Nuestra sociedad, en su conjunto, ha dado
pasos de gigante hacia una progresiva deshumanización. En un entorno árido y
agreste donde los derechos se ven diariamente cercenados, donde escasean las
oportunidades, donde sobrevivir es la tarea
prioritaria, ser anciano se convierte en un serio inconveniente, un estorbo,
una preocupación más, una piedra en el zapato.
Hemos perdido el Norte. En aras de una
pretendida eficacia, estamos olvidando que la madurez, la experiencia vital de
nuestros mayores, el cúmulo de conocimientos que atesoran, su capacidad de dar,
de amar desinteresadamente, son valores que no podemos permitirnos el lujo de
ignorar ni derrochar.
Tras una vida de esfuerzo dedicada a la educación
y crianza de los hijos que se prolonga mientras sus capacidades lo permiten en
el cuidado de los nietos, en su desinteresada aportación a las frágiles
economías familiares, en el tramo final, indefensos y débiles, a menudo reciben
como recompensa la desatención y el desapego.
Es en ese estadio final, cuando las
limitaciones físicas y mentales los hacen totalmente dependientes, donde
debería estar más presente que nunca todo nuestro respeto y cariño, aunque sólo
sea por puro egoísmo personal, porque
todos, absolutamente todos, llegaremos más tarde o más temprano a ese estado de
indefensión.
Una sociedad que no es capaz de cuidar y
venerar a sus mayores está abocada al
fracaso colectivo. ¡Así nos va!.
Más y mucho mejor sobre nuestros mayores, en el blog del amigo Gustavo
Totalmente de acuerdo contigo en todo cuanto dices.
ResponderEliminarPepe, llevas razón, y encima como si todos no fuéramos futuros ancianos, parece que nunca llegará...qué equivocados.
ResponderEliminarAquello de tanto das tanto recibes, puede suceder, así que...
La vejez es una etapa VITAL con sus vitalidades específicas.
Besitos muchos.
Que gusto leerte después de tanto tiempo alejada de mis queridas teclas.
ResponderEliminarSiempre tan acertado en tu...¿manifiesto? si, en las,ventanas del bus, del metro, de los taxis, en las escuelas, en...no se, en todas partes lo colgaría para que pudiera leerlo el mayor numero de gente,siempre habría quien lo tuviera en cuenta y con ayudar a uno solo de nuestros mayores me daría por satisfecha de momento. Por desgracia tu relato nos muestra la vida misma y solo puedo decir que...que paren el mundo que yo me quiero bajar.
Un beso enorme también a nuestra entrañable Toñi.
Tenemos que replantearnos algo. Bien dices que esta sociedad que construyen parece solo apta para quienes aportan y sobran quienes dependen. Es un grave error por omisión aaceptarlo, pronto seremos dependientes y por tanto inutiles. Ahora la crisis está acercando generaciones, esos padres que con su pensión pagan los gastos de hijos y nietos con una solidaridad que espero sirva de ejemplo.
ResponderEliminarNo sigo, pero no dejo de enviarte un cariñoso abrazo.
Muy buena reflexión. Así nos va, perdiendo el respeto y veneración por nuestros mayores.
ResponderEliminarUn abrazo
Hay Pepe!! Estamos haciendo tantas cosas mal en nuestra "avanzada sociedad. " En la que siempre pierden los más frágiles,la mayoria de las veces usados cuando eran fuertes, y olvidados por los que más deberian cuidarlos en su etapa final.
ResponderEliminarBesos y deseos de que no nos pase a nosotros.
este año, a lo que parece, debo de entrar en esa fecha de edad denominada la cincuentena...y la madre que me parió...comienzo a pensar que me restan unos pocos, muy pocos para ser considerado viejo...pero sabes, pepe, aunque el día de hoy este país esté sin posibles para los mayores del mañana, sabes, no no me lo creo...confío en que el estado se apiade de mí y de otros muchos como yo...sí, es una sociedad que ha perdido multitud de cosas relacionadas con la mira hacia los ancianos...sí, pero a nivel de gobernación, a nivel de derechos adquiridos y por causa de los que nos gobiernan, que no por causa nuestra como ciudadanos, pues esto sí que no me lo creo, ...por causa de los que nos gobierna, te decía, creo que lo conseguido en cuanto a lo social, permitirá a ciertos viejos del futuro seguir adelante...
