Felicitación navideña 2020

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Creación de Mónica (Neogéminis)

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20 de mayo de 2018

Cierre de convocatoria 17/05/2018

 
 
 
Transcurrida la semana correspondiente al jueves 17, me toca proceder al cierre de la misma. En primer lugar, pediros disculpas por no haber podido aún leer todas vuestras aportaciones a este jueves literario. El viernes operaron a Toñi del hombro, como sabeis,  y estoy algo liado. Lo importante es que todo ha salido bien. Gracias a todos los que habéis querido acompañarme en este punto de locura que es escribir, gracias también, como no, a los que habéis acudido como lectores a hacernos compañía ya que sin vosotros esta aventura no tendría ningún sentido. 
Paso gustosamente el revelo a mi gran amigo Juan Carlos Celorio que nos coordinará y conducirá en el jueves correspondiente a la semana del 24, desde su blog ¿Y qué te cuento?


17 de mayo de 2018

Una convocatoria literaria. Este jueves, un relato: UN PUNTO DE LOCURA


Me ha surgido una circunstancia imprevista cuando decidí hacerme cargo de la coordinación de este jueves, que me hace imposible dedicar tiempo a una entrada para el tema propuesto por mí. Dado que como anfitrión no debo faltar a mi propia convocatoria, os dejo un escrito que publiqué allá por el 2010 que creo responde bien al tema propuesto. Alguno de vosotros es posible que lo recuerde pero creo que para la mayoría será nuevo.



UN PUNTO DE LOCURA.


El sonido del reloj le hizo levantar los ojos. Las doce de la mañana. Miró a sus compañeros. Las mesas de trabajo, perfectamente alineadas y jerarquizadas. Al fondo, dominándolo todo, el Director del Departamento. Delante, tres mesas para otros tantos oficiales administrativos, y delante de estas, a su altura, cinco mesas servían de lugar de trabajo para cinco auxiliares entre los que se encontraba. Aparte del tamaño de las mesas y la posición jerarquizada de las mismas, nada les diferenciaba en el aspecto personal. Ellos con traje gris, camisa blanca, discreta corbata, pelo corto, zapatos brillantes. Ellas, traje de chaqueta, camisa de seda, zapatos de tacón medio, discreto maquillaje y elegantemente peinadas.

En todas las mesas, a un lado, expedientes perfectamente amontonados, al otro lado, idénticas pantallas de ordenador, ubicadas en el mismo extremo de las mesas. La luz, blanca, fría y uniforme.

Cada uno de ellos conocía a la perfección el trabajo a desarrollar. Era el mismo de ayer, el mismo de hace una semana, un mes, el mismo del año anterior,… el mismo de siempre. Así desde el día en que se sentó por vez primera en su mesa de auxiliar, hacía ya quince años.

Reinaba la calma, habitual y monótona. Sin embargo, una extraña sensación de ahogo comenzaba a apoderarse de él. Primero fue un ligero estremecimiento. Después un sudor frio, empapó todo su cuerpo mientras poco a poco, el sentimiento de ahogo fue a más y comenzó a faltarle la respiración hasta que estalló su personal tormenta.

De un manotazo, arrojó al suelo la pantalla y el teclado de su ordenador. Los expedientes que un momento antes se amontonaban en perfecto orden en un extremo de su mesa, volaron por los aires y un tremendo grito liberador, puso fin a ese sentimiento de ahogo que le impedía respirar.

Le dijo al director, saltándose el orden jerárquico que se iba, y se fue. No quizo oir la oferta de vacaciones, tampoco quiso que lo despidieran lo que le hubiera permitido una indemnización por despido, no atendió a razones. Sólo atendió a la imperiosa llamada de su corazón y se marchó.

Sus compañeros lo vieron meses más tarde en una feria de artesanía. Vendía collares elaborados por él. Su atuendo en nada se parecía al “uniforme” de trabajo que ellos conocían tan bien. El traje había sido sustituido por unos pantalones amplios de rayas moradas y rojas, la camisa, por una camiseta de color indescriptible, la corbata había sido reemplazada por un collar, los zapatos por unas chanclas de cuero y al pelo le habían crecido unas hermosas rastas. Lo que más llamó su atención, sin embargo, es que su cara que antes reflejaba aburrimiento y tedio, lucía ahora jovial y reflejaba en todo su esplendor esa tranquilidad de espíritu que es patrimonio de los hombres libres.
Pepe.

