Corría el año 1578. La peste devastaba la población cordobesa. Un sacerdote, Andrés de Roelas, por aquellos días, temeroso de que todo fuera fruto de su imaginación, ponía en conocimiento de teólogos de la Compañía de Jesús, que un arcángel se le había aparecido hasta en cuatro ocasiones comunicándole que libraría a la ciudad de Córdoba de la peste.
Los teólogos quisieron
que la próxima vez preguntara quién era aquel que se le aparecía y
así lo hizo, teniendo la siguiente respuesta de aquella luminosa
criatura:
“Yo te juro, por
Jesucristo crucificado, que soy Rafael, ángel a quien Dios tiene
puesto por guarda de esta ciudad”.
Al poco tiempo, la
epidemia de peste desapareció dejando de morir personas por su
causa.
Esas conversaciones entre
el padre Roelas y el Arcángel San Rafael sólo fueron conocidas 25
años después de que se produjeran y dieron origen a una devoción
que ha resistido el paso de los siglos.
Ese es el origen de la
devoción que los creyentes cordobeses tienen a San Rafael. Primero
fué un oratorio en el lugar donde vivió el sacerdote Andrés de
Roelas, posteriormente la construcción del un templo en honor a San
Rafael y su Juramento. Templo en el que, siglos después, ejercí
como monaguillo durante dos años. Esta devoción se materializa
también en los “triunfos”, especie de monumentos en forma de
columnas coronadas por estatuas del Arcángel, a modo de custodio y
centinela, en todos los puntos de la ciudad.
Hasta aquí, brevemente
la narración histórica de unos hechos. Desde mi escepticismo, raciocinio e
incredulidad, no doy crédito alguno a esas apariciones, menos aún a
la influencia de un ser mítico, “Medicina de Dios”
que eso es lo que significa su nombre Rafael, en la remisión de la
peste en mi ciudad ni su presencia protectora en hechos posteriores.
Sin embargo, he de confesar que no veo mal este tipo de creencias
que, como sucede con la Navidad o la festividad de Reyes, en sus
conmemoraciones favorecen la convivencia, la concordia, el
acercamiento entre personas.Pienso que en la balanza de beneficios y daños, predominan los primeros.
Más relatos sobre
leyendas locales en el blog de nuestra amiga
H... Perla Gris
La historia o leyenda repetida mil veces queda a disposición de quien quiere creer la primera o quedarse con el cuento. Un abrazo
ResponderEliminarYo también creo que no es malo tener esas creencias, como dices tú, crea convivencia, y bueno a veces esas leyendas se basan en algo real; aunque no sea milagroso.
ResponderEliminarUn abrazo
Una leyenda bonita de nuestro arcángel cordobés.
ResponderEliminarUn abrazo
Concuerdo con tu reflexion, PEPE
ResponderEliminarUn abrazo
Me gusta tu reflexión y estoy de acuerdo con tu conclusión. Igual es interesante "saber" de dónde o por qué nacen ciertas historias, y ésta me gustó.
ResponderEliminarUn beso.
Me gusta mucho aprender el origen de las leyendas, de las costumbres, del porque de algunas cosas en algunas ciudades... Creo que a veces agarrarse a un milagro, creamos o no en ellos, hace que cojamos fuerza, no sé...
ResponderEliminarPor Andalucía se tiene mucha devoción en este aspecto, por aquí en el norte nos agarramos a la Santina... y en esos días de festividad se ve el ambiente bonito, como tu dices...
Me ha gustado mucho tu relato Pepe, mil gracias por hacerme compañía en este jueves dedicado a P, en este jueves especial para mi... Gracias!!
Besines...
Pepe, yo pienso como tú, las intervenciones de ángeles y vírgenes que salvan de enfermedades son fruto de las necesidades que tenemos de creer en algo que nos proteja y por no dejar sin explicación lo que no llegamos a entender. Si estas creencias no llegan al fanatismo y sirven para festejar y unir a las personas las respeto. Me ha gustado tu leyenda.
ResponderEliminarUn beso para ti y para mi amiga Toñi.
En realidad gran parte de las leyendas populares son más bien fruto de las creencias de la gente y de su credulidad, generalmente promovida por la fe y sobretodo por el temor a lo sobrenatural. Sobre todo de tiempos pasados.
ResponderEliminarPero es verdad que gran parte de nuestro patrimonio se basa precisamente en estas creencias populares y, sin entrar en detalles de otro tipo, creo que es muy rico y valioso.
Por lo demás, me pareció muy interesante la leyenda de San Rafael y la peste.
Un abrazo
Es curioso, lo cierto es que Córdoba se libró de la peste aunque puedo imaginar causas, como que tal vez fuera una ciudad con mejores hábitos higiénicos que la mayoría de las del resto de Europa por la influencia árabe. No sé, puede haber causas, pero la creencia popular es la que cuentas y habrá que respetarla.
ResponderEliminarAbrazos, me ha resultado muy interesante.
A mi me ha gustado mucho, no la conocía. No creo ni dejo de creer... pero si pienso que a veces hay algo sobrenatural en algunos acontecimientos.
ResponderEliminarComo dices, seguro que trae más beneficios que daños...
Muchos besos
La religión siempre ha sido fuente de innumerables mitos y leyendas. No todos los que están son, ni todos los que son... están.
ResponderEliminarMuy acertado tu comentario final.
Un abrazo.
Todo vale, si el objetivo es la concordia y felicidad de las personas. Peligroso el límite donde la leyenda beneficia a unos pocos y confunde al resto. Coincido en que la Iglesia no es la mejor garante de estas ficciones, pero... estamos tan necesitados de todo.
ResponderEliminarAbrazos.
No conocía el significado del nombre. Y me ha encantado la historia. Estoy de acuerdo con usted en que lo que sirva para unir, bienvenido sea. Me ocurre a mi con muchas manifestaciones religiosas de este tipo, que en muchas ocasiones unen, y gente con profunda fe, es capaz de muchas cosas buenas. Viva la tolerancia...y ojo, que los teólogos eran de la Compañía...una de las ramas más cientifistas de la iglesia...jejeje
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte
Creer, confiar. Experiencias cada vez más lejanas Cuando veo la fe de la gente expresada en buenas acciones o simplemente agrupadas de forma cordial, no puedo sentir otra cosa que no sea deseos de cree y de confiar. De tener fe...
ResponderEliminarUn gusto que nos contaras esta leyenda y nos dijeras lo que sientes al respecto.
un fuerte abrazo, Pepe
Saber de una historia y poder formar parte de ella de algún modo, eso no puede tenerlo todo el mundo.
ResponderEliminarGracias por este texto. A mí, a pesar de no ser religiosa, todo halo místico me vuelve loca y me parece interesante. Y como las brujas, haberlas, haías... Misterio, haberlo, haílo.
Un beso enorme y perdón por la tardanza.
Mil gracias por tu comentario y nos vemos el jueves si no pasa nada :-)