ResponderEliminarpodría alargarme más, pero no es esa mi intención, si no la de esbozar, como he hecho mis pensamientos...
medio beso.
Es un mal cada vez más recurrente. Este olvidadizo capricho de sub valorar los años, la experiencia y el legado. Triste y real. Un abrazo
ResponderEliminarEsta llamada de atención, este tirón de orejas, este manera de decir la verdad así de frente y sin vueltas.
ResponderEliminarHoy, te la aplaudo Pepe.
Estoy convencida que esta falta de consideración, respeto y atención adecuada a nuestros mayores, es el gran fracaso en el cual estamos embarcados.
En un cimiento vapuleado nada bueno puede quedar en pie.
Un abrazo.
Da para mucha reflexion tu texto, da, para avergonzarse de formar parte de una sociedad permisiva ante tanta injusticia.
ResponderEliminarHemos perdido el norte, si.
Un abrazo
Totalmente de acuerdo Pepe, así nos va y peor será de no poner remedio. Muchas personas se encuentran en una indefensión total a la misma que todos llegaremos de seguir vivos, es para tener en cuenta, digo yo.
ResponderEliminarUn buen toque de atención Pepe.
Un abrazo.
Lo que -como sociedad- hacemos con nuestros mayores demuestra la falta de ética e insustanciales prioridades con las que fijamos nuestro camino.
ResponderEliminarTenemos una larga cuenta pendiente para con ellos.
Un abrazo
Así nos van algunas cosas. La falta de respeto hacía los ancianos ya se ha contagiado a los niños que creen que sus padres estan ahí solamente para satisfacer todas sus exigencias.
ResponderEliminarBuena reflexión. Un abrazo Pepe.
Lo triste no es la vejez, es el egoismo social en que estamos instalados.
ResponderEliminarBss.
Se van perdiendo los valores y sustituyéndolos por sucedaneos y con ello nos vamos deshumanizando... llevas razón, Pepe, mal camino llevamos si no respetamos y atendemos a nuestros mayores...
ResponderEliminarBesos!!
Muy cierta reflexión, nos olvidamos que todos vamos a pasar por ello y qué egoismo el nuestro, mientras nos pueden ser útiles nos aprovechamos de ello, luego ya son un estorbo del que hay que deshacerse.
ResponderEliminarTristemente real!!
Muchos besos!!
Desalentadora reflexión surgida de la realidad diaria. Sin embargo el hombre tiene capacidad para cambiarlo todo ¿a qué estamos esperando?
ResponderEliminarUn beso
Una reflexión que duele a quién la lee, porque es bastante cierto que esto está sucediendo, que se ha perdido el norte, y el egoísmo no permite ver que todos llegaremos a ese estadio de vejez. Y además esos mayores son los que hicieron tanto por nosotros.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Como duelen estas verdades.Y sabés? sólo nos da un poco de paz, saber que estuvimos junto a nuestros mayores, para mimarlos cuando se han vuelto niños.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, a veces tanto saber, tanta ciencia y conocimiento, no nos han servido a saber vivir de verdad.
Ayyy Pepe!Estoy tan desorientada con el blog!
ResponderEliminarNO sabía que habías hecho otra entrada y me preocupó tu ausencia.Ojalá estéis todos bien.
Y qué te voy a decir de los ancianos?
Tengo la fortuna de cuidar a mi mamá de 94 años todos los dias en todas sus necesidades,pero quiero estacar que cuidar a los ancianos no es SÖLO alimentarles ,asearles y medicarles,si no que sientan amor de verdad ,reir o hacerles reir(si aún conservan el poder de hacerlo),cantarles ,contarles y sobre todo acariciarles,cogerles las manos en un acto de cercanía y de entrega.Ellos saben cuándo se les quiere de verdad.
Los ancianos son una asignatura suspensa en la sociedad que vivimos.Y ...tontos somos!!Acaso vamos a ser maduros o jóvenes toda nuestra vida?
Perdona que me haya "expandido",pero ... el tema me toca el alma.
Besucos amiguco y besa a Toñy
Gó