Felicitación navideña 2020

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Creación de Mónica (Neogéminis)

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28 de enero de 2017

Cierre de convocatoria 20170126 SOLEDADES


Transcurrida la semana, me toca cerrar la convocatoria juevera que bajo el tema SOLEDADES, he tenido el privilegio de coordinar para vosotros.

No creo que haya quedado una manifestación de la soledad o las soledades que no haya sido abordado y desarrollado convenientemente por la creatividad, siempre a flor de piel, de los jueveros.

A pesar del tema a tratar, no me he sentido solo en absoluto. He estado muy bien acompañado por todos vosotros. Creo que 29 participantes son una muy buena participación, por lo que estoy satisfecho y enormemente agradecido.

Agradecido no sólo a los que habeis participado con vuestras aportaciones, sino también a todos aquellos que leyéndonos y comentándonos nos enriquecen y estimulan.


Paso el testigo de la próxima semana a nuestra compañera Inma Blanco.

26 de enero de 2017

Este jueves un relato: SOLEDADES (Mi aportación)


Reconozco que tengo un enorme defecto que me imposibilita ser escritor. Escribo desde el corazón y me cuesta enormemente escribir "por encargo" si la propuesta no me hace pensar en experiencias vitales propias sobre el tema propuesto.

Ahora, afortunadamente,  no siento la soledad, ni tan siquiera deseo la soledad buscada. Tengo que remontarme a otra época de mi vida en que sí la sentí de una forma desgarradora y cruel para traer al momento presente las palabras que surgieron de mi corazón como un torrente en aquellos días aciagos.  Hoy no podría describir la sensación de soledad mejor que entonces. Alguno de vosotros las recordará sin duda.

RADIOGRAFIA DE LA ABSOLUTA SOLEDAD

Me gustaría llevar a vuestra mente el argumento de una animación mil veces repetida.

Un personaje está sentado confortablemente en el salón de su casa, al calor de la chimenea, disfrutando de su lectura preferida, mostrándonos una estampa de absoluta serenidad, tranquilidad, felicidad.

Repentinamente, la escena comienza a descomponerse. Las paredes desaparecen, el mobiliario desaparece, todos los objetos van desapareciendo paulatinamente, la llama primero y la chimenea después, desaparecen, el libro desaparece, el sofá en el que estaba sentado desaparece y, finalmente, el mismo protagonista de la confortable escena hogareña se desvanece y queda la NADA con mayúsculas.

Todo ello con una música truculenta y loca que nos lleva a la sonrisa cuando no a la franca carcajada.

Los seres humanos, somos un poco como el personaje de esta animación.

Nos rodeamos de anclajes que soporten nuestro desarrollo personal. Nuestros libros preferidos, nuestra música, nuestras aficiones todas, nuestros afectos y desafectos, nuestro entorno físico, nuestro entorno personal, familia, amigos, compañeros, nuestra religión, etc.

Pues bien, a veces un suceso muy traumático viene a destrozar por completo uno de los pilares que soportan nuestra vida, removiendo y destrozando por completo esos anclajes que nos hemos ido procurando para nuestra serenidad, tranquilidad, felicidad.

No se marchan como en la animación. Los libros están ahí, pero la apatía más absoluta te lleva a no abrirlos siquiera. La música sigue sonando pero ya no nos transmite emociones, Los caminos que nos gustaba recorrer, siguen ahí, pero nuestros pies son incapaces de dar un paso para recorrerlos, nuestros familia y nuestros amigos están ahí, pero difícilmente llegan a ser acicate para levantarnos, aunque lo intenten hasta la saciedad. La religión está ahí, pero sólamente nos confunde y aturde. Como en la animación, para el protagonista todo ha desaparecido, todo se ha esfumado, y como en la animación, el mismo protagonista, aturdido y desequilibrado, no desaparece, aunque le gustaría, pero cae.

La escena en su esencia es la misma, pero aquí no hay sitio para la sonrisa y menos aún para la estruendosa carcajada.

Sólo queda el hombre y su más absoluta soledad, el hombre y su más feroz desesperación, el hombre y su frustración, el hombre y sus enormes ganas de desaparecer, de esfumarse, de no estar en una escena que para el ya no tiene más contenido que él mismo.

 Para completar mi aportación a esta semana de soledades, os dejo el siguiente hayku, una pequeña reflexión sobre la soledad.

DOS ALMAS SOLAS,
AL UNIR SUS DESTINOS.....
¿DOS SOLEDADES?

