medida contribuí a que eso ocurriera. Sólo sé que en el hueco de mi mano queda su anillo, como testigo mudo del caos que ahora reina en mi mundo, ese que creí compartido con ella para siempre y que en este instante se me antoja inhóspito y vacio.

Mas historias sobre palabras en el blog de nuestra amiga Sindel