Nuestro anfitrión de esta semana, Alfredo desde su Plaza del diamante nos invita a participar con un texto que en sus propias
palabras sea duro, muy duro. En esa plaza, nos reunimos el coro de jueveros para relatar historias esta semana. Os esperamos.
No se trata de terror, ni de dar miedo. Se trata de
sacar toda la pasión que anida en vuestros corazones y contar una historia que
emocione, capaz de construir situaciones y personajes con los que jugar,
manejándolos como marionetas expuestas a la más cruel de las desdichas o la más
sublime de las piedades.
Escribe desde las vísceras, con ira, con genio.
Confabula, miente y elabora un texto que duela, que incomode. Donde el odio o
el amor hieran, y su sangre se huela entre líneas.
Eso sí, imprescindible utilizar estos cinco verbos al
menos una vez en cualquiera de sus formas:
Bailar. Amar. Ver. Soñar. Morir.
Ese esfuerzo que nos pide, lo he
querido resolver con cuatro pildorazos y una nota serena a cargo del AMOR. No sé si lo habré conseguido.
BAILAR: Millones de personas
bailan diariamente con la más fea.
Bailan las tripas,
de los niños hambrientos,
danza de ausencias.
VER: Los ojos miran y el alma ve.
Los ciegos somos legión.
Triste ceguera.
Sin los ojos del alma,
nunca veremos.
SOÑAR: (De amores imposibles):
Las paralelas,
sueñan el infinito
para besarse.
MORIR: (La muerte, como liberación).
Venas cortadas.
Al fin muere la muerte
que fue mi vida.
AMAR: El amor no solo es pasión
desenfrenada. Un toque final de serenidad donde el amor, tremenda fuerza
interior que nos posee, está presente.
Amor eterno.
Dos ancianos caminan.
El sol los besa.