Las 9:30. Puntual a la cita, como siempre,
busca una mesa vacía, la encuentra en el fondo de la cafetería y se sienta a
esperar. La espera no será larga, pero sí inevitable, aunque no le importa en
absoluto. Es mucho el cariño que le tiene a su amiga como para incomodarse por
cinco o diez minutos de retraso.
Una vez que llega, se saludan y besan
efusivamente y se disponen a desayunar. Es como un ritual que se repite
invariablemente cada semana, casi siempre en martes o miércoles. La taza de humeante
café y la tostada son simplemente la excusa perfecta para encontrarse, los
testigos mudos del cariño y la amistad que une a estas dos mujeres desde hace
más de diez años.
Mientras desayunan y
aún mucho después, en el posterior paseo, intercambiarán confidencias, hablarán
de los hijos, de trapos, de política, de maridos, de alegrías y penas, de ilusiones
y de sueños. Seguirán estrechando aún más los lazos que las unen.
La historia de sus encuentros semanales es
una historia simple, sencilla, similar a otras muchas, pero me ha apetecido
contarla porque momentos como este delante de una taza de café, son necesarios
para acortar distancias, estrechar vínculos, entrelazar vidas, consolidar relaciones.
En este preciso instante, mientras escribo
para vosotros esta entrada, seguramente Toñi y Luci su amiga, estarán tomando un
cafetito antes de bajar a la playa a cumplir con el ritual diario del baño y la
exposición al sol. Así que os dejo, que llego tarde.
Mas historias en torno a una taza de café en el blog de María José
Al leerte, supuse que se trataba de tu mujer y alguna amiga!...sí, lograste transmitir la importancia de esos encuentros tan amenos como importantes, detrás de una buena taza de café.
ResponderEliminarun abrazo juevero, Pepe!
A veces es necesario tener una amiga o amigo confidente, con quien consultar cosas, contar cosas. Se enriquece la vida de ambos.
ResponderEliminarBss.
Siempre quedamos a tomar café con nuestras amigas... momentos necesarios a veces, otras simple ocio, ganas de saber... y muchas no perder los lazos de amistad...
ResponderEliminarBesos!!
A tomar un café, la excusa perfecta para hablar con un amig@, salir de casa, arreglarte, compartir y mantener amistades que no es nada fácil.
ResponderEliminarUn beso
Toñi y Luci, amistad de cita sin falta, crece como la espumita del café, aroma de confidencias y sabor a fidelidad, complicidad, ricos momentos valiosos, hasta las tazas parecen reconocerse en martes o miércoles.
ResponderEliminarPepe, nunca llegarás tarde, tienes el don de dejar espacios personales en la pareja, lo tenéis Toñi y tú, eres puntual amante y amigo, felicitaciones, así entiendo yo vivir juntos.
Besito ante una playa lluviosa, desde mi espacio particular y entendido.
Qué bonito y qué sano un encuentro de esas características, con esa fidelidad y frecuencia.
ResponderEliminarOs hago por Benidorm, ¿verdad? Por aquí, ya me tienes, readaptado a la rutina.
U fuerte abrazo.
No estamos en Benidorm, Juan Carlos. Hemos estado allí una semana que nos ha sabido a poco, porque eran muchos los compromisos familiares y poco el tiempo, pero ya estamos en Torrox-Costa (Málaga), donde tenemos un rinconcito.
EliminarUn abrazo.
Que cercano este contar Pepe, un encuentro entrañable entre dos amigas, esas confidencias, esos momentos de paz que el tiempo y las rutinas no ha desgastado, creo yo que lo que h hecho ha sido aumentarlo.
ResponderEliminarBesos para ti y para Toñi.
Esa complicidad y comunión de amigas, practicando casi un ritual... es una escena disfrutable, pero además, es ese momento de desenchufe, de comicidad, de hablar y escuchar y de penas compartidas también. Es tan valorable como necesario, e imagino, que Toñi junto a su amiga, fueron labrando en tantos años, más que una amistad una especie de hermandad. Beso para ambas, y vamos... no llegues tarde a la cita!
ResponderEliminarCariños:
Gaby*
Simplicidad, cotidianidad y amistad, al rededor de una simple excusa, como tomar un café. Me ha encantado, Pepe, porque era como si nos tuvieras a todos junto a ti, y nos lo contaras, mirándonos a los ojos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo a ti y a tus dos protagonistas.
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ResponderEliminarAlrededor de un café seguro que se han hecho grandes amistades, se han acordado decisiones políticas importantes, o se han conseguido ventas de primera magnitud. El café es un bebida amigable y reconfortante.
ResponderEliminarUn abrazo
Mis hijos varones tienen amigos intimos, con esa intimidad de la que hablas, desde la guardería y el menor de ellos tiene ya 25 años. Ese grado de amistad no se consigue conversando sólo de fútbol, toros y mujeres. Por ello creo que no es una cuestión de género afortunadamente, sino de afinidad y sensibilidad. A mí también me encanta ser hombre :).
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
tu historia es la historia cotidiana de mucha gente, hombres y mujeres. Me acabas de recordar a mi misma y a una amiga que se fue a Barcelona por motivos de trabajo. Hacíamos como estas amigas que cuentas,y ahora no sabes cómo la echo de menos, porque sin ella, el café no el mismo café.
