Con cada nuevo golpe, arreciaba el viento,
aumentaba la lluvia su inclemencia, crujían las ramas del viejo árbol como si
fuera su vieja osamenta la que estuviera recibiendo la paliza, otra más. La Naturaleza en un espectáculo dantesco, furiosa,
poniendo voz a su silencio dolorido, acobardado.
Un mar de lágrimas vertidas,
un cuerpo, el suyo, sin espacio para nuevas cicatrices, una voluntad sojuzgada,
anulada, un alma muerta. El árbol la reclama como una solución. Una soga, una
rama acogedora, un último crujido, una liberación.
La vida del verdugo tiene ahora su infierno merecido. Disfrutaría entonando su cobarde letanía de golpes en otros cuerpos débiles y sumisos, pero la
alargada sombra de la ahorcada, el recuerdo de los tétricos crujidos de su
cuerpo sin vida, suspendido, un surco
sanguinolento que aparece lacerando su cuello, una creciente asfixia, todo ello persiguiéndole a diario de
forma intermitente, se lo impiden.
Más historias de ahorcados en casa de nuestro amigo Luis
Me gustó mucho tu descripción, parecía oír los crujidos a los que te refieres.
ResponderEliminarSe presencia y se siente instante... hay quien maneja las artes de tortura siendo a veces la perfecta victima... la conciencia siempre golpea.
ResponderEliminarMe gustó esta visión, puede que muy cerca de la realidad.
Un abrazo
Un ahorcado de por vida. Una soga que lleva, suplicio, asfixia y dolor.
ResponderEliminarQue bien!
Un abrazo.
El verdugo es también un asesino, que merece un castigo después de muerto. Interesante planteo el de este relato.
ResponderEliminarParece, tal cual, la introducción a una leyenda becqueriana! me has dejado queriendo más, Pepe. Muchas gracias, vaya si me ha gustado!!!!
ResponderEliminarUn beso a los dos bien gordo de los cuatro.
Me gustó realmente Pepe, se ha escuchado cada uno de los sonidos, se ha sentido cada repique de conciencia a golpe de balanceo de ese cuerpo suspendido.
ResponderEliminarBuena visión esta.
Un abrazo.
He podido escucharlos!!!
ResponderEliminarMe gustó tu relato.
Un beso
el fin que se cede , diría Borges "la nada a nadie".
ResponderEliminary es así como habla el silencio a través del viento hablando en murmullos doloridos
ResponderEliminary es así como habla el silencio a través del viento hablando en murmullos doloridos
ResponderEliminarA golpes, a dolor infinito, aplicado cada día, empujó el verdugo a su víctima, ¿quién le pondrá la soga al cuello a ese verdugo impenitente? Él mismo si fuera un poco decente.
ResponderEliminarPepe, con un estilo florido, intensísimo y lleno de sensaciones, me has estremecido. Besitos muchos.
Me ha venido a la memoria una adaptación teatral de la película El Verdugo, de Berlanga,con Juan Echanove en el papel del protagonista. En dicha obra acabas sintiendo la difícil vida que lleva el verdugo, repudiado por todos, hasta por si mismo. La conciencia es una incómoda compañía, siempre aguijoneando.
ResponderEliminarBesos para los dos.
Leonor.
por un momento dado creí que este no era pepe. pero sí, sí que lo es. y digo esto por que vino a mi recuerdo escritos tuyos más como artículos que como ficción.
ResponderEliminarpero ya, ya estoy aquí asumiendo a pepe.
y la verdad...frases que son dentelladas, frases que son expresiones de adentro, frases cortas en u texto corto como la gran agonía, ansiedad, malestar del verdugo...a veces con poca cosa se expresa el gran dolor interno...
medio pepe.
Siempre pensé que el de verdugo debería ser, dentro de los "trabajos" posibles, el que más insoportable sería para el alma humana, para la sensibilidad, para la voluntad de vida. ¿serían acaso asesinos "blanqueados" que desahogaban sus propias maldades en aquellos desgraciados sobre los que la "justicia" aplicaba sin contemplación sus propias reglas?
ResponderEliminarMuy buen relato Pepe.