Ese jueves un relato. SOLEDADES. Relación de particiipantes

Van llegando las aportaciones jueveras de esta semana para el tema propuesto por nuestra querida amiga Leonor. Creo interpretar el sentir de todos los compañeros y amigos si desde aquí le transmito a ella, nuestra amiga y compañera, todo el cariño y el ánimo de los que formamos parte de esta gran familia juevera en estos tristes momentos para ella por el fallecimiento de su madre.

Iré incorporando vuestras aportaciones por orden de publicación en esta misma entrada. Como siempre que coordino os digo, si teneis constancia de que algún compañero ha publicado y no me ha dejado el vínculo, os ruego me lo comuniqueis para que nadie se quede fuera de la convocatoria por despiste

Los compañeros que ya se han sumado a la convocatoria juevera de esta semana son los siguientes:

01.- Gustavo
02.- Campirela
03.- Montserrat Sala
04.- Carmen Andujar
05.- Alfredo
06.- San
07.- Fabián
08.- Yo mismo 
09.- Diva
10.- Maribel Lirio
11.- Tracy
12.- Neogéminis
13.- Cristina
14.- Noa
15.- Mag
16.- Rosa
17.- Ame
18.- Yessy Kan
19.- Charo
20.- María Perlada
21.- Nieves
22.- Sara
23.- Inma
24.- Sindel
25.- Verónica
26.- Miralunas
27.- Demiurgo
28.- Juan Carlos 
29.- Roxana

22 de enero de 2017

Este jueves un relato: SOLEDADES

Esta semana tomo el relevo de nuestra querida amiga Leonor, a la que le tocaba llevar la coordinación de nuestro jueves literario. Ella por circunstancias dolorosas y adversas no puede hacerse cargo y yo, gustosamente, asumo la coordinación del mismo respetando la propuesta que ella tenía pensada. Escribamos de soledades. ¿´Quién no ha sentido alguna vez el peso de la soledad más absoluta?, esa sensación de que falta todo, de que nada tiene sentido, de que un abismo se abre bajo los pies, de que arriba y abajo, al frente y detrás, a un lado y a otro, no hay nada, absolutamente nada, aunque estemos rodeados de una multitud?. Hablemos de esas soledades, pero también de aquellas soledades buscadas, deseadas, oasis en nuestra agitada vida que nos aportan serenidad y nuevas energías.

Espero vuestras aportaciones. Os recuerdo que las normas que rigen nuestra convivencia juevera las podeis ver reflejadas al detalle en:
Recomendaciones para los jueves literarios

Espero vuestra aportaciones aquí, en mi rinconcito. Me gustaría contar con una numerosa asistencia. Gracias anticipadas.

12 de enero de 2017

Este jueves un relato. ¿JUEGAS CONMIGO?


Nací en un barrio humilde. Apenas si había tráfico por sus calles. Los escasos coches que transitaban, muy de tarde en tarde, lo hacían por un pavimento de cantos rodados con un acerado constituido por grandes e irrregulares losas de granito. 

Los recursos escaseaban. Muchas de las casas carecían de agua potable y la energía eléctrica sufría cortes intermitentes con gran frecuencia. 

No faltaban sin embargo la alegría, las ganas de jugar, las ansias de vivir. Esas calles eran el escenario que propiciaba una estrecha convivencia. Los juegos infantiles, múltiples y variados, tenían un elemento común a todos ellos. Hacían necesaria para su desarrollo, la concurrencia física de cuantos más niños mejor. Jugábamos al escondite, a policías y ladrones, a las canicas, al balón, a pídola, juegos todos físicos y participativos que facilitaban la cercanía, la amistad, el contacto, la comunicación. Para guerrear con el enemigo, bastaban dos tablillas y un trozo de cuerda con las que construir una espada. 

No estoy en contra de las tecnologías de la información. Internet y las redes sociales son sin duda una fuente inagotable de conocimientos y posibilidades de todo tipo. Sin embargo, esa enorme ventana abierta al mundo es a la vez, mal utilizada, un arma que nos aboca a la soledad, al aislamiento, a la incomunicación. 

Hoy, cada vez más, nuestros niños juegan en escenarios virtuales, teniendo como compañeros de juego las más de las veces a perfectos desconocidos en todo el mundo, pero desde un espacio tan reducido como una mesa de escritorio, librando batallas sin más armas ni actividades que las que le proporcionan el deslizar de unos dedos sobre un teclado.

Si quereis seguir jugando, os sugiero que os paseis por el rincón de nuestra amiga Verónica