Vuestra area de influencia se situa en los paises desarrollados y, dentro de estos, en aquellas capas de la sociedad que se pueden permitir hacer realidad los sueños de sus retoños, con la fantasía de una quimera oriental. En esas mismas sociedades, a veces, la caridad consigue, que algunos de esos niños inmersos en la pobreza más absoluta, reciban algunos juguetes que, dicho sea de paso, les pertenecen de pleno derecho, sin que nadie acalle su conciencia con obras de “misericordia”.
Cientos de miles de niños, en todo el mundo, claman por vuestra presencia, pero ni estais ni se os espera. Sus tripas rugen esperando ver calmadas sus necesidades más primarias, necesidades alimenticias, de supervivencia, su salud los encamina a una existencia dura y breve, sus mentes claman por un poco de conocimiento que los haga algo más libres, menos dependientes,son miles los niños que tienen que sumar a esa pobreza extrema, el tener que convivir diariamente con el ensordecedor ruido de las bombas, sentir en sus carnes las dentelladas de las guerras, pero, al parecer, las soluciones a esas necesidades están fuera de vuestras alforjas.
Entonces, queridos Reyes Magos, ¿donde radica vuestra magia?. No pasa de ser un ligero linimento, un placebo al alcance de unos pocos.
De verdad que me gustaría creer en ella, creer en un mundo donde los niños, sin excepción de raza, credo, condición social, pais, pudieran dedicarse a ser niños, almas puras, vírgenes a cualquier tipo de contaminación que impida su crecmiento personal. No me es posible, y desde lo más profundo de mi ser, lamento mi escepticismo, pero como os dije al principio, la realidad es cruda y testaruda.
Más encuentros con los Reyes Magos en el blog de nuestra amiga, Campìrela
Muchas gracias, por esta carta que lleva tanta verdad en lo escrito.
ResponderEliminarLa magia sería que todos fuéramos más consciente de que una noche no es suficiente para crear el clima de satisfacción, no solo para esos niños que, como bien dices, viven entre guerras y miserias.
Tal vez la magia este en nosotros mimos en concienciarnos de cambiar las cosas.
Un abrazo, y te agradezco tu participación.
Hola Pepe, cuanto tiempo sin leerte, aunque tu relato sea duro, con tanta verdad, y ojala lo leyeran todos, porque como dices los niños/as, solo deben ser niños/as.
ResponderEliminarMe alegra leerte,
Un abrazo,
Hola Cecy, motivos personales me tienen apartado de esta nuestra casa común a la que echo mucho de menos. Gracias por tu comentario. No sé si seré capaz de compaginar mis obligaciones con mi presencia en los jueves literarios.
EliminarQuerido Pepe. Cuánto me emociona reencontrarte! Aunque el tenor de tu carta no es precisamente de esperanza, es muy cálida y certera. Creo que viene bien reflexionar en estas fechas sobre nuestra falta de empatía y sentido de justicia, sobre todo más allá de nuestro habitual círculo de rutinas. Si alguno de los reyes me preguntara hoy por algún deseo personal, en la lista incluiría la posibilidad de volver a tenerte entre los jueveros habituales. Siempre enriqueces este nuevo de letras y reflexiones. Se te extraña. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarJuego, no nuevo
ResponderEliminarQue ilusión encontrarte de nuevo!! Y además nos has dejado una sacudida en las conciencias que no veas. Con la algarabía de las fiestas no pensamos que somos un pequeño puñado de arena en un desierto lleno de almas a las cuales se les niegan sus derechos. Besos.
ResponderEliminarMuy lúcida. Es una carta sincera y que suscribo. No obstante, los niños que sí escriben las cartas y esperan los regalos, creen en esa magia tan inofensiva, y sus ojos son brillantes y esperanzados. Sólo por eso vale la pena seguir la tradición.
ResponderEliminarUn abrazo, y feliz 2024
Desgraciadamente esa realidad que dibujas es la de verdad. Existe mucha desigualdad en el mundo y a nosotros nos ha tocado estar en la parte afortunada de la historia. Tu relato nos lo recuerda lo que hay al otro lado. Buena aportación.
ResponderEliminarsaludos
lady_p
Desgraciadamente el mundo esta injustamente mal repartido! Y con la "quimera oriental" de los reyes magos, como tu bien la llamas, mucho menos! Seria ideal educar a nuestros niños occidentales en que fueran generosos con los niños que no son tan afortunados! Un abrazote!
ResponderEliminarHay argumentos muy sólidos para el escepticismo, siendo muy difícil manterner las ilusiones.
ResponderEliminarBien escrito. Saludos.
Hola Pepe, has sucumbido al pesimismo y la desgana de la Navidad, esta, efectivamente, es ver la hipocresía y el egoísmo de la gente, pero el día de los Reyes, por los niños, hay que hacer un poco el paripé... Los demás intentaremos hacer el bien para ver si la gente se contagia.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Hola Pepe, una carta dura y triste como la realidad misma que hay en este mundo, donde la guerra, el hambre, la falta de empatía, son moneda corriente. También es cierto que hay muchos otros que hacen cosas para mejorar, cambiar este mundo en qué vivimos, desde que el mundo es mundo existen odios, crímenes. Pero generar un poco de ilusión está bien, no importa la religión o creencia que cada uno profese, todas quieren dar esperanza al ser humano.
ResponderEliminarUn abrazo.
PATRICIA F.
Un emotivo relato, pero tampoco considero que eso pudiera siquiera entrar dentro de sus competencias de existir. Hablas de problemas creados por la raza humana, y esta debería de ser capaz de resolverlos sin intervenciones divinas o mágicas.
ResponderEliminarPor eso digo, Arturo, que la solución a esos problemas está fuera de sus alforjas. Ahi radica mi escepticismo. Sé que los problemas son humanos y las soluciones tambien.
Eliminar(Segundo intento, el primero creo que falló, ni no fue así, disculpa la repetición) Pues yo creo que a pesar de las circunstancias me parece oportuno seguir creyendo en la magia de los Reyes Magos, una gran parte de esa magia está en nuestros corazones para que no desesperemos y lleguemos a pensar que no es posible una vida digna para todos los niños del planeta. Porque no es cuestión de desesperar y esperar a mañana para aportar cada uno lo que pueda, y no es trata de dar limosnas para acallar la propia consciencia, se trata más bien de elevar la conciencia global para cambiar a corto y a largo plazo situaciones de violencia y miseria. Pero es que además uno tiene que irse a lo concreto; mira, con 120 euros, por ponerte un ejemplo, se puede cambiar la vida de un niño por completo, de no ver a ver, eso cuesta una operación de cataratas. Niños que al recuperar la visión podrán por fin jugar con otros niños, ir al colegio, etc, etc. Le cambias la vida al niño, y la alegría de su madre, ¿acaso es poco? En fin, que sí que se pueden hacer cosas pero tenemos que estar dispuestos a ceder privilegios, quizás también parte de los regalos a nuestros niños, muchos de los que, de todas maneras, no son más que tras poco, basura. Disculpa si me fui por la ramas. Saludos
ResponderEliminarLa magia la crea el amor paterno, la voluntad de escenificarla, las ganas de ser paje por unos días. Como todo en esta vida o hay ilusión o la vida es lineal y tediosa. Un abrazo
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