Año 2500. La fábrica de clones, réplicas
exactas en su apariencia a los seres humanos que los fabrican, está a pleno
rendimiento. Hace ya mucho tiempo que la preocupante disminución de la
natalidad ha obligado a perfeccionar las técnicas para la obtención de replicantes. La escasez de mano de obra ha
hecho que sean imprescindibles como fuerza de trabajo de bajo costo en todos
los procesos productivos.
La similitud es asombrosa. Distinguir a un
replicante de un humano, es muy difícil. Pelo, piel, órganos, fluido rojo y
espeso imposible de distinguir de la sangre humana, voz, gestos, ademanes, todo
incide en que esa semejanza dificulte su identificación. Tal vez sólo se puedan
distinguir porque sus circuitos neuronales están diseñados para estar al
servicio de los seres humanos, obedecerles
y para ser incapaces de causarles algún
daño.
En el transcurso de tamaña revolución
tecnológica que ha durado siglos, el hombre ha ido adaptándose a la misma
dejando por el camino las cualidades que en las antiguas culturas distinguían a
los de su especie. La capacidad de sentir emociones ya no existe en su
robotizada escala de valores. Se ha vuelto insensible y frío, Ha hecho
desaparecer de su herencia genética, los procesos que antaño le llevaban a
experimentar todo tipo de sentimientos. Tal vez sea esa la más importante
diferencia con respecto a los replicantes. Estos, por un capricho de sus
diseñadores, aunque no han sido programados para emociones negativas, sí que lo
han sido para reir, alegrarse, ser solidarios o amar.
No falta mucho, apenas nada, para que se invierta el signo de la Historia
y sean los replicantes, los únicos que a diferencia de sus creadores sean capaces de experimentar sentimientos
positivos y por tanto, los que asuman la responsabilidad de perpetuar
la existencia de vida sobre el Planeta Tierra, dirigiendo y controlando la
actividad humana.
Más réplicas y contraréplicas en lo de Gustavo
Cuando eso suceda, Pepe, desaría ser replicante.
ResponderEliminarMe has puesto los pelos de punta y el corazón triste y lo más curioso es que no me suena a ciencia ficción !qué horror!
Un relato futurista con visos de autenticidad, muy bueno y desalentador.
Nos vemos, besitos muchos.
Todos,de una manera u otra, somos replicantes en potencia...seguimos el ritmo que nos marcan los húmanos, ya no podemos llorar, sentir, opinar o amar...todos somos máquinas y manejados por una especie que se llama "Poder"...algún día, sí, algún dia, despertaremos al fín y todos querremos ser los que nos crearon...y entonces, el mundo será de nosotros...un saludo de este replicante nº 00001234.
EliminarTu esplendido relato me lleva a preguntarme por qué siendo tan consciente de lo poco humano que somos, y siendo tantos.... no hay forma de revertir ese sentido de lo que parece ser el de la historia. Quizá hemos puesto demasiado el acento en la inteligencia y menos en lo realmente vital. Y no pienso solo en lo macro, también pienso en el día a día y cara a cara...
ResponderEliminarHay una canción brasilera que dice algo así como si todo el mundo fuese como tú, qué maravilla vivir... Frente a personas como tú y muchos más que pasan por aquí, uno piensa que si hubiese más réplicas así, el mundo cambiaría para bien.
besos
Desde luego los humanos estamos cada vez más deshumanizados y cada día que pasa nos deshumanizan más... a ver si logramos pronto un replicante positivo y solidario para darle el cambiazo a Rajoy o a Esperanza Aguirre...
ResponderEliminarBesos
Es que a lo mejor no está tan mal. Los replicantes serían los nuevos humanos, pero ya indicas que llevarían los sentimientos positivos. Quizás es lo único que le falta a este planeta, unos seres, se supone que superiores, que en verdad sepan apreciar lo bueno que el planeta les ofrece.
ResponderEliminarAl fin y al cabo serían nuestros propios clones, es decir seríamos nosotros pero mejores personas, perdón, replicantes.
Un abrazo
Tu relato deja una chispa de positivismo futuro, al menos para el Planeta y su supervivencia, ya que como humanos no hemos sabido respetarlo ni respetarnos. Es una lástima además de una realidad que consentimos casi inmutables (porque si bien hay quienes trabajan y se unen para un mundo mejor, no son los suficientes).
ResponderEliminarHabrá que esperar hasta el 2500? Da "cosita" pensar que no seamos capaces de revertir la situación antes.
Besos al vuelo:
Gaby*
Pepe,sin duda,más que la especie,es el amor el que merece perpetuarse. Si nuestra humanidad decide despojarse de sus sentimientos,seguramente serán otros los que lleven la antorcha de la emoción y la verdad como energía vital de su trascendencia.
ResponderEliminarMuy buen relato!
un abrazo
¿Quien sabe lo que nos espera en el futuro? A veces la realidad supera a la ficción, tal vez lo que tú dices puede suceder.
