Esta semana nuestra amiga
Lucía nos invita a participar del jueves literario de una forma un tanto pecualiar, con final forzado. Ella ha imaginado un final para nuestros relatos y a él tenemos que ceñirnos. En su casa podeis ver lo que ha dado de sí la imaginación de los participantes. Aquí os dejo el fruto de la mía:
Lo ví entrar sonriente.
Desde su silla de ruedas transmitía la sensación de que quisiera
comerse el mundo apurando cada instante como si fuera el último.
Rebozaba optimismo. Sospeché en el una vitalidad envidiable. El
tiempo no hizo sino confirmar mi impresión.
Ella, por el contrario,
parecía ausente, llegaba con los hombros caidos, la mirada perdida,
el caminar lento, como si temiera traspasar la puerta del aula.
Me disponía a encarar un
nuevo curso en la Escuela de Arte como profesor de dibujo. Pienso que
fue la experiencia acumulada tras muchos años como docente la que me
aconsejó poner a ambos como compañeros.
La convivencia diaria
hizo que llegara a conocerlos bien.. El estaba postrado en la silla
como consecuencia de un accidente de tráfico. Deportista de élite,
había sabido superar el trauma que le supuso tal percance. Ella
venía de una relación tormentosa que le había dejado, junto con
cicatrices en el alma, una gran desconfianza hacia los demás.
Fué un acierto
emparejarlos en clase. Aunque al principio la reticencia de ella
dificultó su relación, esta se fué haciendo más fluida y cordial
durante el curso. La complicidad de ambos fué más allá de una
simple amistad. La atracción mutua era más que evidente a los ojos
de todos.
El último día de clase,
ella le confesó su sueño de ser pintora, de comenzar una nueva
etapa en su vida, dejando atrás el pasado. Sus palabras le sonaron a
despedida. Supo que iban a separarse tal vez para siempre y no pudo
sino alentar sus sueños incitándola a volar, sin mirar atrás. Esa
noche, posiblemente su última noche, durmieron juntos.
Más tarde supe que ella,
siete
meses después de aquel día imborrable, le envió un telegrama:
"
Alejandro, vivo en Holanda, trabajo en un local donde exponen
sus obras todo tipo de artistas noveles. Estoy aprendiendo mucho y
soy feliz”