Tres semanas desde que tomó la
decisión de apartarlo de su vida. Tres interminables semanas durante los cuales
había ido aumentando su nerviosismo, su irritabilidad y mal humor, tres semanas en las que apenas
había dormido unas pocas horas, en los que se había mostrado incluso agresiva
con sus compañeros.
Tres semanas cerca de él sin
poder disfrutar de su compañía como antes. Su cuerpo entero era un manojo de
nervios desatados, le tamborileaban los
dedos sobre su mesa de trabajo, lo devoraba con los ojos, tenía ganas de
lanzarse de nuevo a por él. Un sudor frío se apoderó de ella, sentía una tremenda
opresión en el pecho, se intuyó próxima a una crisis de ansiedad. No podía más,
tenía que hacerlo suyo, sucumbir de nuevo a esa atracción fatal, sentía que era
un error haberlo apartado de su vida, no quería considerar que su relación con
él era dañina.
Fuera de sí, lo atrajo hacia ella
y le ofreció sus labios, un encendedor prendió la llama pasional de un
frenético coito labial con su oscuro objeto del deseo. Unas volutas de humo
fueron testigo mudo de su felicidad, de la superación de la crisis y de su derrota. Una vez más había sucumbido al vicio de
fumar.
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Buen efecto sorpresa. Parecía deseable que sucumbiera a la tentación, pero resultó ser una tentación a algo nefasto.
ResponderEliminarjeje estupendo relato, Pepe, nos colocas en esa desesperación que siente el personaje con breves palabras, nos instalas una sonrisa cuando caemos en la cuenta de qué se trata esa irrefrenable tentación que al final la vence jejeje
ResponderEliminarMuy bueno Pepe!!! Y creeme que la comprendo, es muy difícil dejar el vicio del tabaco, me sentí muy identificada, además de que el final es agradablemente sorpresivo.
ResponderEliminarUn abrazo.
O la erótica del fumar. Y lo cierto es que, si no fuera porque es altamente adictivo, hay momentos en que te apetecería. Por ejemplo, yo, de vez en cuando, muy de vez en cuando...me enciendo una pipa. Y me quedo como Dios!!!
ResponderEliminarUn abrazo
Si, no, si, no y al final se refería al tabaco jeje, muy bueno. Yo estuve 13 años sin fumar, los primeros 13 años de mi vida. Abrazos y aplausos
ResponderEliminarjajajaja
ResponderEliminarMe has sorprendido, pero que cierto, es un vicio terrible. Lo se porque tengo un amorío con el y de odio también, lo dejo, cada vez y me vuelve a seducir, maldita sea.
Me gusto Pepe.
Un abrazo :)
Al final te has quedado conmigo, pensaba que era otra cosa. Muy bueno el relato con ese final sorpresivo.
ResponderEliminarTal vez voy conociendo tu estilo y por eso en el primer párrafo sospeché que habría sorpresa. Consigues atrapar al lector gracias a esa minúscula pista que nos das al principio.
ResponderEliminarRecibe un abrazo.
Buena convocatoria.
Muy bien llevado hasta el final inesperado. Eso desde luego que es una crisis y gorda.
EliminarUn abrazo
Tres semanas es muy poco tiempo, como bien sabemos los que lo hemos intentado en varias ocasiones.
ResponderEliminarDespues de leer tanta tristeza sobre la crisis, ha venido bien esta desmitificación , gracias al humor de tu entrada.
Un abrazo.-
Qué bueno! Es que es muy duro Pepe... dejar cualquier vicio ;)
ResponderEliminarBesote y gracias
MAR
Muy bueno. Y me dejas sin poder decir nada, ya que mientras te leía (confieso) estaba practicando un coito labial con una cigarrilla negra.
ResponderEliminarAbrazos, amigo.
dice el tango.... "fumando espero al hombre que yo quiero..."
ResponderEliminarsensualidad a la que es difícil no sucumbir.
Tu relato nos lleva por derroteros interesantes con un sorprendente final.
Buenísima participación como relatos y conductor, amigo Pepe.
besos
Debe ser una situación terrible tan poderosa como la satisfacción de su superación.
ResponderEliminarIngenioso este jueguecito de despiste tocayo. Besos.
Tengo un amigo que dice que dejar de fumar es lo más fácil que hay: él ya dejó como 20 veces!!
ResponderEliminarMuy buen relato, en una esfera específica, pero con todo el contenido retenido hasta el final.
Abrazo
Excelente relato, con un final genialmente realizado! Felicidades. Los vicios son tan difíciles de abandonar.
ResponderEliminarSaludos
Genial texto, bien conducido y mejor finalizado.
ResponderEliminarEse pellizco erótico facilita el entendimiento de la adicción recuperada.
Abrazos
Oh, sorpresa final, me encanta... pensaba en que a mi amigo Pepe le afectaba la primavera, pero no :)))
ResponderEliminarUn par de besos y dos cafelitos.
Vaya sorpresa, creí que hablaba de otra cosa. Mucha fuerza de voluntad se necesita para dejar ese vicio, una vez que tomemos la decisión, es posible.
ResponderEliminarQué gran final... Cuando empecé a leer el último párrafo no sabía con qué me iba a encontrar, y que fuera el cigarrillo fue de lo mejor... Creo que expresaste muy bien cómo tomamos esa adicción en momentos tan difíciles...
ResponderEliminarPerdón por pasar tan tarde!! Besos muchos!