Neo nos ofrece
la oportunidad de glosar las excelencias de una obra pictórica con la que nos
sintamos identificados de alguna manera. Quiero centrar el foco de vuestra
atención, en uno de los más grandes pintores que ha dado Córdoba, Julio Romero
de Torres y en el que tal vez sea su cuadro más representativo, “LA CHIQUITA
PICONERA”. Espero que sepáis disculpar el que, siempre que la oportunidad se me
presente, haga un poco de patria.
El trazo perfecto, delicado, casi
fotográfico. El alma de la mujer cordobesa se muestra en cada una de sus
pinceladas. Nadie supo captar como él la hondura y la belleza de las mujeres de
esta tierra. “La Chiquita Piconera”, fue
su última obra y tal vez su testamento pictórico. La pintó, mientras la vida se le escapaba a
borbotones, meses antes de su fallecimiento ocurrido el 10 de Mayo de 1930.
Algunas de las características de
la pintura de Julio Romero de Torres son : Marcado simbolismo, dominio del
dibujo, tratamiento suave de la luz,
dominio de la morbidez, gran capacidad para representar la figura
humana, paisajes como alegorías, a veces algo artificiosos puestos al servicio
de una simbología.
La musa que le inspiró
“La Chiquita Piconera”, María Teresa López González, nació en Buenos Aires en
1913. Era hija de emigrantes cordobeses. Retornada a su tierra, posó en
numerosas ocasiones para el pintor. Cuando Julio Romero pintó “La Chiquita
Piconera” tenía María Teresa López 17 años. Entre otras muchas, Julio Romero
plasmó la belleza de esta mujer en: Ángeles, Carmen,
Bendición, Niña de la Jarra o La monjita. La ciudad de Córdoba le rindió
un tardío homenaje en el año 2000. Murió en 2003, a punto de cumplir 90
años.
Más impresiones sobre obras pictóricas las podeis hallar en el blog de nuestra amiga Neo
Pues eso... Tú lo has dicho todo sobre la Obra de Romero de Torres, nada que añadir, sólo que no hace mucho, con unos amigos tuve la oportunidad de DISFRUTAR de sus pinturas, algo había en el aire que emanaba de los lienzos y era admiración y respeto por sacar de la tela la esencia de la mujer andaluza en su entorno más cotidiano. Todavía hoy lo sigo sintiendo. Gracias Pepe y Toñy por aquel paseo.
ResponderEliminarNada de disculpas!...doble mérito el de traernos un virtuoso pintor que sientes tan de tu tierra!
ResponderEliminarEl virtuosismo de su genio se nota ne detalles tan sutiles como en diferenciar con maestría el brillo diferente de las medias de seda que el propio de la piel que se deja ver en los brazos, por ejemplo.
Me llama particularmente la atención el hecho de haber puesto a su modelo calzando zapatos con taco de aguja y medias de seda mientras realiza tareas hogareñas y poco higiénicas como la de manipular la ceniza o el carbón, pero supongo que no habrá sido un "descuido" sino un gesto intencional que busca recalcar para cautivar más aún al observador.
Muchas gracias Pepe por sumarte!
=)
¡Cuanto me alegro que hayas escogido a "La chiquita" para escribir sobre ella y de la forma tan magistral como lo haces.
ResponderEliminarMe descubro ante ti y te felicito.
Gran cuadro. Además aparece la idea de la musa, que tanto me obsesiona.
ResponderEliminarGracias por presentarlo, por contar su historia, la de la mano del Maestro que la pinto y la chica. Tiene vida, supongo que mirarlo de frente debe tener una impresión que te mira, que intimida. Me encanto. Gracias Pepe.
ResponderEliminarUn abrazo :)
Muy buena esa reseña pictórica, muy bonita. Desconocía por completo la procedencia. Muchas gracias, el mejor regalo es que me descubran algo que no sé! Bravo!
ResponderEliminarUn beso a los dos.
Cuanta historia detrás de cada lienzo...!
ResponderEliminarLa verdad Pepe has hecho una excelente descripción y análisis incluido el artista, de esta hermosa pintura!! ¡saludos!!!