ResponderEliminarUn abrazo
Me encanta la reflexión que has hecho sobre la naturaleza humana. Estamos perdiendo la capacidad de amar y por lo tanto de sentir emociones. Vamos camino de convertirnos en seres incapaces de empatizar. Un beso.
ResponderEliminarHola, Pepe.
ResponderEliminarAngustiante relato el que nos regalas. Y viene muy bien para reflexionar y no dejar que perdamos el norte. Hay que ver lo fructíferos que son estos jueves.
¿Cómo van las preparaciones del próximo encuentro bloguero?
Un abrazo.
Maat
¿la raza humana se detendra a pensar, aunque sea por un solo instante, en esta forma tan destructiva de vida en la que está inmersa? No se Pepe, estos replicantes tuyos, tienen que ver mucho con los mios, sentimientos positivos, manifestaciones afectivas perdidas... se olvidan estos humanos hasta de sonreir.
ResponderEliminarBonita forma de decir Pepe, muy bonita.
Un abrazo.
Trepidante e inquietante relato, que uno ya no sabe si es ciencia-ficcion o realidad-ficcion...
ResponderEliminarEspero que tengamos ocasión de tomar una cervecita en el proximo encuentro, del que Natali me ha informado.
Un abrazo
acabo de leerte. me he parado unos segundos para poner orden en mis pensamientos. y del orden ha surgido esto, de la reflexión, vamos:
ResponderEliminarno es de extrañar que un día el ser humano considere eso de los sentimientos como propio de una especie de reliquia de la antigüedad...si se piensa un poco, se suele decir en detrimento de la mujer que es una sensiblera...¡y no te digo si eso se aplica a los hombres! osease, que punto de partida tenemos...claro está que ello sólo podría suponer lo que apuntas en tu texto futurista: el dominio sobre los personajes que han abandonado los sentimientos por parte de aquellos que aun los tengan... así que aun siendo más que futurista este cuento tuyo, lo veo con posibilidades...
menos mal que nunca llegaré a padecerlo¡¡
medio beso,pepe.
Sería genial que esos sentimientos positivos pudieran ser nuestros. Y que no necesitáramos de replicantes para perpetuar esas cosas buenas.
ResponderEliminarMuy bueno este relato, me deja pensando.
Un abrazo.
Vaya visión más pesimista nos planteas, tengo en cambio la impresión que no, que los seres humanos, "así tomados de uno en uno" como diría Goytisolo, no perdemos valores.
ResponderEliminarEn todo caso, que ese futuro no se cumpla.
Un abrazo y hasta pronto.
Y que bueno seria entonces, que retomasemos la sensibilidad, la solidaridad, el entusiasmo, la positividad, que procreemos seres cuyo origen sea el amor y el deseo por vernos reflejados y mejorados en ellos, que seamos capaces de darles alas y de preservar una humanidad digna y llena de amor por nuestros semejantes!
ResponderEliminarUn beso Pepe, extensivo a Toñi
Anny
Hola, ola de mar..
ResponderEliminarHoy me pillas positiva, así que te diré qeu si tengo esperanza de que algo así no ocurra nunca jamás. Porque he visto que en el día a día, todos tenemos emociones ( seguimos escribiendo poesía, no?), y nos alegramos y lloramos, y sentimos ira y nos enamoramos y des enamoramos.
A veces si he tenido ese pensamiento, ¿ sabes? Cuándo leía esos Power Points que nos llegan a través del correo con tan buenos consejos sobre como ser una persona maravillosa, y buena, para que el mundo sea mejor y bla bla bla...Recuerdo que pensaba que un día sólo quedaría constancia de esas esperanzads y buenos deseos por escrito y pasaría a ser ciencia ficción.
Pero hoy me pillas positiva, y tu eres bueno, y yo, y Go, y nuestros amigos no interneutas, y familiares.., eso si es cierto, no?
Pues vivamos lo mejor posible, salvaguardando nuestro derecho a experimentar emociones y sentimientos, siempre un hueco para ellas.
Un beso
del
Aire
Pepe,leo tus palabras y siento que la ciencia ficción a veces se asemeja a la realidad(en estos tiempos, más)con tanta virulencia que da miedo.
ResponderEliminarPeo afortunadamente ,siempre quedan personas que están por encima de lo material y siguen amando, sintiendo,solidarizándose y creando ,no destruyendo.
Pienso como Aire ,aún nos queda la palabra!!
Pepe,escribes como un erudito literario.Eres genial!
Besucos
Gó
Eso andaba yo pensando, ya verás como el que una hojalata tenga sentimientos, más sentimientos que un humano, dentro de nada ya no será ni ciencia ficción. Pero fíjate que no me asusta. Si un replicante me opera mejor, enseña a mis hijos con mas ganas, hace un sabroso pan, me repara el coche en 15 minutos y construye casas que no se caen, por ejemplo, pues bienvenidos sean con emociones o sin ellas.
ResponderEliminarDigo yo...
Un besito y un cafelito para ambos.