Felicitación navideña 2020

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23 de mayo de 2013

Este jueves, un relato: "Nos tienen hartos"


¿Harto?. Según la RAE, la palabra harto define  un estado de fastidio o cansancio. Para aproximarme con justeza a definir las sensaciones que me producen la situación actual, la palabra harto me resulta manifiestamente insuficiente.  Asqueado sería más justo. Me provoca repulsión, me subleva, me produce rabia, aloja en mí mente ideas contrarias a mi forma de ser, habitualmente pacífica y poco dada a la confrontación.

El panorama social se asemeja a un páramo desierto y seco. Desolador, devastado, esquilmado, saqueado. Los avances sociales,  en vertiginoso retroceso. Sanidad, educación, sistema de pensiones, atención prioritaria  a las personas dependientes, pilares del  tan elogiado y apreciado estado del  bienestar , sufren recortes tan bestiales que disminuyen drásticamente su función vertebradora de una sociedad solidaria y avanzada socialmente.

¿Se han agotado los recursos?.  Tal vez sea cierto el machacón discurso que nos habla de la escasez de recursos, pero lo que provoca asco e ira es  que muchos de los existentes se han despilfarrado en obras faraónicas que se han demostrado innecesarias e ineficaces, que otros, en gran medida, han ido a engrosar las cuentas corrientes de gente sin escrúpulos o a tapar los agujeros dejados por unas entidades financieras que olvidaron las más elementales normas de prudencia en cuanto al riesgo asumible.

Asco,  porque los representantes de los poderes legislativo, ejecutivo, judicial, empresarial, sindical, incluso religioso, sólo se representan a ellos mismos y sus actuaciones de una forma flagrante y clamorosa van encaminadas a defender sus bastardos y particulares intereses, o los intereses de los poderosos, si es necesario,  por  la amenaza y la represión, alejados, cada vez más, de las necesidades de una sociedad a la que dicen servir.

Asco,  al comprobar que de poco o nada sirven  las masivas  protestas,  esas  que deberían  ser suficientes  para hacerlos recapacitar y enmendar sus actitudes, pero que en la práctica sólo sirven para provocar su jactancia y altanería.

Ni tan siquiera el alivio que supone el que la sociedad civil en su conjunto esté volcada en la tarea de aligerar en lo posible las situaciones más graves de indefensión, aleja la sensación  de asco que produce la dejación de responsabilidades por parte de los poderes públicos.

No quiero despertar en vosotros un sentimiento de hartazgo por la extensión de mi entrada, así que, como dice la canción, harto ya de estar harto…. termino sumido en la impotencia ante una situación que a todos nos supera.

Más gente harta la podeis encontrar en el blog de nuestra amiga Mar

17 de mayo de 2013

Jueves literario. "LA FIEBRE DEL ORO"




Cuatro años ya. Ni en la peor de sus pesadillas pudo soñar un presente tan lacerante, tan inhumano, tan trágico, unas circunstancias tan adversas como las actuales.

¿Cómo había sido posible en tan corto espacio temporal tamaño deterioro?.  Estaba muy presente aún otra situación personal completamente distinta. Un buen trabajo, una vivienda confortable, coche, vacaciones en la playa,  salidas a cenar con los amigos,  eran cosas que conformaban su universo cotidiano. Un universo tan aparentemente estable y sólido que nunca pudo imaginar perecedero. Aquilatar minuciosamente el capítulo de gastos, por el contrario,  era una actividad que le resultaba completamente ajena por innecesaria.

Un expediente de regulación de empleo y la imposibilidad a pesar de sus esfuerzos de encontrar un puesto de trabajo, cualquier puesto de trabajo,   lo abocaron a su lamentable presente. Una vez agotado el subsidio de desempleo, comenzó la sangría lenta pero constante de sus ahorros. Sus hábitos sufrieron un cambio radical. Adios a vacaciones, salidas con los amigos, adiós al coche, adiós en definitiva a todo lo prescindible por superfluo.