ResponderEliminarUn saludo.
Bendita amistad la que cuenta con esa taza de cafe como aliada, muro de humo donde se quedan las confidencias.
ResponderEliminarUn abrazo
La buena y auténtica amistad hay que mimarla y cuidarla cada semana o cada mes. Un relato muy bien contado, con mucho cariño y a la vez, mucha ternura.
ResponderEliminarUn abrazo
Pepe me ha encantado esa forma de ver la relación de amistad que tiene Toñi con su amiga Luci. Sabes que ambas necesitan esos momentos de intimidad, momentos para ellas solas, y no por eso te sientes mal, ni te preocupan sus chácharas. Sabes respetar su espacio.
ResponderEliminarHablando de otra cosa. Sabes? Mi tío Serafín estuvo como farero en el faro de Torox durante un montón de años y al final lo destinaron a La farola de Málaga, allá en el puerto. Me ha dado alegría que tengas un rincón precisamente en ese lugar. Te mandaré una foto del faro antigua.
Besos a los dos y otro para Luci.
Que lindo encuentro, la escusa perfecta muchas veces ronda en unas tazas de café, mientras brotan recuerdos, añoranzas, la vida cotidiana, amores de todos. Y sobre todo los lazos que se agrandan.
ResponderEliminarPreciosa entrada.
Un abrazo.
Solo en este calibre de encuentros es posible acortar distancias.
ResponderEliminarLuego, todo lo demás.
Una entrada perfecta, que sí señor. Me encanta.
Abrazos
Solo encuentros de este calibre permiten acortar distancias.
ResponderEliminarLuego, el resto viene solo y más.
Perfecta entrada, sí señor. Me gusta.
Abrazos
Muy bello ritual de amistad que une historias, experiencias vividas y dos corazones qe se animan a vivir la vida simplemente al rededor de una taza de café...
ResponderEliminarAmigo, esa es una de las más bonitas formas de mantener una amistad, teniendo un lenguaje y una especial cosa que compartir entre dos, algo privado y sencillo como es el compartir un aromático café.
ResponderEliminarUn beso a los dos y felices finales días de verano.
Verás, Pepe, te soy sincero si te digo que excelente. Y te lo digo porque son las pequeñas cosas de la vida las que le dan ese aroma familiar y entrañable.
ResponderEliminarConfidencia por confidencia: muchas veces, mientras escribo algo, mi esposa (Mari, me comenta siempre y también tiene su blog) lo va leyendo mientras sujeta entra las manos una taza de té, es su taza favorita, forma parte de una pareja de tazas que compramos de recién casados, y de eso hace ya 22 años.
Lo más importante suele ser lo más simple. Y lo más valioso.
Un fuerte abrazo
Hola, ola de mar...
ResponderEliminarEs cierto lo que dices de ciertos rituales. Y es curioso y no carente de mágica como algo material, como un café en una mesa de una cafetería concreta, toma una importancia que si el café pensara por sí mismo, jamás imaginaría.
Sólo las personas podemos dotar a ciertas costumbres y materiales de esa magia.
Yo también tengo rituales que por épocas mimo, y sirven para crear y mantener lazos
Un beso
del
aire
Me gusta mucho la definición que has hecho de una pasión y un capricho, me parece muy acertada.
ResponderEliminarGracias por la visita.
Abrazos.
Un bello y perfecto relato. Una historia de amistad que perdura, eso habla muy bien de ambos. Saludos, apenas unas palabras no quiero retrasar el encuentro
ResponderEliminarEsos momentos de unión con los amigos que tienen como excusa tomarse un café pero que encierran un mundo. Es tan agradable poder contar con la presencia de un amigo, que me alegra que haya una historia como la tuya.
ResponderEliminarUn abrazo.
Amigo Pepe, lo has contado tal cual es, en tu caso hablabas de tu mujer y su amiga, y yo te hablo de mis citas con mi querida amiga Francis, nuestras conversaciones frente a la taza de café, y el posterior paseo, donde ella es mi confesor, para después ser yo, la que la escuche a ella, y son tal cual, secretos, simples cosas que ocurren diariamente, que a veces nos alegran, y otras nos entristecen, pero que ninguna de las dos se las repetiremos a terceras personas, después del paseo, regresamos a casa felices y algo más ligeras de equipaje, benditas tazas de café.
ResponderEliminarBesitos dobles y disfruten del mar.
Pepe !!!!! que alegria volver a saber de ti , gracias ante todo por tu visita , son lindos los reencuentros , es lindo volver a leerte !!! tenia un poquito abandonado mi blog , ya sabes el volver a ser mama hace un añito y tres meses me consume el tiempo , mas Maitena que tiene ya sus 7 añitos , sus actividades , escuela , danzas , amiguitos , jaja , mas mi trabajo no queda mucho pero los extrañaba y aqui estoy , feliz de tenerlos cerquita , te dejo un abrazo y mil cariños !!!
ResponderEliminarEfectivamente, Pepe, llevas razón, el relato se puede aplicar a cualquiera. Dos amigos que quedan para tomar un café como excusa para charlar y ponerse al día de sus historias y vivencias. Una buena oportunidad para pasar un buen rato en buena compañía. Un beso.
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