Felicitación navideña 2020

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Creación de Mónica (Neogéminis)

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27 de febrero de 2014

Este jueves un relato: EL TREN




El pueblo presenta el aspecto de un esqueleto descarnado, ennegrecido. Polvo de carbón, paisaje de canteras agotadas a cielo abierto. tremendas cicatrices  surcan los montes  donde antes hubo vegetación y  una vida que ahora languidece y se desangra.

En la estación de ferrocarriles, donde antes existía una frenética actividad de trenes, mercancías y personas,  ahora reina un inmenso silencio,  tan sólo interrumpido por el paso de un par de trenes diarios que rara vez paran para recoger o dejar a alguien.

Hacia esa estación camino en este preciso momento, con el cansino paso del que no quiere irse. Atrás quedan mi mujer y mis hijos en un pueblo sin futuro, donde apenas quedan casas abiertas y chimeneas encendidas.  Las cicatrices del carbón, no solamente surcan los montes, también han logrado apoderarse cruelmente de las esperanzas de los hombres y mujeres de esta tierra.

Llega el tren y hoy parará. Me llevará con él, tal vez para siempre, en busca de un futuro que hoy y aquí, en esta lugar que amo, se me presenta tan negro como el carbón que durante años alimentó los sueños de sus moradores. 

Podeis encontrar más historias de trenes en el blog de nuestra amiga: Susana

26 de febrero de 2014

52 Semanas, 52 palabras. Semana 9: DUDA








DUDA

SOLO SE QUE NO SE NADA. Esta frase parece querer indicarnos que no solamente nuestros conocimientos serán siempre limitados y escasos sino que todo, absolutamente todo, ha de ser puesto en tela de juicio. Naturalmente sabemos, pero incluso aquello que creemos saber, ha de ser cuestionado, no debemos tener la certeza absoluta sobre su fiabilidad.

Esta consideración filosófica, que puedo entender, choca frontalmente con la idea que tengo de que el ser humano necesita de algunas certezas sobre las que afianzarse y autoafirmarse. Esas certezas no pueden admitir duda alguna porque, aun corriendo el riesgo de que resulten fallidas, nos permiten vivir nuestro día a día sin desmoronarnos. 

Se suscitan más dudas en el blog de nuestra amiga Sindel

20 de febrero de 2014

52 Semanas, 52 palabras. Semana 8: DESEOS

MIS DESEOS


Mis deseos son un pozo sin fondo de sueños imposibles,
un saco roto incapaz de contener tantos como quisiera,
un collar de cuentas infinitas, a cuenta por deseo.

Son tantos y a la vez son tan pocos los que para mí quiero,
un poco de salud que me mantenga digno hasta la muerte
y un futuro más o menos estable para mis hijos. Poca cosa.

Pero fuera de mí, toda una sed infinita de carencias
clama por ser saciada, a voz de grito, inútilmente,
deseo utópico de muchos,  hazmerreir jocoso de unos pocos.

Por eso mis deseos no pasarán de ser un canto al sol,
Un testimonio inútil, una declaración castrada,  un canto mudo,
Una quimera, un saco roto,  un imposible.
Pepe

Podeis encontrar todo un inventario de deseos en el blog de nuestra amiga Sindel

19 de febrero de 2014

Este jueves un relato: "VIDA INSIPIDA" (Reedición actualizada)

Reedito este relato ya que son muchos los amigos jueveros que se han ido incorporando desde  que lo publiqué allá por Marzo de 2010.

El sonido del reloj le instó a levantar los ojos. Las doce de la mañana. Miró a sus compañeros. Las mesas de trabajo, perfectamente alineadas y jerarquizadas. Al fondo, dominándolo todo, el Director del Departamento. Delante, tres mesas para otros tantos oficiales administrativos, y delante de estas, a su altura, cinco mesas servían de lugar de trabajo para cinco auxiliares entre los que se encontraba. Aparte del tamaño de las mesas y la posición jerarquizada de las mismas, nada les diferenciaba en el aspecto personal. Ellos con traje gris, camisa blanca, discreta corbata, pelo corto, zapatos brillantes. Ellas, traje de chaqueta, camisa de seda, zapatos de tacón medio, discreto maquillaje y perfectamente peinadas.
En todas las mesas, expedientes perfectamente amontonados, las mismas pantallas de ordenador, ubicadas en el mismo extremo de las mesas. La luz, blanca y uniforme.

