El pueblo presenta el aspecto de un esqueleto
descarnado, ennegrecido. Polvo de carbón, paisaje de canteras agotadas a cielo
abierto. tremendas cicatrices surcan los
montes donde antes hubo vegetación y una vida que ahora languidece y se
desangra.
En la estación de ferrocarriles, donde antes
existía una frenética actividad de trenes, mercancías y personas, ahora reina un inmenso silencio, tan sólo interrumpido por el paso de un par de
trenes diarios que rara vez paran para recoger o dejar a alguien.
Hacia esa estación camino en este preciso
momento, con el cansino paso del que no quiere irse. Atrás quedan mi mujer y
mis hijos en un pueblo sin futuro, donde apenas quedan casas abiertas y
chimeneas encendidas. Las cicatrices del
carbón, no solamente surcan los montes, también han logrado apoderarse
cruelmente de las esperanzas de los hombres y mujeres de esta tierra.
Llega el tren y hoy parará. Me llevará con
él, tal vez para siempre, en busca de un futuro que hoy y aquí, en esta lugar
que amo, se me presenta tan negro como el carbón que durante años alimentó los
sueños de sus moradores.
Podeis encontrar más historias de trenes en el blog de nuestra amiga: Susana
Real, injusto y doloroso pero precioso relato.
ResponderEliminarCuántas familias destrozadas por la agonía y la falta de humanidad que nos rodea.
Un beso.
Alimentó los sueños pero no los estómagos, amigo mío. Hay veces y lugares en los que no puede permancer una persona porque se acaban las posibilidades y se apodera la desesperación.
ResponderEliminarUn abrazo al cuadrado.
Un triste historia donde los sueños de progreso sucumben, donde la renuncia de lo querido es el único camino, y ese tren... quizá, la única salvación en busca de un futuro que parece en nebulosas. Tus letras elevan la imagen de la desolación. Queda desear un buen viaje y que todo cambie, para bien, obviamente.
ResponderEliminarBesos!
Gaby*
A veces el progreso mata esos pobres pueblos pequeños, que se quedan sin pobladores en pocos años, es triste pero cierto.
ResponderEliminarUn sentido relato
Un abrazo
Una triste decisión que hay que tomar en pos de buscar un futuro mejor, el escenario es tan oscuro como la historia que deja un poco de tristeza al leerlo.
ResponderEliminarLos detalles de tu relato son maravillosos, que lindo escribis!!!
Un abrazo enorme.
Bella y real historia que bastantes hemos tenido que vivir.
ResponderEliminarAprovecho para felicitarte por el día de esa tierra que tanto amas y que yo admiro.
Un abrazo.
Los trenes,
ResponderEliminarel que trae lo esperado,
el que pasa sin dejar nada,
y el otro,
el que se lleva todo,
ilusiones y esperanzas...
Has logrado retratar con poesía y solvencia la angustia del desarraigo, la desolación ante la incertidumbre de lo que vendrá.
ResponderEliminarUn abrazo.
Triste comienzo de la emigración.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me ha encantado. He podido ver en algunos lugares esos restos de una actividad que una vez floreción y que es historia. Por ejemplo algunos pueblos de Teruel en los que de su pasado carbonero solo quedan las enormes escombreras.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Has tocado un tema el de la emigración que siempre ha sido sangrante, antes por unos motivos y ahora por otros.
ResponderEliminarQue viaje tan triste este, que te aleja de todo lo que uno ama, que pena que se nos presente tan cercano.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Qué tristeza para las personas que tienen que abandonar su pueblo para poder encontrar un trabajo que los mantenga y qué triste también para las personas que se quedan- Lo has descrito muy bien.
ResponderEliminarUn beso
Cuántas preguntas sin contestar, cuánta incertidumbre... Tu relato deja sabor a soledad y desesperanza. Me ha transmitido un recuerdo que guardaré.
ResponderEliminarUn abrazo.
Triste y real historia... ese viaje dejando todo atrás y sin saber lo que te depara el camino...
ResponderEliminarUn beso!
Bonita apreciación durante un placentero paseo. La realidad del carbón. Las minas a cielo abierto, hoy en día prohibidas por su gran impacto mediambiental. Las ruinas de un ayer entre las vegetación espontánea de un hoy. Recibe un buen abrazo Pepe.
ResponderEliminarY pensar que ahora emigran con ese mismo sentimiento en su interior muchos de nuestros jóvenes, otra momento, otra edad, otro futuro... la incertidumbre y una misma causa...
ResponderEliminarBesos!!
Este es un buen relato y muy real amigo Pepe....
ResponderEliminarSiempre es una tristeza asistir a la imagen de un pueblo que sucumbe al progreso, y que se entrega al olvido del mundo, aunque no al de los corazones. Pero debe ser desgarrador sentirlo como propio y tener que abandonarlo a su suerte.
ResponderEliminarMuy buena descripción, transmite y representa a un sin fin de realidades.
Besos