Un abrazo
Has relatado a ese ser, encargado de tamaña labor de tal modo, que me parece casi imposible que pueda expiar algunas de sus tantas culpas, aún, pendiendo de aquella rama. No dudo que su decisión final lleve toda la carga de una conciencia muy oscura.
ResponderEliminarExcelente tu relato, has transmitido sensaciones que calan hondo con cada una de tus palabras.
Un beso!
Gaby*
Fuerte y muy bueno tu relato!
ResponderEliminarDudo que pueda descansar en paz...
Muchos besos!
Tremendo, fuerte y tan bien narrado que eriza la piel de quien lo lee.
ResponderEliminarUn abrazo enorme!!!
le ha tocado al pobre ese papel, y vaya papel.
ResponderEliminarun abrazo
Hola Pepe !!
ResponderEliminarCuantas sensaciones que has expresado en tu relato, realmente increíble !!
Sumamente emocionante aunque para nuestro protagonista difícil a sido disfrutarlo.
Muy bueno en verdad!!
Besos
le llegó la hora... un tremendo relato ... fuerte y muy real.
ResponderEliminarUn abrazo!
Destino implacable para un verdugo mudo, circunstancial. Toda su culpa fue lucir unas grandes ya largadas ramas, que la tierra le dio y ahora le quita el cielo.
ResponderEliminarMuy poético, muy sentido, como todo lo que escribes
Abrazos
La conciencia, es la mejor soga que este tipo podia encontrar, el murmullo del viento en las ramas del árbol, azota su cuerpo y su espiritu, penoso trabajo, y penosa vida, que estaba destinada al sufrumiento continuo,
ResponderEliminarMe ha gustado qué sea el verdugo, el que acabe colgado.
Besos querido Pepe.
El crujido que describes, va acompañado de un escalofrío por la espalda del lector...
ResponderEliminarBss.
Cruel papel el de verdugo cuando en el fondo es la propia víctima de sus actos.Es un pensamiento que tengo en mi cabeza cuando se trata de ellos.
ResponderEliminarMuy bien expresado desde el árbol
Besucos
Gó
Es curioso, hoy he escuchado un poco de un programa de radio en el que hablaban de los verdugos españoles y no parece que tuvieran sensibilidad para sentir lo que cuentas. Pero al decir que no seria fácil, queda abierta la opción (y la creo) que esto que cuentas haya sido realidad en más de una vez.
ResponderEliminarY de alguna forma me recuerda eso que escribio Miguel Hernández, que si no recuerdo mal era: libertad, qué gran palabra para el preso, carcelero, tú nunca podrás gozarla.
Me ha gustado, un abrazo, amigo.
..es tan descriptivo tu relato!
ResponderEliminarPalabra a palabra, nos atraviesan sensaciones y emociones.
Gran destaque el sonido en tu texto: se oye, se escucha , golpe a golpe.
Un fuerte abrazo
Cada descripción está tan bien elaborada que uno mientra lo lee se compenetra en la lectura con cada palabra.
ResponderEliminarEl verdugo, trabajo duro el de esta víctima de un sistema de castigos. Un abrazo Pepe maravilloso relato
Quien sabe donde esta la solucion para la conciencia, quien sabe de la soga invisible que nos ata a los remordimientos. Un lujo tu relato, Pepe.
ResponderEliminarUn abrazo
Más allá de la escena yo me quedo con la manera en que lo has descrito: te metes en la historia y un escalofrío te recorre la espalda. Así se narra!!
ResponderEliminarSaludos
Me ha resultado curioso que en tu relato pusieras una ahorcada, fijate que en la mayoría de los casos son hombres los que utilizan este método para suicidarse, que yo sepa, muy pocas mujeres se ahorcan. De todos modos, tu relato me ha gustado por la forma en la que está descrito.
ResponderEliminarUn abrazo
Pepe, pò no que me ha dado miedo.
ResponderEliminarBesos arbóreos
Hola, ola de mar...
ResponderEliminarSiento haber tardado tanto Pepe! Pero no tenía internet en León y no se, he tenido una época un poco extraña, he estado suspendida en un espacio -tiempo extraño. Espero no haberme hecho vieja allí.
Ojalá todos los verdugos, recibieran en algún momento el mal que aportan. Cualquier tipo de verdugo.
Un beso
del
Aire