Cada uno de ellos conocía a la perfección el trabajo a desarrollar. Era el mismo de ayer, el mismo del año anterior,… el mismo de siempre. Así desde el día que se sentó por vez primera en su mesa de auxiliar, hacía ya quince años.

Reinaba la calma, habitual y monótona. Sin embargo, una extraña sensación de ahogo comenzaba a apoderarse de él. Primero fue un ligero estremecimiento. Después un sudor frio empapó todo su cuerpo. Poco a poco, el sentimiento de ahogo fue a más y comenzó a faltarle la respiración hasta que estalló su personal tormenta.

De un manotazo, arrojó al suelo la pantalla y el teclado de su ordenador. Los expedientes que un momento antes se amontonaban en perfecto orden en un extremo de su mesa, volaron por los aires y un tremendo grito liberador, puso fin a ese sentimiento de ahogo que le impedía respirar.

Le dijo al director, saltándose el orden jerárquico que se iba, y se fue. No quizo oir la oferta de vacaciones, tampoco quiso que lo despidieran lo que le hubiera permitido cobrar el subsidio de paro. Sólo atendió a la imperiosa llamada de su corazón y se marchó.

Sus compañeros lo vieron semanas más tarde en una feria de artesanía. Vendía collares elaborados por él. Su atuendo en nada se parecía al “uniforme” de trabajo que ellos conocían tan bien. El traje había sido sustituido por unos pantalones amplios de rayas moradas y rojas, la camisa, por una camiseta de color indescriptible, la corbata había sido sustituida por un collar, los zapatos por unas chanclas de cuero y al pelo le habían crecido unas hermosas rastas. Lo que más llamó su atención, sin embargo, es que su cara que antes reflejaba aburrimiento y tedio, lucía ahora jovial y reflejaba en todo su esplendor una vida nueva nada insípida, la felicidad que adorna la cara de los hombres libres.

Si quereis documentaros y recrearos en más vidas insípidas, acudid al blog de Maribel

11 de febrero de 2014

Este jueves un relato: AMOR



 Nuestra amiga Casss nos convoca en este jueves, 13 de Febrero, a escribir sobre el amor, y lo hace muy oportunamente en vísperas de San Valentín, fecha en que se celebra el día de los enamorados. Puesto que ese sentimiento anida en mí, puesto que me considero afortunado por amar y ser amado, acudo gustoso a esta convocatoria y quiero hacerlo con
 dos poemas que van dirigidos a la persona que comparte conmigo ese hermoso sentimiento.
 
Este jueves no estaré en casa porque pasaré el fin de semana en Madrid. Como no sé si tendré dificultades para conectarme, adelanto mi participación en esta convocatoria.

SIN REPROCHES

Si mis labios hambrientos
para besarte escapan
en busca de tu aliento,
¿qué puedo reprocharles?

Si mis manos enamoradas
sobre tu piel dibujan
el perfil de tu cuerpo,
¿qué puedo reprocharles?
  
Si mis ojos se sumergen
en la serena inmensidad
brillante de los tuyos,
¿qué puedo reprocharles?

 Si mi alma presurosa
volando va hacia ti
en búsqueda fogosa,
¿qué puedo reprocharle?

Si mi corazón en tu presencia
bombea más de prisa
acelerando el pulso de mi sangre,
¿qué puedo reprocharle?

Si a todo eso respondes,
si tus labios, tus manos, tus ojos,
tu alma, tu corazón me acogen,
¿qué podría reprocharte?
Pepe

CUANDO YA NO SEAMOS

Cuando mis huesos se hayan convertido en fértil tierra
que sirva de nutriente para la hermosa rosa blanca
que tu serás, amada mía,  eternamente.

Cuando el aliento de los besos que hoy nos damos
haya recorrido más de un millón de veces
el mundo entero, los cinco continentes.

Cuando seamos solo un recuerdo, una sombra
en el corazón de aquellos que nos quieren
después de haber partido para siempre

Caminaremos como ahora, con las manos unidas,
por un etéreo espacio que seguro que existe
para nosotros dos, tras nuestra muerte.

El viento te seguirá llevando las palabras de amor,
que mi boca acostumbra a susurrarte
desde dentro del alma, tiernamente.

Y viviremos en el viento, en la rosa, en la tierra,
queriéndonos, amándonos, mirándonos,
unidos como ahora, eternamente.
Pepe
Más declaraciones de amor o desamor en el blog de nuestra amiga CASSS