Apenas podía dormir. Sus insomnios y estados febriles, eran cada vez más frecuentes, motivados no por el oro, sino por la ausencia de este. Un procedimiento de embargo amenazaba con dejarle sin el último vestigio de una forma de vida ya pasada. Su propia vivienda corría el riesgo de dejar de pertenecerle. Apenas quedaba un mes para el procedimiento ejecutivo de desalojo, eufemismo para edulcorar el hecho de ser arrojado a la calle.

Buscaba ahora, en la venta de las joyas familiares, aquellas que tantos recuerdos le traían de sus mayores, un respiro,tal vez la última oportunidad,  un momentáneo alivio a su asfixia económica, ganar un tiempo para seguir buscando trabajo, hacer remitir algo, gracias al oro,  ese estado de febril ansiedad que lo estaba consumiendo.

Un caso más. El oro, ese envilecido metal y todo lo que representa, está desembocando en una sociedad enferma  con demasiados individuos febriles, tantos, que amenazan con hacer estallar esa misma sociedad.

Más historias impregnadas por la fiebre del oro en el blog del amigo Juan Carlos

9 de mayo de 2013

Este jueves un relato: Corazón contento.

Este jueves, San nos hace estrujarnos ligeramente las meninges, obligándonos a salpicar nuestro relato semanal con las palabras:


Chispeante, tintinar, burbujas, lábil, vos, oleaje, tirillas, zalamero, ajonjolí, malote, torrente y beso. 

Esta es mi aportación juevera.

Me cautivó su verbo, agudo, lleno de ingenio, chispeante. Era el alma de la fiesta.  Desprendía un optimismo contagioso. Su risa era como un tintinar de copas, un continuo brindis por la vida. Sus palabras eran como burbujas que explotaban en mi cerebro, un oleaje que aceleraba al máximo mi torrente sanguíneo, que provocaban, como dice el tópico, un aleteo de mariposas en mi estómago. Su enorme personalidad minimizaba a mis ojos  su aspecto físico que lo asemejaba a un tirillas, enclenque y lábil.

Casi me desmayo, cuando zalamero y con un gesto pícaro,  de hombre malote, se dirigió a mí ofreciéndome un pastelillo recubierto de ajonjolí, mientras me decía:

¿Vos, princesa,  me concederás el siguiente baile?.

Por supuesto, asentí y toda nerviosa, sellé el compromiso con un beso en su mejilla.

De eso, hace ya muchos años, los mismos años que nos han visto envejecer unidos.
Más relatos - puzzle con las mencionadas palabras en el blog de nuestra amiga San

2 de mayo de 2013

Este jueves un relato: "DOLOR EMOCIONAL"




Siempre tuvo la profunda convicción de ser mentalmente fuerte, emocionalmente estable. Su trayectoria vital fundamentaba y avalaba dicha convicción. Nunca permitió que las emociones le perturbaran hasta el punto de perder la serenidad de espíritu, el control de su propia existencia. Nunca, hasta aquel luctuoso episodio. Los anclajes que le proporcionaban estabilidad y firmeza, saltaron por los aires hechos añicos. En ese momento, ni familia, ni amigos, ni creencias religiosas, ni su pretendida fortaleza mental, nada constituyó el clavo ardiendo al que aferrarse. Todo se desvaneció y el vacío más absoluto y devastador se adueñó de su mundo.

¿Dolor emocional?, no lo sé, pero el dolor físico era  intenso como si mil cuchillos entraran una y otra vez con saña a perforar su corazón, como si todo el Planeta hiciera presión sobre su pecho, aplastándolo,  como si el aire se hubiera hurtado para siempre a sus pulmones, como si sus huesos y músculos se negaran obstinadamente en sustentarlo. Un terremoto  emocional de irreparables consecuencias sacudió violentamente su edificio. 

Nada volvió a ser igual. Remendada, recosida, parcheada, sigue su existencia sólo porque la vida siempre sigue, pero como si de un virus se tratara ese dolor intenso se niega a morir. Adormecido durante períodos más o menos prolongados de conformidad y calma, el monstruo que destrozó los cimientos que siempre creyó firmes, vuelve para atormentarle, para recordarle que el corazón humano es frágil y que algunas sacudidas lo destrozan para siempre convirtiendo el dolor emocional en el peor  y más aniquilador de los dolores. 

Más sacudidas emocionales en el blog de nuestra amiga Lucía