A cada uno de nosotros nos ha tocado en
suerte un segmento de tiempo. No somos intemporales. Ese segmento, tiene la
cualidad de segmento suma. Son muchos los segmentos de tiempo cuya adicción da
como resultado aquello que somos en el transcurso de toda una vida. Tiempo de juegos, de sueños,
de odios, de amores, tiempo de sufrimiento y dolor, tiempo de penas y alegrías,
tiempo de diversión y responsabilidad, tiempo de crecer y madurar, tiempo de
envejecer, tiempo ganado, tiempo perdido. Tiempo que va muriendo y
consumiéndose en la misma medida en que nos alejamos del origen y nos acercamos
al límite de esa línea de tiempo que nos ha sido otorgada.
Es en ese discurrir de nuestra experiencia
vital a lo largo de nuestro propio segmento de tiempo, donde este se nos
muestra esquivo y nada complaciente las más de las veces. Unas, cuando
quisiéramos que los instantes que nos concede se volvieran eternos, vemos pasar
el tiempo a velocidad vertiginosa. Otras, cuando deseamos fervientemente que transcurra lo más rápidamente posible, parece
que todas las manecillas de todos los relojes se paran expresamente para hacernos
su duración interminable.
Quiero hacer especial hincapié en una característica
esencial del tiempo, una característica que lo hace aparecer ante nosotros unas
veces como angel protector, otras como demonio despiadado y a veces,
simultáneamente y ante los mismos hechos, bajo las dos apariencias. Es su
característica de depredador, de ladrón de recuerdos.
El transcurrir del tiempo suaviza el dolor
producido por las malas experiencias, pero tambien es el responsable de que las
agradables sensaciones de experiencias amables, placenteras, acaben convirtiéndose en una nebulosa
difuminándose hasta ser tan sólo un vago recuerdo.
Su doble cara, angel y demonio, se presenta
con especial virulencia ante la pérdida de alguien muy querido. El transcurso
del tiempo hace que el dolor se haga menos lacerante, más llevadero y eso nos
confirma en la creencia de que el tiempo todo lo cura, pero a la vez, ese mismo
transcurso del tiempo hace que aparezca odioso a nuestros ojos porque nos escamotea
difuminando, gestos, expresiones, tono de voz, a veces incluso las facciones de
la persona que quisiéramos tener siempre de una manera fresca y actual en
nuestro corazón y en nuestra mente.
He
querido participar en este jueves con estas reflexiones casi a vuelapluma sobre
el tiempo, con poco tiempo disponible, ya que aunque no recuerdo haberlo dicho me
encuentro recorriendo mi segmento temporal …. de vacaciones.
Mas relatos a tiempo sobre el tiempo en el blog de nuestra amiga Matices
El tiempo elástico o plomo pesado, ligero o exasperante, todo lo medimos a tiempo, no real, a tiempo personal, y deja mella ese tiempo en la corteza de la piel y en la mirada.
ResponderEliminarAtrás, ayer, hoy, que mañana, quien sabe. Acarreamos vivencias, alguna tan dolorosa que nos sabe mal perder un matiz del recuerdo, se adormece el sufrimiento, se situa en un cajón que jamás cerramos. Meditar sobre el tiempo es asumir que lo que acabo de teclear ya es pasado al instante, aunque quede escrito. Lo importante queda, en todos los sentidos, permanece, el tiempo es un juguete risueño o una máquina diabólica, hay que darle tiempo al tiempo.
Pepe,con poco o mucho tiempo, disfruta del asueto como sabes hacerlo, viviendo atento.
Besitos a compartir.
Gran verdad Pepe. Muy atinada tu reflexión.
ResponderEliminarEn cuanto a su doble faz de angel protector y a la vez demonio despiadado, coincido, se hace evidente ante la pérdida de alguien querido.Uno trata de asir los recuerdos para no perderlos, a la vez que el dolor se va haciendo menos punzante.
Te dejo un abrazo grande.
Esa doble cara del tiempo es cierta, a veces queremos que pase deprisa y otras queremos que pase lento, es una contradicción irresoluble, el caso es que el tiempo pasa y se deja caer como una losa sin que nosotros podamos hacer nada.
ResponderEliminarMuy buena reflexión.
Que disfrutes las vacaciones.
Un abrazo
Una reflexión sobre el tiempo que comparto en su totalidad, qué lento parece cuando deseamos acabar con una situación y qué rápido se nos pasa en los momentos felices. Y esa doble faz que nos cura las heridas mientras se adueña de nuestro recuerdo.
ResponderEliminarPepe, como siempre con tus escritos, me quedo repensando.
Besos para los dos.
Lo primero disfruta de tus vacaciones, que el tiempo pasa muy rápido...
ResponderEliminarTus reflexiones muy ciertas y por ello un poco tristes, el tiempo que nos hace olvidar hasta lo que no queremos y por más que intentemos aferrarnos a detalles y recuerdos estos parece que se difuminan cada día más; nos queda para siempre ese huequito en el corazón.