ResponderEliminarNunca hay que desaprovechar la oportunidad, sobre todo, cuando a través de ella, nos das a conocer a un artista -para mí- no conocido.
ResponderEliminarHa sido grandiosa la descripción que has hecho, acompañando a la obra con poesía, porque tu texto es poético a más no poder. La información anexada, sin dudas nos enriquece aún más porque develan toda la historia que esas pinceladas albergan.
Muy bueno amigo!
Besos!
Gaby*
Por lo de hacer patria estás totalmente perdonado, yo suelo hacerlo en cuanto puedo, jeje. Además, has elegido un excelente pintor y un gran cuadro. Julio Romero de Torres y la belleza de la mujer cordobesa. ¿Se puede pedir más? Bueno, las de Jaén también somos muy guapas ¿eh? Las cosas cómo son. ¿Ves? Otra vez haciendo patria. Jajajaja. Un beso.
ResponderEliminarSi es que como en Andalucía no hay na la vística !! jajaj vaya muchacha guapa bonica y hermosa !
ResponderEliminarHas bordado la narración con hilos de seda y oro. Soberbio, inmenso, inconmensurable. Nada que añadir.
ResponderEliminarAbrazos
Me parece muy bien que hagas patria. Yo que he visto en persona esta obra, estoy de acuerdo contigo.Esa cara tiene una gran expresividad, y una mirada que inspira relajación.
ResponderEliminarUn gran pintor, Julio Romero de Torres
Un abrazo
Ha sido un análisis del cuadro muy bueno. Gracias por explicárnoslo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hermosa pintura, que destila vida y sensualidad.
ResponderEliminarAsí que la modelo era argentina, que gusto saberlo porque eso significa que las dos patrias se unieron para darle luz a esta maravilla.
Muy interesante todo lo que nos contaste Pepe, gracias por compartir tanto arte con nosotros.
Un besote.
Se ve, tal como dices, en la belleza de la mujer,en su cuerpo tentador, en su mirada limpia; algo que no es atractivo, será lo mórbido, será el avance de su enfermedad.
ResponderEliminarBuen recuerdo de aquel cuadro muy bien acompañado con tu texto.
Abrazos.
Has descrito con palabras hermosas la hermosura del cuadro!
ResponderEliminarBellisima esta Chiquita Piconera, tu nos detienes en cada detalle y eso la hace aún más bella.
ResponderEliminarEse paseo con los amigos disfrutando del lugar donde se encuentra no tiene precio.
Besos.
La pintura de Julio Romero de Torres la conocemos bien los andaluces pero nunca había visto una descripción tan magistral de una de sus obras, una explicación llena de poesía. Nunca me había parado a mirar este cuadro con detenimiento, siempre había centrado mi interés en la mujer y no reparé en los objetos ni en el paisaje de Córdoba, gracias por mostrármelo.
ResponderEliminarBesos.
Leonor
Por lo que aprendo en tu blog, esta hermosa mujer murió muy joven, que pena porque era una bella modelo. Un gusto encontrar tu espacio
ResponderEliminarMe gusta mucho toda la descricción que has hecho de este magnífico pintor y de su musa.
ResponderEliminarPepe: Esta mujer pintada también por Julio Romero de Torres hace muchos años ¿ no salia en algun billete ? Te comento porque me resulta muy familiar su cara, pero quizá estoy confundida, dado que yo entonces era una niña.
Besos querido amigo
Si Lucía, aparecía en los billetes de cien pesetas.
EliminarCómo has desgranado la imágen a la par que el espíritu del artista. Palpitante texto. Gracias por compartirte.
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué buenos recuerdos me traes... Yo no canto como Violeta Parra, volver a los 17, yo canto: volver a Córdoba, sus patios y mis amigos!!!
ResponderEliminarLate mi corazón al paso de tus letras.
besos
Gracias, Pepe, dos veces!
ResponderEliminaruna vez por la sensualidad del retrato del retrato (que lo has pintado otra vez!)
y otra vez por traerme a ese pintor hasta los ojos y el alma.
y mirá! seguro que esa niña se llevó en los ojos un poco del aire de mi buenos aires querido!