El resto de relatos de esta convocatoria los podeis disfrutar en este mismo blog, algo más abajo

convocatoria literaria día 17/05/2018 relación de participantes


Van llegando las participaciones para este jueves literario en el que nos dejamos llevar por ese punto de locura que a todos en alguna ocasión nos ha sacudido. Iré relacionando la participación de los amigos participantes por el orden de llegada.
Mañana viernes tengo un día muy complicado ya que operan a mi esposa del hombro izquierdo. Así que si me demoro algo en subir las participaciones que me hagáis llegar mañana, os ruego que me disculpéis.
Si alguno de vosotros observa que algún compañero ha subido su participación y no me lo ha comunicado, a veces ocurre por despiste, os ruego me lo hagáis saber al objeto de no dejar a nadie fuera de la convocatoria por desconocimiento.
Los compañeros que ya han enviado su aportación, son los siguientes:

01.- Carmen Andujar
02.- Neogéminis
03.- Sakkarah
04.- Inma Blanco
05.- Mujer Virtual
06.- Campirela
07.- Javier Miró
08.- Myrian
09.- Tracy
10.- Mag
11.- Fabian
12.- Yo mismo
13.- Pitt Tristan
14.- Silvia
15.- Juan Carlos
16.- El Demiurgo
17.- María Perlada
18.- Dafne
















13 de mayo de 2018

Convocatoria literaria. Este jueves, un relato: "UN PUNTO DE LOCURA"

 
Imagen obtenida de Internet

Que pertenecemos al reino animal es una verdad incuestionable. Que nos llamamos racionales es igualmente cierto. Normalmente hacemos uso de ese raciocinio en nuestra vida diaria, o al menos lo intentamos. Sin embargo, a veces, de una forma esporádica o recurrente, dejamos que nos posea un punto de locura que nos incita a actuar de una forma irracional o alocada, llevados por la emoción, por la euforia, por la tristeza, por el amor o el odio o cualquier otro estado de ánimo.

Me gustaría que escribiéramos describiendo una situación especial, real o imaginaria en la que nos dejamos llevar por ese PUNTO DE LOCURA que nos aleja de la normalidad rutinaria.

Os animo a escribir sobre esto y os espero en este rinconcito hasta el viernes a las doce de la noche.

Vuestras aportaciones las iré publicando en riguroso orden de llegada desde el minuto uno del jueves 17 de Mayo, No me faltéis.

11 de mayo de 2018

Este jueves, un relato: EL PENSAMIIENTO UNICO


 
La frase “el pensamiento único”, en sí misma, esconde una contradicción más que evidente. El pensamiento es, o debe ser, multidimensional. Si nos negamos la posibilidad de dudar, de cambiar de opinión, si no hacemos nuestro aquel “sólo sé que no sé nada”, del filósofo, si no somos capaces de desprendernos de las orejeras que encaminan nuestro pensamiento en una sola dirección, nos estaremos haciendo un flaco favor. Sinceramente, pienso que a la idea del pensamiento único, deberíamos anteponer el pensamiento crítico, crítico, incluso con nuestras propias convicciones. Si esto no sucede, estaremos limitando considerablemente aquello que nos hace libres y distintos.

El pensamiento único se retroalimenta. Da igual la complejidad del mismo, es excluyente, autosuficiente. En sí mismo constituye un universo cerrado y los postulados en los que se sustenta ese sistema cerrado de pensamiento, son inamovibles dogmas de fé.

Es precisamente esa cerrazón, esa negación de cualquier otra posibilidad contraria a sus postulados lo que lo convierte en peligroso aniquilador de voluntades. Sólo mis postulados, sirven, sólo mis ideas son buenas, sólo ellas son capaces de obtener logros. Fuera de este universo cerrado de pensamiento, la nada, la negatividad, la incapacidad total, el manifiesto error. El pensamiento único necesita como nutriente y basamento de su arquitectura, la descalificación sistemática de todo aquello que se contraponga al universo de sus ideas.

Con el pensamiento único, tal como yo lo entiendo, estamos dificultando la convivencia, el acercamiento, el abierto debate de las ideas, la búsqueda de lugares comunes de entendimiento.

Volviendo al inicio de esta reflexión, el pensamiento ha de estar desprovisto de unicidad, y encaminarse a aquello que tan magistralmente reflejó Antonio Machado: ¿Tu verdad?... ¡No!, LA VERDAD. Vamos juntos a buscarla, la tuya.... guárdatela.

Más y mejores historias sobre el pensamiento único las podeis encontrar en el blog de nuestra amiga INMA