Un beso grande
Gracias, porque en tu tiempo de relax hagas un parentesis para nosostros, dejandonos estas reflexiones que nos son tan afines, manejando con la maestria de siempre el reloj de tus palabras.
ResponderEliminarDisfrutad infinito.
Un beso
Pues para estar de vacaciones tienes la mente bastante lúcida y nos has hecho una estupenda reflexión sobre el paso del tiempo. Dicen que el tiempo todo lo cura, y no sé hasta que punto es cierto, aunque a veces ayuda. En ocasiones nos gustaría detener el tiempo y en otras que pasara lo más rápidamente posible,pero nadie tiene potestad sobre él. Un beso, y gracias por tu reflexión juevera.
ResponderEliminary el tiempo es simplemente a veces cómplice, perpetrador de dolores y sufrimientos un ángel demonio que quizás nos torture todo el tiempo, pero para bien o para mal el siempre existe y da vida y cabida a nuestra propia vida, sueños, promesas y esperanzas a su propio tiempo pensando irremediablemente que es solo nuestro
ResponderEliminarQue emplees tu tiempo, Pepe, en describirlo tan bien, merece que empleemos el nuestro, para leerte, con la grata sensación de no haberlo perdido, después de lo leído...
ResponderEliminarUn enorme abrazo.
Muy buena tu explicación del tiempo, unas veces ángel y otra demonio. También depende de tu estado de ánimo, pasa más lento o más rápido. Aunque yo ahora noto que vuela, esté como esté, je, je. Disfruten de las vacaciones, espero que el tiempo transcurra lento para que las puedan saborear. Besitos dobles.
ResponderEliminarPepe mejor no se puede exponer, Tu reflexión es compartida y sentida en su totalidad. En esa parada especial que haces, en ese tiempo que todo lo cura, es cierto que sana, pero a cambio, pagamos la factura de que todo se difumine, es un precio caro, pero tal vez necesario, no se, tal vez.
ResponderEliminarGracias por detener por un instante el tiempo de tus vacaciones para compartir con todos nosotros.
Un abrazo(otro para esa maravillosa mujer, tu ya sabes)
El transcurrir de la vida, el tiempo que se maneja a su antojo y no al nuestro, porque no es algo que poseamos, es algo que se nos da... Llevas razón hay un angel y un demonio en ese tiempo que transcurre medido... y eso a todos nos afecta en algún momento de nuestras vidas.
ResponderEliminarGracias por ofrecernos tu tiempo vacacional y acompañarme en esta convocatoria.
Besos, pasadlo estupendo y descansad!!
Primero desearte que estés disfrutando de tus merecidas vacaciones. Luego, coincidir en cada palabra que has expuesto, una reflexión muy lúcida y verdadera. Saludos
ResponderEliminarPara ser reflexiones a vuelopluma :)) son muy certeras y están muy bien demostradas y conformadas. La cara amable y antipática del tiempo: suavizar el dolor y convertir las imágenes placenteras en leves sensaciones gratas.
ResponderEliminarUn saludo y que disfrutes de tus vacaciones.
Sin esa doble cualidad sería imposible sobrevivir a la vida. Es lo que nos permite sobreponernos y seguir avanzando manteniendo los recuerdos y experiencias.
ResponderEliminarUn abrazo
"El transcurrir del tiempo suaviza el dolor producido por las malas experiencias, pero tambien es el responsable de que las agradables sensaciones de experiencias amables, placenteras, acaben convirtiéndose en una nebulosa difuminándose hasta ser tan sólo un vago recuerdo."
ResponderEliminarCreo que no hace falta agregar nada más solamente decirte que te felicito por tan geniales reflexiones!!!
Un abrazo enorme!!!
Hola, ola de mar..
ResponderEliminarPues aunque te resulte raro rarísimo, a mi tener conciencia del tiempo siempre me sorprende. Normalmente es como no existiera para mí, pero luego cuando recuerdas o intentas recordar algo, o cuando alguien más joven que tú de repente se ha hecho adulto , o ves lo mayor que es tu abuela en este molmento, entonces me golpea siempre y me entristece.
Otras veces el tiempo me maravilla. Como es posible qeu un un mismo segundo puedan ocurrir tantas cosas a la vez? Su multiplicidad también me asombra a menudo.
Un beso y felices vacaciones Pepe.
Aire
Me gustó reflexionar contigo, sobre ese tiempo que tiene dos caras.
ResponderEliminarEl tiempo todo lo cura... será por su cuota de olvido, entonces???
Besos y que tu tiempo de vacaciones te proporcione mucho gozo y paz.
(qué emoción mirar tu imagen de portada y saber que estuve allí!!!!!)
ResponderEliminaryo quise dejarte un comentario pero no había podido antes... lo que en resumen quería decirte es que yo había pensado en algo parecido este jueves, en un análisis similar al que planteaste... no lo habría podido hacer mejor que esto... excelente amigo! un abrazo!
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